La libertad interior y los ocho pensamientos malignos
Este libro es el resultado de treinta años de labor catequética centrada en la educación de los corazones jóvenes y mayores. El texto contiene una introducción básica a la lucha interior y una explicación sencilla delos ocho loghismói, los pensamientos malignos, que son las semillas del engaño humano según la división que hizo un monje del desierto del siglo IV, Evagrius Ponticus.
A la descripción de cada «pensamiento maligno», en el estilo provocativo y «mordaz» de Don Fabio, le sigue también la presentación de su opuesto. En resumen: la enfermedad y la cura…
El propósito del libro no es analizar la opresión, sino iluminar la libertad. Lo que importa no es el análisis de los errores per se, sino el descubrimiento del camino de la belleza y de la vida que ninguno de nosotros puede perder.
El autor ofrece estas páginas como apoyo para vivir la Gracia de la libertad interior de los hijos de Dios.
Vivimos un cambio de época, como señala el papa Francisco. Las convicciones creadas por el cristianismo se han disuelto. Y se produce una paradoja. La secularización, alimentada por la incapacidad de transmitir de un modo atractivo la fe, es una oportunidad para proponer la experiencia que tuvieron los primeros discípulos. No fue un conjunto de reglas, nociones o sentimientos lo que les hizo exclamar: «No hemos visto nada igual». Fue Jesús mismo.
Por eso, la forma de testimonio debe ser adecuada al momento histórico. No sirve defender espacios seguros donde se conserve la fe, construir muros. El cristianismo se encuentra y se verifica, a través de la libertad, en un mundo plural. Sin miedo al deseo humano, compartiendo con simpatía el de muchas personas que buscan una respuesta después de derrotas ideológicas y personales.
Lo que cuenta es el nacimiento de un sujeto nuevo: una persona, un grupo de personas que experimentan cómo la presencia de Cristo responde a sus exigencias humanas y transforma la inseguridad en certeza. Son testigos de una alegría imposible. De esa experiencia habla este libro.
Julián Carrón (Navaconcejo, Cáceres, 1950) es sacerdote. En 2004 se trasladó a Milán requerido por don Luigi Giussani, fundador de Comunión y Liberación, para compartir con él la responsabilidad en la guía de este movimiento. Tras el fallecimiento de don Giussani, la Diaconía de la Fraternidad de Comunión y Liberación le nombró presidente en 2005, cargo que ocupó hasta el año 2021. Ha sido profesor de Nuevo Testamento en la Universidad Eclesiástica San Dámaso de Madrid y de Teología en la Universidad Católica del Sacro Cuore de Milán
Edición de los textos al cuidado de Fernando de Haro.
¿Secretario de San Ignacio? ¿Gobernante en la sombra? ¿Teólogo y divulgador en los inicios de la espiritualidad ignaciana? ¿Quién fue? Formado en el seno de una familia de pudientes comerciantes burgaleses y tras una seria formación en París, Juan Alfonso de Polanco decide ingresar en la Compañía de Jesús tras hacer los Ejercicios Espirituales en Roma (1541) con el Jesuita Diego Laínez; dejaba atrás un futuro prometedor como «scriptor apostolicus» en el Vaticano.
Sus cualidades y dones naturales ofrecían un perfil muy adecuado para ser el perfecto secretario. Fue el hombre de confianza, «memoria y manos», de los tres primeros Generales de la Compañía de Jesús: Ignacio de Loyola, Diego Laínez y Francisco de Borja.
Pero Polanco fue más que un Secretario. Uno de los silenciosos arquitectos de la nueva Orden que en 1540 había recibido la aprobación del Papa Paulo III, fue Asistente general y Vicario de la Orden; teólogo en Trento y profundo conocedor de los Ejercicios Espirituales. Hombre de consejo, profesor y riguroso historiador de los primeros años de la Compañía de Jesús (Chronicon Societatis Iesu, 6 vols.), Polanco no se vio libre del conflicto.
JOSÉ GARCÍA DE CASTRO, SJ es profesor de Teología Espiritual y de Espiritualidad Ignaciana en la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid. Ha publicado en esta misma colección El Dios Emergente. Sobre la consolación sin causa (n. 26, 2001) y ha dirigido el Diccionario de Espiritualidad Ignaciana (2 vols., nn. 37-38, 2007); también ha publicado en Sal Terrae Pedro Fabro. La cuarta dimensión (2006).
Luis M. Martínez desvela la conexión entre el dolor y la alegría en un camino espiritual profundo. Inspirado en ejercicios espirituales, este libro eleva la fe al transformarla en un vínculo inquebrantable con Dios?.
Este volumen contiene los últimos ejercicios espirituales impartidos por el autor a Concepción Cabrera de Armida, beatificada en 2019 en la basílica de Guadalupe (México). El texto revela a dos almas santas – director y dirigida –, y por ese motivo se ofrece ahora sin apenas adaptación.
La beata Concepción Cabrera padeció numerosas penalidades, en especial durante el último año de su vida, cuando realiza estos ejercicios. Consumada en la unidad, entró finalmente en la perfecta alegría, que no está en el dolor, como en la tierra, sino en el supremo amor de la bienaventuranza eterna.
