Historia de la teología cristiana (750-2000) es un tratado que reúne las lecciones impartidas por el autor a lo largo de muchos años de docencia en la Universidad de Navarra. Abarca desde el fin de la era patrística hasta casi nuestros días. Son sus características particulares: que contextualiza los teólogos católicos, luteranos y reformados (y, en parte, también ortodoxos) en sus coordenadas culturales (principalmente filosóficas); y que no se limita a señalar las líneas generales de esas teologías, sino que estudia con detalle las tesis de los teólogos presentados, a partir de sus propias obras, sin obviar las influencias recibidas y la posterior repercusión. De este modo, los lectores podrán comprender las posiciones de los autores analizados y valorar la coherencia interna de tales aportaciones y su comunión con la tradición cristiana.
Conocer bien la Historia de la Iglesia es imprescindible para la formación integral no solo de quien cursa Teología o Ciencias Religiosas sino para todo aquel que estudia cualquier otra disciplina humanística, así como para toda persona culta que desee comprender cuáles son los fundamentos de la cultura occidental y tener un pensamiento de raíces sólidas. En este Manual de Historia de la Iglesia antigua y medieval se recogen los principales acontecimientos desde los tiempos apostólicos hasta la caída de Constantinopla en 1453, centrándose no solo en los de carácter institucional sino también en las corrientes teológicas y espirituales, así como en el desarrollo de la vida cristiana de los fieles
Esta historia del papado de León XIII llena un vacío historiográfico en cuanto a las biografías modernas sobre el pontificado de Gioacchino Pecci. La biografía sigue un orden cronológico en su primera parte, hasta la llegada al solio pontificio, para luego abordar el pontificado de León XIII desde un punto de vista temático. El libro ofrece varios anexos que reproducen documentos que ilustran algunos de los temas centrales del pontificado leonino. También aporta una relación cronológica de los principales actos del papa. Aunque el volumen tiene un carácter divulgativo, presupone el conocimiento histórico de la época y se encuentra apoyado en fuentes archivísticas originales y en la abundante bibliografía científica que se aporta al final del mismo.
Siendo la casa, la familia y el matrimonio realidades existentes en la historia, antes del cristianismo, ¿permanecieron inmutadas, después que Cristo se encarnó y cambió el curso de la historia, o repercutió también en estos ámbitos institucionales el orden nuevo originado a partir de la encarnación del Verbo de Dios? Ése es el interrogante básico a que responde esta publicación. A partir de la novedad específica que, respecto todas las grandes y viejas culturas, significa el que «Cristo está constituido como Hijo sobre su casa, que somos nosotros» (Hb 3, 6), se intenta mostrar las implicaciones que contiene esa nueva significación religiosa del matrimonio, de la casa y de la familia en las formulaciones originarias del Nuevo Testamento y en los escritos cristianos de los tres primeros siglos. Desde esa perspectiva, se ve el valor de las relaciones paterno-filiales, en la casa, para el conocimiento de Dios Padre y de Dios Hijo por la enseñanza del Espíritu de la verdad, el significado doméstico de la vida cristiana, la función de las casas en la acción evangelizadora de Jesús, su transformación interior por la recepción del Evangelio y su contribución básica en la primera implantación de las Iglesias domésticas
"Este libro recoge los trabajos presentados en el Congreso Internacional En torno al Vaticano II: claves históricas, doctrinales y pastorales, celebrado en octubre de 2013 en la Universidad de Navarra. En el mensaje que el Papa Francisco dirigió a los congresistas, les animaba "a dar gracias al Señor por esa magna iniciativa eclesial, que fue un espléndido don de la Providencia divina a la Iglesia para impulsar su renovación e incrementar su vitalidad". Los diversos textos contenidos en el volumen buscan, en efecto, ahondar en las claves de fondo de las enseñanzas conciliadores, considerándolas ocasión e instrumento providenciales para la revitalización de la Iglesia y de su misión evangelizadora, de aquella Iglesia que lo convocó hace cincuenta años y de ésta que lo conmemora hoy"
