El lector encontrará en el libro una gran idea: la vida de un cristiano no tiene sentido si no cumple el mandato de Cristo de acercar a Dios a sus iguales. El autor se propuso la tarea de poner de relieve que el cristiano no sería buen cristiano a menos que se volcara en una presencia activa en medio de los hombres y en la sociedad misma; pero, por otra parte, llegaría indefectiblemente al propio agostamiento, si no atendiera al cuidado de su propia alma, es decir, si no tuviese la continua preocupación de estar unido a la vida, de la cual él es sólo un sarmiento. Los frutos dependen de esta unión, pues, sin la savia, el sarmiento se seca.
La más importante obra alegoría sobre la vida cristiana que se haya escrito, desde que el inmortal John Bunyan escribiera “El Progreso dl peregrino”.
En su trama, «Miedosa» se enfrenta en su camino a innumerables y aparentemente insuperables obstáculos. Al lograr superar estas dificultades consigue un «nombre nuevo» y es capaz de ver el mundo desde una perspectiva distinta, lo que le capacita para seguir creciendo en el amor.
«Miedosa» vive en una pequeña casita blanca en el «Valle de Humillación» en las cercanías del pueblo de «Mucho Temor» donde viven sus parientes los «Temerosos». Es huérfana y lisiada, con deformidades en los pies que le dificultan caminar. Pero traba amistad con el «Pastor-Rey» un hombre amable y sabio y se queda a su servicio por un tiempo junto con sus amigas y compañeras Misericordia y Paz. Pero los «Temerosos» desprecian al «Pastor-Rey» y tratan por todos los medios de que «Miedosa» rompa sus vínculos con él y se case con su primo «Malicioso». De modo que «Miedosa» derrama su corazón al «Pastor-Rey» expresándole sus deseos de abandonar el «Valle de la Humillación» y marcharse con él a los lugares altos.
El resto de la historia, en la misma línea que “El Progreso del Peregrino” narra el viaje de ascenso de «Miedosa» a los «Lugares Altos« en compañía del «Pastor-Rey» y las dificultades y vicisitudes que tiene que superar en su encuentro con «Orgullo», dando un rodeo a través del «Desierto», en la orilla del «Mar de la Soledad», en el gran «Precipicio de la Injuria», en los «Bosques del Peligro y la Tribulación», etc. etc., hasta alcanzar las cumbres de «los lugares altos».
Su lectura nos enseña a aceptar las dificultades y a vencer el mal: cómo afrontar el dolor y cómo transformar todas las pruebas de la vida en gloriosas victorias.
Los “pies de ciervas” y los “lugares altos” no simbolizan, como fácilmente cabría pensar, las moradas del celestial reposo a las que llegaremos después de la muerte. Todo lo contrario, son figuras de las experiencias gloriosas que el Padre Celestial promete a todos sus hijos, AQUÍ y AHORA, si son capaces de seguir fielmente el camino que él ha trazado para cada uno.
He aquí una obra escrita por un profundo conocedor del tema para aquellos que, pese a la situación crítica por la que pasan, creen, esperan y aman al sacerdocio. Obra única en su género, pensada para quienes necesitan y buscan un fundamento sólido sobre la espiritualidad sacerdotal. Una espiritualidad cuya garantía está, según el autor, en no descinvularla de la propia identidad sacerdotal esto es, en vivir el sacerdocio en lo que realmente es.
La adversidad es parte natural de nuestra vida. Sin embargo, la mayoría de nosotros no hemos aprendido a afrontar las pérdidas y los fracasos con tranquilidad y, mucho menos, desde una perspectiva positiva. Perder implica sufrimiento pero, aunque es difícil de entender, también implica crecimiento. Cuando aceptamos el dolor de la partida o cuando aceptamos la realidad del fracaso, empieza a aflorar en nosotros todo el potencial que llevamos dentro para enfrentar la adversidad. La esperanza es el motor que no nos deja enterrarnos con nuestro sufrimiento. Esto es lo que Paulo Daniel Acero, psicólogo experto en manejo de duelos y resolución de conflictos, plantea en su libro, el cual además de ser de gran ayuda para los dolientes es una herramienta indispensable para quienes trabajan en manejo de pérdidas y crisis.
Estudia las diversas manifestaciones de la espiritualidad cristiana a lo largo de los siglos: cómo se han vivido y explicado en cada época los rasgos comunes de la vida espiritual, y qué acentos, manifestaciones y caminos específicos de santidad se han propuesto y vivido a lo largo de la historia de la Iglesia.
