Questo saggio presenta i sacramenti dal punto di vista del linguaggio del corpo, un linguaggio che ci apre all’amore fedele e fecondo. In questo modo i sacramenti ci ricordano che il messaggio di Gesù è sempre radicato nelle relazioni concrete che stringiamo nella nostra carne. Grazie ai sacramenti la predicazione di Cristo sul Regno, che contiene l’appello ad una vita grande e bella, si presenta non solo come un orizzonte a cui tendere, ma come un fondamento concreto per edificare la vita in modo che porti frutto abbondante. José Granados, dottore in teologia presso la Pontificia Università Gregoriana, è il Superiore Generale dei Discepoli dei Cuori di Gesù e di Maria. Ha insegnato teologia dogmatica in diverse università. Tra le sue pubblicazioni in italiano: Teologia del tempo: Saggio sulla memoria, la promessa e la fecondità (Dehoniane, Bologna 2014); Una sola carne in un solo Spirito: Teologia del matrimonio (Cantagalli, Siena 2014). I testi della collana Veritas Amoris riconoscono la verità dell’amore come chiave di comprensione del mistero di Dio, dell’uomo e del mondo e come luce per un approccio pastorale integrale e fecondo. La prospettiva della verità dell’amore aiuta a superare sia l’oggettivismo di una verità senza amore, che si limita ad imporre regole esterne alla libertà umana, sia il soggettivismo di un amore senza verità, per cui l’unico criterio per l’azione è l’autenticità delle proprie emozioni. Si tratta di un nuovo paradigma che, in piena fedeltà ai principi sorgivi della tradizione cattolica, propone una riflessione a partire dalla logica dell’amore.
¿Secretario de San Ignacio? ¿Gobernante en la sombra? ¿Teólogo y divulgador en los inicios de la espiritualidad ignaciana? ¿Quién fue? Formado en el seno de una familia de pudientes comerciantes burgaleses y tras una seria formación en París, Juan Alfonso de Polanco decide ingresar en la Compañía de Jesús tras hacer los Ejercicios Espirituales en Roma (1541) con el Jesuita Diego Laínez; dejaba atrás un futuro prometedor como «scriptor apostolicus» en el Vaticano.
Sus cualidades y dones naturales ofrecían un perfil muy adecuado para ser el perfecto secretario. Fue el hombre de confianza, «memoria y manos», de los tres primeros Generales de la Compañía de Jesús: Ignacio de Loyola, Diego Laínez y Francisco de Borja.
Pero Polanco fue más que un Secretario. Uno de los silenciosos arquitectos de la nueva Orden que en 1540 había recibido la aprobación del Papa Paulo III, fue Asistente general y Vicario de la Orden; teólogo en Trento y profundo conocedor de los Ejercicios Espirituales. Hombre de consejo, profesor y riguroso historiador de los primeros años de la Compañía de Jesús (Chronicon Societatis Iesu, 6 vols.), Polanco no se vio libre del conflicto.
JOSÉ GARCÍA DE CASTRO, SJ es profesor de Teología Espiritual y de Espiritualidad Ignaciana en la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid. Ha publicado en esta misma colección El Dios Emergente. Sobre la consolación sin causa (n. 26, 2001) y ha dirigido el Diccionario de Espiritualidad Ignaciana (2 vols., nn. 37-38, 2007); también ha publicado en Sal Terrae Pedro Fabro. La cuarta dimensión (2006).
La realidad no es atea, sin Dios. Tampoco lo son nuestras experiencias en ella. En virtud de la creación y de la encarnación de Dios en Jesucristo, todo está habitado por una Presencia amorosa, misteriosa pero real, que lo trasciende todo, pero que todo lo alienta y sostiene. Por eso la realidad exterior y también nuestras experiencias humanas son umbral de Dios, sacramentos de su presencia, ventanas que dan a Él.
Con todo, esa transparencia ni es evidente ni sucede de un modo espont√°neo. Para que lo sea hemos de pasar por un proceso espiritual que, perforando la realidad hacia dentro y hacia afuera, descubra las huellas de Dios y a Dios mismo en ella.
De eso trata este libro. Recoge algunas de nuestras experiencias humanas básicas y, siguiendo el proceso ignaciano, la lente de la «Contemplación para alcanzar amor» muestra su carácter de medio divino y las descubre como lugar de encuentro y adoración de Dios, y lugar también de llamada y envío.
JOSÉ ANTONIO GARCÍA es jesuita y director de la revista Manresa. Ha publicado en esta misma editorial Hogar y Taller (19853), En el mundo desde Dios (19893) y Karl Rahner: Dios, amor que desciende. Escritos espirituales (20113); y en Ediciones Mensajero, Orar con el Padre Arrupe, Bilbao 2007.
La teología actual, imitando el comportamiento de los clásicos, presta un especial interés al tratado sobre los sacramentos en general. Pues es en ellos donde se abre, de generación en generación, el espacio del encuentro con Cristo en la comunión de la Iglesia. Los sacramentos nos dicen que el mensaje de Jesús se arraiga siempre en las relaciones concretas que forjamos en nuestra carne; que es allí donde resuena la confesión de fe y se enuncian sus mandamientos, los cuales se mantienen siempre, por eso, a ras de nuestra ruta terrena. Y así, la clara doctrina y la alta moral de Jesús se presentan, no como horizonte último al que tender asintóticamente, sino como fundamento concreto para edificar la vida, fuera del cual no se tiene en pie nuestro edificio.