La historiografía americanista ha constatado una renovación eclesial en la América Latina de las Repúblicas a partir de la segunda mitad del XIX, especialmente tras el Concilio Vaticano I (1870). ¿Cómo se transmitió la fe y la vida cristiana durante la primera mitad de la centuria? La primera parte del libro ofrece perspectivas esclarecedoras. En 1823 Roma tomó contacto directo con América y, superando la oposición de la corona de España –que esgrimía sus «derechos» de Patronato Regio–, Gregorio XVI, de 1831 a 1835, nombró a los obispos de México, Argentina, Uruguay, Chile y Perú; además, designó un delegado apostólico en Uruguay. La presencia en el Concilio Vaticano I de cuarenta y tres prelados hispanoparlantes y ocho brasileños expresa el trabajo institucional realizado. La segunda parte del libro expone el desarrollo conciliar en Latinoamérica en torno al Vaticano I: la aportación de los conciliares latinoamericanos al Concilio Ecuménico y la génesis y labor de los doce concilios provinciales celebrados en la América hispanoparlante de 1863 a 1897, durante los pontificados de Pío IX (1845-1878) y de León XIII (1878-1903). En la tercera se abordan dos temas muy discutidos en torno al Bicentenario de la Independencia: la participación del clero en la política activa y las relaciones Iglesia-Estado. El II Concilio neogranadino (1873) vivió un serio debate acerca del primero de ellos; el metropolitano Vicente Arbeláez, sostuvo una propuesta lúcida y anticipadora. El Delegado Apostólico en Bogotá, Mieczyslaw Ledochowski, en un informe a la Sede romana (1861) optaba por una separación, acompañada del mutuo respeto, que apoyó en la experiencia de libertad vivida por la iglesia neogranadina bajo ese régimen.
Tanto el primer volumen como éste están dedicados a las obligaciones de los oidores y oficiales reales de Indias. Los oidores son fundamentales, según el autor, para el buen gobierno en cuanto representantes de la justicia real. La posición clave que, en la Lima del XVII ocupó su autor le facilitó el conocimiento preciso de las circunstancias peruanas y de las providencias que para su gobierno, disponía La Corona, en este caso mediante la Institución de la Audiencia.La obra resulta de especial interés para el conocimiento del gobierno y de la vida en las colonias.Ángel García Muñoz, profesor Emérito de la Universidad de Zulia, fue director del Centro de Estudios Filosóficos y de la Escuela de Filosofía en la Universidad de Zulia en Maracaibo (Venezuela). Es fundador de Grupo Parva Logicalia, para el estudio de textos lógicos medievales, y del Programa de Rescate del Pensamiento Colonial Venezolano. Ha recibido numerosos premios y distinciones por su labor investigadora y sus publicaciones.
El presente volumen del Thesaurus Indicus, cuarto de los publicados en nuestra colección Pensamiento Medieval y Renacentista, completa el primero de la edición de Amberes, 1668. El autor se refiere aquí a la ética de los Mineros de Indias (Título X) y a la de los Protectores de Indios (Título XI). El volumen incluye asimismo las Additiones o Complementos que el autor añadió para redondear los temas que, tras toda la redacción, le parecieron incompletos, o aquellos otros que, en virtud de acontecimientos recientes, ameritaban de nuevas consideraciones. Con esto, se vuelven a tocar aquí la mayoría de los temas de los once primeros Títulos. Desde la justificación del título de «Thesaurus», hasta nuevas consideraciones sobre el Protector de Indios, pasando por reflexiones de tipo mercantil, y otras más como la donación de Alejandro VI –en que de nuevo nos manifiesta su españolismo antifrancés–, temas de especial interés del autor –por referirse a asuntos de la Compañía de Jesús– y curiosas puntualizaciones hechas a propósito del tema de la venta de vino por parte de eclesiásticos. Estos últimos temas son los elegidos por Ángel Muñoz García para integrar el Estudio Introductorio.
Se presentan en este libro diversos estudios, realizados a lo largo del tiempo, que pueden dar al lector una imagen de la vida de la Iglesia en América Latina, durante los siglos XVI a XVIII. En ellos se percibe el caminar esforzado, entre logros y lágrimas, del vivir cristiano en un mundo colonial.
La parte I se dedica a la primera evangelización y eclesialización ameri-canas. La parte II se centra en el siglo XVIII. El nervio principal de estos estudios son los concilios considerados regalistas, convocados por Carlos III de España por el «Tomo regio» (Real Decreto del 21 de julio de 1769), y que se celebraron en México (1771), Manila (1771), Lima (1771-1772), Charcas (1774-1778) y Santa Fé de Bogotá (1774). Fueron promovidos por el monarca para lograr la colaboración de los prelados americanos al proyecto de reforma del reino