La simbólica imagen de Benedicto XVI sembrando un cedro de la paz en el palacio presidencial libanés resume su extraordinario viaje apostólico al país de los Cedros del 14 al 16 de septiembre. De hecho, la frase de Jesucristo «la paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo. Que no se turbe vuestro corazón ni se acobarde» (Jn 14,27) ha sido no solo el lema del viaje del Papa al Líbano —y desde el Líbano a todo Oriente Medio—, sino también su verdadero hilo conductor, su proclama más reiterada, suplicada y explicitada. Todo ello sin olvidar que el motivo principal del viaje fue la firma y publicación de la Exhortación postsinodal Ecclesia in Medio Oriente.
¿Es verdad lo que cuentan los Evangelios? ¿Me afecta a mí? Y si me afecta, ¿de qué modo?» son las preguntas que se plantea Benedicto XVI en el prólogo a su tercer libro, La infancia de Jesús que completa la trilogía de Jesús de Nazaret, cuyos dos primeros volúmenes han sido best sellers en todo el mundo.
El Papa explica en el prólogo que su libro sobre los llamados «Evangelios de la infancia» contenidos en las narraciones de Mateo y de Lucas «no es en realidad un tercer volumen sino una especie de pequeño ‘hall de entrada’ a los dos volúmenes anteriores sobre la figura y el mensaje de Jesús de Nazaret».
Benedicto XVI estudia los aspectos históricos y la interpretación de los textos, pero en una línea que tiende al presente, pues esos hechos de hace dos mil años tienen un impacto en nuestros días y en nuestras vidas.
El énfasis de Lucas en datar con precisión el nacimiento de Jesús «en el año decimoquinto del emperador Tiberio», señalando también los nombres del procurador de Judea, los tetrarcas de Galilea, Iturea y Traconítide, e incluso los nombres de los sumos sacerdotes de Jerusalén, muestra que «Jesús no nace y aparece en público en el vago ‘érase una vez’ de los mitos, sino que pertenece a un tiempo exactamente datable y a un área geográfica exactamente indicada».
En otro pasaje del libro, el Papa recuerda que «san Agustín ha interpretado el significado del pesebre con un pensamiento que, en un primer momento parece inconveniente pero, en cambio, examinado con más detalle, contiene una verdad profunda». El pesebre es «el lugar en que los animales reciben su alimento», y la presencia de Jesús recién nacido en un objeto de ese tipo en lugar de una cuna es una prefiguración temprana de la Eucaristía, que Jesús anunciará hacia el final de su vida pública e instituirá en la Última Cena en Jerusalén.
No temáis, porque os traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor. Y esto os servirá de señal: encontraréis a un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre. Evangelio de Lucas, 2, 10-12
Benedicto XVI, al evocar y recordar a Juan Pablo II, deja aflorar en muchas ocasiones la invitación que el papa Wojtyla lanzó durante la misa del comienzo de su pontificado, el 22 de octubre de 1978: «¡No tengáis miedo! ¡Abrid, más aún, abrid de par en par las puertas a Cristo!». Y, como si se tratara de un sello para ponérselo también a su pontificado, el papa Benedicto retoma aquel grito en la homilía con que comenzó su ministerio de sumo pontífice: «¡No tengáis miedo de Cristo!», dijo en efecto. Y lo explicó: «Él no quita nada, y lo da todo. Quien se da a Él, recibe el ciento por uno. Sí, abrid, abrid de par en par las puertas a Cristo, y encontraréis la verdadera vida». Este tema constituye el leitmotiv de su acercamiento a la persona de Juan Pablo II, un hombre que convirtió toda su existencia en una ofrenda a Cristo hasta configurarse, durante su enfermedad, «incluso físicamente a Él por los rasgos del sufrimiento y del abandono confiado en los brazos del Padre celestial».
Espero que este libro pueda transmitir algo de la alegría por la encarnación de Dios, una alegría que me ha inspirado siempre a mí mismo en la proclamación del mensaje»
Joseph Ratzinger (Benedicto XVI)
Benedicto XVI nos entrega con esta obra el Credo en el Año de la Fe Con la perspectiva del Año de la Fe, proclamado mediante la carta Porta Fidei, Benedicto XVI nos invita a reavivar y profundizar en la verdad cristiana, y nos ofrece una ocasión perfecta para iniciar el camino del conocimiento, la conversión y la oración, a las que nos llama la Iglesia en este año de gracia. Aprovechando el rico patrimonio de homilías, catequesis y discursos del Santo Padre, este libro repasa los contenidos fundamentales del Credo, la "carta magna" de la doctrina y de la vida cristiana. Benedicto XVI da lo mejor de sí mismo para iluminar no sólo la verdad de la fe, sino la alegría de la fe que proporciona el encuentro con el Señor. Retomando lo que era una práctica difusa en los primeros siglos -la entrega del Credo a los catecúmenos antes de recibir el bautismo-, esta obra puede considerarse como una entrega del Credo a cada uno de nosotros, para que atravesemos la "puerta de la fe" y volvamos a disfrutar de la alegría del encuentro con Cristo en la comunión con la Iglesia.
¿En qué creemos los cristianos? ¿Qué sentido tiene ser cristiano? ¿Qué es lo que proporciona orientación a nuestras vidas?