Neste livro, propõe-se o desafio de viver uma vida de entrega a Deus e aos outros sem ser consumidos pela exaustão nem pelo stresse. A imagem da sarça ardente que não se consome pelo fogo, tal como vem apresentada no Livro do Êxodo, pode ser sugestiva a este propósito (cf. Ex 3,1-4.17). O amor de Deus que a faz arder é o agente da sua preservação. A imagem convida-nos a aprofundar o conhecimento da relação entre o ser e o agir de cada pessoa. A atividade tem um sentido, mas não é ela que domina e dá forma à identidade do ser humano. Ao mesmo tempo, a pessoa entrega-se e manifesta-se na sua ação, crescendo na vivência da sua identidade, construindo, com a ajuda de Deus, a resposta à vocação recebida. Identidade e missão estão relacionadas de uma forma mais íntima do que nos casos das profissões, e essa ligação pode-se conhecer melhor quando é abordada simultaneamente desde um ponto de vista psicológico, espiritual, pessoal e comunitário-eclesial. Da introdução
Detengámonos un momento e intentemos pensar en la frecuencia con la que nos encontramos abrumados por deberes y plazos, sin tiempo para nosotros mismos. ¿Cuántas veces buscamos un equilibrio adecuado entre velocidad y lentitud, y nos concedemos algo de silencio y de aburrimiento? Son dos dimensiones temidas, pero también necesarias e inevitables.
¿Cuándo fue la última vez que nos detuvimos a reflexionar sobre nuestra felicidad y contemplamos las maravillas que hay a nuestro alrededor? La belleza del arte, la plenitud de una castidad que es libertad y posesión, amor y amistad...
En un mundo sufriente en el que el hombre se ha colocado por encima de toda criatura, deberíamos, con humildad, aprender del pequeño caracol, y redescubrir nuestro ritmo natural, escucharlo, respetarlo.
Partiendo del éxito de su catequesis sobre “los cinco pasos del misterio”, Maurizio Botta nos invita a meditar la grandeza de la vida cotidiana y la necesidad de proteger un espacio de serenidad en el frenesí de nuestro tiempo.
Misericordia y verdad
«Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, y de entre ellos yo soy el primero. Y si Dios me concedió misericordia, fue para que Cristo Jesús manifestase primeramente en mí toda su paciencia y sirviese de ejemplo a quienes habían de creer en él para conseguir vida eterna» (1 Tim 1,15-16). «Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz» (Jn 18,37). Estas dos afirmaciones describen la situación de todo hombre que se encuentra con Cristo y se adhiere a él por la fe: inmediatamente se reconoce como un pecador alcanzado por la misericordia infinita de aquel que es la Verdad (Jn 14,6). Este libro se enmarca entre estas dos afirmaciones, sin sostener ninguna tesis particular, por lo que puede ser leído en el orden que cada uno quiera; su única pretensión es contemplar y saborear la belleza de este abrazo entre la misericordia y la verdad que es Cristo.
«El retiro de las actividades, a veces exigentes, es una puer­ta abierta para una dedicación más detenida y sosegada a la oración y al cultivo del espíritu. La actividad exterior cede primacía a la interioridad. Es un tiempo de descanso de los trabajos anteriores; se van experimentando las limitaciones en todos los órdenes; las penalidades de la vida y la soledad son compañeras cotidia­nas; la sintonía con la voluntad de Dios inclina a comprender que la ancianidad es también una edad preciosa de la vida. Al terminar este periodo de la existencia, que se prolonga­rá lo que Dios quiera, le doy gracias, porque me ha conservado la vida hasta los 80 años. En sus manos estoy con sereni­dad y confianza.
Hay efemérides en que conmemoramos acon­tecimientos tan relevantes de la vida de las per­sonas y de la historia de las instituciones, que merecen ser recordados con gratitud, ya que la significación que tuvieron en su momento no ha perdido capacidad de inspirar y de fecundar el presente. Olvidarlos nos empobrecería. En este libro rescato algunos escritos en torno a tales he­chos memorables que pueden actualmente tener algún interés. Han acontecido hace tiempo, pero su palabra no ha enmudecido» (R. Blázquez, de la Presentación).
Ricardo Blázquez Pérez (Villanueva del Campillo, Ávila, 1942). Arzobispo de Valladolid desde 2010. Creado Cardenal el año 2015. Profesor en la Facul­tad de Teología de Salamanca desde el año 1974 hasta 1988. Presidente de la Conferencia Episcopal Espa­ñola desde 2005 a 2008 y desde 2014 a 2020. Entre sus numerosas publicaciones destacan: Jesús sí, la Iglesia también (1985), La esperanza en Dios no de­frauda (2004), Iglesia, ¿qué dices de Dios? (2007), Un obispo comenta el Credo (2013), Al atardecer de la vida (2021), y Regreso a Ávila (2022). Fue nom­brado «Hijo Predilecto de Valladolid» por el pleno del Ayuntamiento el 11 de enero de 2022.
Las meditaciones recogidas en este volumen son breves enseñanzas que el P. Mauro Lepori --abad general de la Orden del Císter-- ofrece, en el estilo monástico de los «sermones capitulares», dentro del Curso de Formación Monástica que promueve la orden anualmente.
«La amistad de Cristo, ser amigos de Jesús: esta experiencia, esta gracia, permite que conozcamos todo lo que Jesús escucha del Padre. La amistad de Cristo nos comunica todo, nos hace conocer todo, el todo de la Verdad. No hay conocimiento o formación más profunda y totalizante que la amistad de Cristo. No existe universidad, curso de formación, estudio, que pueda enseñar algo tan grande y verdadero como la experiencia de la amistad de Cristo.(...)
La humildad que se nos pide es la de creer verdaderamente que se nos ha dado la posibilidad de conocer todo acogiendo principalmente la relación de amistad con el Señor. En otras palabras, como dice san Benito: 'No anteponer nada al amor de Cristo'. Preferir el amor de alguien: esta es en el fondo la mejor definición de la amistad».