José Granados García, DCJM (Madrid 1970) es vicepresidente del Pontificio Instituto Juan Pablo II para estudios sobre el matrimonio y la familia (Universidad Lateranense, Roma), donde enseña como catedrático de teología dogmática del matrimonio y la familia. También colabora como profesor invitado en la Pontificia Universidad Gregoriana. Entre sus publicaciones cabe destacar: Teología del tiempo: ensayo sobre la memoria, la promesa y la fecundidad (2012), Una sola carne en un solo Espíritu: Teología del matrimonio (2014), Eucaristía y divorcio: ¿Hacia un cambio de doctrina? Ensayo sobre la fecundidad de la enseñanza cristiana (2014) y Los signos del samaritano. Sacramentos y misericordia (2015).
En los sacramentos, epifanía visible de la gracia invisible, las obras de misericordia son a la vez corporales y espirituales; bajan de lo alto al hombre y suben del hombre a lo alto, capaces de abrazar lo terreno para reconducirlo al Padre. Las páginas de este libro quieren transmitir, en forma de relato y diálogo, el toque de una misericordia sacramental, su eco y su resplandor; y facilitar así que su anuncio impregne, como colirio y ungüento, la vida de los hombres durante este año Jubilar y en los demás jubileos de Dios.
José Granados García, dcjm (Madrid 1970) es vicepresidente del Pontificio Instituto Juan Pablo II para estudios sobre matrimonio y familia (Universidad Lateranense, Roma), donde enseña como catedrático de teología dogmática del matrimonio y la familia. También colabora como profesor invitado en la Pontificia Universidad Gregoriana. Entre sus publicaciones cabe destacar: Teología del tiempo: ensayo sobre la memoria, la promesa y la fecundidad (2012), Una sola carne en un solo Espíritu: Teología del matrimonio (2014) y Eucaristía y divorcio: ¿Hacia un cambio de doctrina? Ensayo sobre la fecundidad de la enseñanza cristiana (2014).
¿Puede la Iglesia admitir a la Eucaristía a los divorciados vueltos a casar civilmente? Ha sido esta una cuestión muy debatida en el Sínodo sobre la familia de 2014. Quienes responden que sí, aclaran: obrando de este modo, no se modificaría la doctrina sobre el matrimonio indisoluble. ¿Es verdadera tal afirmación? Para responder será necesario bucear en la experiencia creyente. ¿Qué significa «doctrina» en cristiano? ¿Cuál es su relación con la práctica litúrgica? ¿Cuál su nexo con la vida del hombre en la carne? ¿Y con la pastoral de la Iglesia? Los resultados obligarán a concluir: la pregunta interesante no es si la doctrina cambia o no. Sino esta otra: ¿qué modo de entender la doctrina es fecundo para abrir horizontes en la vida de la Iglesia y de las familias?
La prima decade del ventunesimo secolo, ovvero il periodo dei cosiddetti "anni zero", ha portato con sé la distruzione generale della fiducia. Gli attacchi terroristici alle Torri Gemelle di New York hanno spazzato via l'illusione di un mondo che, dopo aver superato la guerra fredda, avrebbe raggiunto la pace perpetua, garantita dall'egemonia di un sistema democratico stabile. La crisi dei mercati finanziari del 2009 ha portato il sistema capitalistico a toccare con mano la fragilità delle proprie fondamenta. Oggi più che mai, il corso della storia sembra racchiudere una quantità di inquietanti interrogativi. La crisi di configurazione del tempo, che modifica le tappe della vita umana e segna la discontinuità tra le generazioni, colpisce la vita privata, la costruzione della sfera pubblica e l'interrogativo su Dio. Su questi aspetti la teologia può conferire ritmo e cadenza al ritmo sconnesso dell'uomo, aiutandolo a ricomporre i frammenti della sua biografia e a restituire unità alle sue traversie. La prima parte del volume getta le fondamenta dell'intera riflessione inquadrandola nell'orizzonte dell'esistenza corporea dell'uomo e della sua vocazione all'amore; la seconda affronta le diverse dimensioni del tempo e della storia - la memoria e la ricerca delle sue radici; la promessa che mantiene uniti i fili della vita; la fecondità e il suo nuovo, straripante inizio - mentre l'ultima offre una visione di sintesi per descrivere la visione cristiana.
Hoy el tiempo parece fluir como un líquido, ser un tejido sin trama, carecer de forma. Sin embargo, a lo largo de la historia su vivencia no ha resultado problemática para el hombre, a pesar de las rupturas que en él ha experimentado.
Cuando en la actualidad se aborda el tema del tiempo desde una perspectiva teológica, cobra especial importancia la búsqueda de una sabiduría que permita vivirlo humanamente y sea capaz de responder a varias cuestiones problemáticas. ¿Existe algún modelo capaz de integrar con éxito el pasado, el presente y el futuro? ¿Es posible mezclar sin confusión los siglos y la eternidad? ¿Puede el discurrir cotidiano desembocar en lo eterno sin perder su consistencia? ¿Tiene Dios alguna posibilidad de dirigir la historia sin apabullar la libertad de las personas ni arruinar el misterio y la novedad del porvenir?
El tiempo, lejos de ser mero límite de la condición terrena, úlcera por la que se desangra el existir humano, es puerta que abre a nuevos encuentros y horizontes, además de sacar de su aislamiento al sujeto ensimismado y de encaminarlo a la plenitud de su vocación.