Este libro ofrece una presentación, no exhaustiva pero sí suficientemente rica, de las personas, libros, instituciones, movimientos y tendencias más influyentes de cada época; junto a un análisis más detenido de los principales doctores y maestros de la vida espiritual.
Javier Sesé es Licenciado en Matemáticas por la Universidad de Barcelona y Doctor en Teología por la de Navarra. Actualmente es profesor de Teología espiritual e Historia de la espiritualidad en la Universidad de Navarra y Director del Instituto Superior de Ciencias Religiosas de la misma universidad.
Se ha dedicado sobre todo al estudio de la naturaleza de la oración, la contemplación y la vida mística; la filiación divina, la experiencia y la enseñanza de los santos como fuente de la teología; la historia de la espiritualidad moderna y contemporánea, etc. Ha publicado diversos libros y trabajos.
¿Cómo hablar de Dios a la gente de hoy, sobre todo a jóvenes? ¿Cuál es el lenguaje que entienden? En esta selección de meditaciones, el autor les muestra la espléndida aventura que es la búsqueda de Dios, y la grandeza de la tarea que tienen por delante.
De un modo cercano y alentador, les anima a nadar contra corriente y a comprometerse con su fe, dando testimonio de Cristo con todas sus consecuencias.
La puerta angosta constituye una gran ayuda para la lectura espiritual y la oración.
Federico Suárez nació en Valencia en 1917, y falleció en Madrid en 2005. Fue Catedrático de Historia Moderna y Contemporánea, y sacerdote desde 1948. Paralelamente a su trabajo como historiador, desarrolló una intensa labor pastoral con universitarios y sacerdotes, que dio lugar a muchos libros.
En Patmos destacan, además de éste: La Virgen Nuestra Señora; Después de esta vida; La pasión de Nuestro Señor Jesucristo; La paz os dejo; El sacerdote y su ministerio; José, esposo de María; y El sacrificio del Altar, que han conocido numerosas ediciones
El autor pretende sólo una cosa: que el lector haga oración. Por eso, con un lenguaje muy sencillo y dialogante, el lector entenderá porqué el cristiano debe hacer oración y porque tiene que estar en presencia de Dios todos los días.
A través del libro el autor pretende sólo una cosa: que el lector haga oración. Por eso, con un lenguaje muy sencillo y dialogante, el lector entenderá porqué el cristiano debe hacer oración y porque tiene que estar en presencia de Dios todos los días.
Este conjunto de estudios sobre la dimensión psicológica de la vocación quiere prestar un servicio a los catequistas, sacerdotes, religiosos y religiosas que se dedican a tareas de animación vocacional. Analiza el tema desde distintos ángulos aportando contenidos teóricos, propuestas pedagógicas concretas y ejemplos orientadores.
¿Cómo presentarle a un adolescente la vocación como don de Dios? ¿Cómo explicarle que ese don ha de cultivarlo a partir de su personalidad, con sus cualidades y limitaciones, virtudes y defectos? ¿Cómo situarle ante la vocación religiosa de una manera natural?
Este es el gran triunfo del hombre: pedir perdón y volver a comenzar. Todo un arte y todo un clásico en la literatura de la espiritualidad cristiana.
Alguien ha dicho que quien quiera que, después de una falta, medite algunas líneas de esta obra encuentra en ellas, con la ayuda del Salvador, la gracia para levantarse de nuevo.
Este precioso libro es un clásico de la literatura espiritual, cuyas constantes reediciones muestran la necesidad que tienen los hombres y mujeres de nuestro tiempo de ahondar en la bondad divina, de descansar en la misericordia infinita de Dios para descubrir la generosidad de su amor y hallar la paz.
Con su estilo ameno y liviano, Trese nos ayuda a renovar y a actualizar las verdades básicas de nuestra vida espiritual.
Trese desea llevar a sus lectores a una piedad doctrinal. Para él, un "católico práctico, que desea tomar en serio su vocación -amar a Dios por encima de todas las cosas, alcanzar la santidad- debe hacer de la lectura espiritual algo habitual, algo que forme parte de su plan de vida, una práctica diaria o, por lo menos, semanal". Para que esa lectura sea eficaz, el autor desea llevar al lector al encuentro, una y otra vez, con las verdades básicas de nuestra religión que renuevan nuestras motivaciones, recargan nuestras baterías espirituales y nos conducen a un progreso espiritual: el fin de nuestra vida, la dicha del Cielo, la malicia del pecado, el horror al infierno, la realidad de nuestra muerte y del juicio, los sacramentos, especialmente el de la Reconciliación y el de la Eucaristía, la caridad con Cristo, el amor al prójimo, la muerte de un buen cristiano....