La respuesta cristiana a estas preguntas se encuentra en el credo, en la profesión de fe. Pero ¿qué significan en realidad los artículos de esta profesión de fe? ¿No hace tiempo que han quedado anticuados?
Este libro reúne contribuciones hasta ahora dispersas de Benedicto XVI, en las que el por entonces afamado teólogo comenta y explica de forma nueva los artículos del símbolo de la fe. Al hilo de tales reflexiones se nos abre la posibilidad de asomarnos no solo al credo más personal de Joseph Ratzinger, sino también a los contenidos fundamentales del cristianismo: la fe, la esperanza y el amor.
JOSEPH RATZINGER (1927) fue profesor de teología en las universidades de Bonn, Münster, Tubinga y Ratisbona; arzobispo de Múnich y Frisinga; desde 1981, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Fue elegido papa el 19 de abril de 2005 y adoptó el nombre de Benedicto XVI. La Editorial Sal Terrae ha publicado otros dos de sus libros: Sobre todo, el amor: confiarse a Dios, confiar en la vida / Fe
Jesús nos enseña a orar en el Evangelio y Benedicto XVI nos explica como lo hacía Jesús.
"Quiero comenzar a mirar a Jesús, a su oración, que atraviesa toda su vida, como un canal secreto que riega la existencia, las relaciones, los gestos, y que lo guía, con progresiva firmeza, a la donación total de sí, según el proyecto de amor de Dios Padre. Jesús es el maestro también de nuestra oración, más aún, él es nuestro apoyo activo y fraterno al dirigirnos al Padre. Verdaderamente, como sintetiza un título del Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica, "la oración es plenamente revelada y realizada en Jesús" (541-547). A Él queremos dirigir nuestra mirada en las próximas catequesis".
Estas palabras de Benedicto XVI reflejan la utilidad de las consideraciones reunidas en este libro para cualquier cristiano
Edición preparada por Jesús de las Heras Muela.
El viaje pastoral que Benedicto XVI realizó a México (del 23 al 26 de marzo) y a Cuba (del 26 al 28) pudo obedecer, sin duda, al carácter significativo y simbólico de ambos países, marcado esencialmente por sus magnitudes y realidades tan distintas y diversas. México y Cuba son, en efecto, dos «mundos» diferentes, con denominadores comunes y brújulas como la lengua, la fe cristiana y la Iglesia católica.
También con esta elección se puede visibilizar la opción del Papa por atender y por servir a todos: a los grandes y a los pequeños, a los ricos y a los pobres, a los emergentes y a los postrados.
«En el gesto de las manos que bendicen se expresa la relación duradera de Jesús con sus discípulos, con el mundo. En su ascensión Él viene para elevarnos por encima de nosotros mismos y abrir el mundo a Dios. Por eso, los discípulos pudieron alegrarse cuando volvieron de Betania a casa. Por la fe sabemos que Jesús, al bendecir, tiene sus manos extendidas sobre nosotros. Esta es la razón permanente de la alegría cristiana».
Joseph Ratzinger / Benedicto XVI
Los tres artículos reunidos en este interesante libro de Joseph Ratzinger surgen por motivos muy distintos, pero en el fondo de todos ellos late un mismo mensaje: la necesidad de que tanto cada persona en particular como la sociedad en su conjunto basen sus conductas y métodos de actuación en el bien y la verdad.
El autor aborda la conexión entre conceptos tan esenciales como libertad individual y justicia social, conciencia y verdad, o democracia y estado, en un mundo tan relativista como el nuestro, en el cual la subjetividad y el poder de la mayoría pretenden relegar a los valores absolutos.
En el curso de una lúcida argumentación, dos principios básicos, la verdad y el bien, se alzan como fundamento y garantía de una conciencia recta, de la libertad y los derechos humanos, y de una sociedad justa y pluralista.
Joseph Ratzinger escribió este libro siendo Prefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe. El 19 de abril de 2005, el cardenal Ratzinger fue elegido Papa, y adoptó el nombre de Benedicto XVI.
En Rialp ha publicado también Cooperadores de la verdad; Una mirada a Europa, y Bioética (del que es coautor).
El concepto de pueblo de Dios en la eclesiología de Agustín de Hipona es el concepto central de este libro, redactado como tesis doctoral por Joseph Ratzinger y que supuso su brillante entrada en el mundo de la investigación teológica. En relación con ese tema, el libro aborda también otras cuestiones: el problema del Antiguo Testamento, el de la relación entre derecho y sacramento, y la relación entre el cristianismo, el estado pagano y el paganismo como tal. En palabras del propio Ratzinger: «En la primera parte trata el doble apriori en el concepto de Iglesia agustiniano: su propia filosofía y la teología africana. En la segunda, se desarrolla el concepto de Iglesia propiamente, y no sólo en su aspecto dogmático, en lucha contra el donatismo, sino igualmente también desde la perspectiva apologética, en lucha contra el paganismo». Es este un estudio que no solo ha marcado una etapa en la investigación sobre el santo de Hipona, sino que también desarrolla algunas afirmaciones que se insertan con plena actualidad en el debate teológico postconciliar sobre el concepto de Iglesia. Un libro esencial para conocer el pensamiento sobre la Iglesia de quien hoy, bajo el nombre de Benedicto XVI, tiene la tarea de dirigir esa misma Iglesia