Toda despedida es difícil, despedirse es algo que duele, pero no se puede evitar el dolor que produce la despedida, hay que hacerle frente. Sin embargo, en medio de la despedida, está la esperanza de volverse a ver.
Está a la vista de todos la proliferación de libros, folletos y revistas que con gran elocuencia y extrema desenvoltura hablan de ángeles y demonios siempre y solamente en clave esotérica y consumista, en total oposición a la revelación cristiana. Así, a la discreción, cercana al silencio, de no pocos sectores de la teología y de la catequesis, se contrapone la locualidad intransigente y mistificadora de la literatura al servicio de lo oculto.
En sus cartas, san Pablo invita en dos ocasiones a beber del Espíritu, a dejarse llenar por el Espíritu Santo hasta alcanzar la plenitud. El Espíritu que anima al cristiano, como persona individual y como miembro de la iglesia, le comunica un impulso de novedad que hace saltar por los aires los esquemas habituales, abre nuevos horizontes y mueve con entusiasmo a realizarlo.
El presente libro constituye una valiosa oportunidad para ponernos en comunión con la Santísima Virgen y recibir sus bendiciones. Incluye las oraciones que acompañan a los misterios incluidos los luminosos, fundamentos bíblicos, guías para la oración, meditaciones y reflexiones.
Esta obra hace referencia a la historia de la iglesia entre los siglos VIII y XV. El hilo conductor de la argumentación es la universalización porque, a lo largo de este período, la iglesia se fue “implantando” en todos los continentes, a través de las cruzadas, conquistas y patronatos. En consecuencia con esto se habla de la iglesia imperial, la revolución mendicante, la politización de la sede pontificia, la presencia de los pobres como situación que interroga, etc. Y se analiza también el tema de la reforma, acontecimiento sucedido al final de este período histórico.
El autor analiza la situación humana y social que genera la separación y el divorcio conyugal, igualmente, plantea algunos presupuestos con el propósito de elaborar una posible teología del fracaso conyugal. Desde esta perspectiva, Silvio Botero sugiere algunos recursos para salir al encuentro de este conflicto.
La presente reflexión puede ser útil a los sacerdotes que muy frecuentemente deben atender casos de conflicto conyugal; a los agentes de pastoral conyugal y familiar, que acompañan a muchas parejas en dificultad; a las mismas parejas en conflicto que se esfuerzan por permanecer fieles a la Iglesia pero que esperan encontrar una solución cristiana a su situación humana.
Cristiano significa discípulo de Jesús, es decir, quien sigue su doctrina, sus valores, su espiritualidad, o sea, aquel que vive la vida de Jesús. El maestro no sólo educa, sino que también transmite su propio espíritu y su propia vida a los discípulos, los cuales están llamados a crecer en el seguimiento del Señor.