Los grandes místicos remiten a una experiencia particular de Dios que trasformó su vida. El suyo es un conocimiento experimental, no especulativo; no deductivo, sino inmediato; una unión personal con Dios en la que el sujeto percibe intensamente la presencia divina de manera intelectiva, afectiva y fruitiva. Esta acción de Dios llega tan a las raíces de su ser que trastoca el ejercicio de sus funciones normales y puede conllevar sentimientos de felicidad extrema o de extremo dolor y amor.
El cristianismo se ha referido siempre a la palabra de los profetas y a la historia de Jesús, no a experiencia extraordinaria alguna. En el siglo XVI, en un sentido, y en el siglo XX, en otro, ha aparecido sin embargo el concepto de experiencia como igualmente esencial a la fe y, con ello, la mística ha vivido un renacimiento. Este libro pregunta si Jesús era un místico y cómo une el cristianismo obediencia a la palabra de Dios y experiencia del hombre. Al estudiar el lugar de la mística en la historia de Occidente y su redescubrimiento en el siglo XX, analiza las distintas formas de experiencia mística y la relación entre mística y filosofía.
Jesús de Nazaret fue acreditado por Dios con palabras y milagros, con la resurrección y el don del Espíritu. Su historia, mensaje y destino engendraron la fe en quienes lo reconocieron como Mesías de Israel, Salvador del mundo, Señor de la Iglesia y del cosmos, Hijo de Dios. La cristología es el origen histórico, el fundamento permanente y el principio generador de todos los demás tratados teológicos. Con ella están en pie o caen la fe, la iglesia y la teología. Cristo es el pionero y consumador de la fe; el fundamento, la forma y el futuro del cristianismo. Él es la esperanza del mundo. Este manual de cristología aborda en sus tres partes la cristología bíblica, la histórica y la sistemática. A ellas añade el autor una notable conclusión en que desarrolla conceptos como cristofanía y cristoterapia.
El cristianismo histórico es decisión de razón, confesión de fe y praxis de vida. En los tres casos incluye la inteligencia que reclama sentido, la voluntad que demanda motivos y el corazón que necesita potencias sustentadoras para vivir. La teología es el órgano que en la Iglesia tiene como misión indagar las razones que abren la inteligencia a la fe a la vez que las razones que llevan la fe a la inteligencia; y ambas al amor y a la praxis. Una inteligencia que siempre es a la vez abertura trascendental al Misterio y atenimiento riguroso a la historia. Este libro es una meditación sobre la teología y la Iglesia en España, con la mirada puesta en Europa como trasfondo permanente, en la medida en que estas cuatro realidades están implicadas unas en otras y se han condicionado durante los últimos cincuenta años. Olegario González de Cardedal (Lastra del Cano, Avila 1934) es sacerdote. Estudió en Munich, Oxford y Washington. Es catedrático de Teología en la Universidad Pontificia de Salamanca y miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Sus últimos libros son Cristología (2001), Dios (2004), Historia, hombres, Dios (2005), Fundamentos de cristología I-II (2005-2006), El quehacer de la teología. Génesis, Estructura, Misión (2008).
El teólogo da razón de su esperanza, para que el no creyente pueda entender la palabra del evangelio, cumpliendo así una misión especial de todo apóstol: ser colaborador de la alegría de sus hermanos, especialmente en tiempos de perplejidad o desesperanza.