Grande y meritoria obra que agrupa y ofrece la principal documentación litúrgica aparecida desde el inicio del llamado "Movimiento Litúrgico" de san Pío X, en 1903, hasta el pontificado del papa Francisco (2019). Está dividida en seis partes: 1ª. Documentación litúrgica previa al Concilio Vaticano II. 2ª. Documentación litúrgica para concretar, poner en práctica y favorecer la reforma litúrgica de este Concilio. 3ª. Documentación litúrgica complementaria. 4ª. Documentación litúrgica postconciliar. 5ª. Documentación litúrgica durante el pontificado del papa Benedicto XVI, y 6ª. Documentación litúrgica durante el pontificado del papa Francisco (2019). Una documentación, en fin, toda ella numerada en más de 7.000 párrafos para su mejor localización y referencia. La importancia teológica, pastoral, jurídica y docente de este "Nuevo Enquiridion" está fuera de toda duda. Lo mismo que la solvencia de su autor, Andrés Pardo.
Este libro contiene el texto íntegro del documento La sinodalidad en la vida y en la misión de la Iglesia, de la Comisión Teológica Internacional, del 2 de marzo de 2018; y los comentarios al mismo de Piero Coda, Carlos M. Galli, Santiago Madrigal y José San José Prisco.
Sinodalidad es un término nuevo que expresa la identidad de la Iglesia como Pueblo de Dios en camino, en peregrinación hacia el Reino; subraya la dignidad común de todos los cristianos y afirma su corresponsabilidad en la misión evangelizadora. La Comisión Teológica Internacional ha elaborado un documento que trata por primera vez de forma orgánica y programática este tema y ofrece una aclaración de la sinodalidad con respecto a la colegialidad y la comunión eclesial. En una lectura transversal y esencial, el comentario teológico que ofrece esta publicación se centra en cuatro cuestiones principales: las fuentes normativas de la sinodalidad en la Escritura y en la historia de la Iglesia (por Santiago Madrigal); los fundamentos teologales de la sinodalidad como dimensión constitutiva de la Iglesia a la luz del Concilio Vaticano II (por Carlos M. Galli); las formas institucionales de la sinodalidad en las Iglesias particulares (por José San José), y la sinodalidad como oportunidad ecuménica (por Piero Coda).
Exhortacion Apostolica
postsinodal
sacramentum caritatis
Del Santo padre
Benedicto XVI
Al episcopado, al clero,
A las personas consagradas
Y a los fieles laicos
Sobre la eucarestia,
Fuente y colmen de la vida
Y de la misión de la iglesia
Charles J. Chaput critica audazmente la sociedad occidental contemporánea, fijando su mirada provocativa sobre una cultura neopagana, que sufre desde hace tiempo la erosión gradual de la fe y la libertad religiosa y ofrece una guía profética y animante para que los cristianos sepan cómo enfrentarse con éxito a sus desafíos sin conformarse con sobrevivir, de modo que hagan suyas la alegría, la belleza y la grandeza de vivir en el mundo.
San Hilario de Poitiers es una de las figuras más significativas del siglo IV. Fue obispo de su ciudad natal, vivió desterrado en Oriente y participó en todas las grandes controversias doctrinales y político-religiosas de su tiempo. Fue un apasionado defensor de la fe, al tiempo que un espíritu conciliador y abierto. En su obra confluyen las tradiciones doctrinales de Oriente y Occidente, y destaca en ellas la originalidad profunda de su pensamiento.
Edición bilingüe preparada por Samuel Fernández.
La carta Sobre los sínodos de Hilario de Poitiers fue escrita desde el exilio, en medio de una severa crisis teológica y eclesial, y está dirigida a los obispos occidentales que se preparaban para participar en el sínodo de Rímini (359). Por medio de ella, Hilario buscaba exponer el contenido de la fe de los obispos orientales, que era objeto de sospechas, no siempre justificadas. El obispo de Poitiers se esfuerza por hacer comprensible algunas posturas teológicas orientales rechazadas en Occidente solo porque no eran bien entendidas. Para ello, transcribe y comenta credos, cánones y otros documentos fundamentales para conocer el desarrollo de la teología en el siglo IV. Esta carta combina una aguda sabiduría teológica con un auténtico espíritu eclesial. En palabras de Manlio Simonetti, se trata de una «obra de inteligencia y penetración poco común, que revela por primera vez en un occidental una plena conciencia de la compleja realidad religiosa de Oriente».
Samuel Fernández Eyzaguirre (Santiago de Chile, 1963), sacerdote diocesano, es doctor en Teología y Ciencias Patrísticas por el Instituto Patrístico «Augustinianum». Actual mente es profesor de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Su área de especialización es el desarrollo de la cristología y de la teología trinitaria en el cristianismo primitivo.
Me he decidido a escribir sobre este tema porque he llegado, por la misericordia providencia del Señor, a una edad muy avanzada y deseo compartir mis experiencias con quienes se encuentran en circunstancias similares. A mis propias vivencias se suman no pocas que he podido observar en personas que también llegaron a contar muchos abriles, algunas ciertamente en mejores condiciones que otras, aunque todas pagando el oneroso tributo al paso de los años.
El texto de la Constitución, en latín y castellano, con una presentación de Mons. Pere Tena.
Testo in SPAGNOLO
El evento sinodal que hemos vivido 1. «Derramaré mi Espíritu sobre toda carne y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, y vuestros jóvenes verán visiones y vuestros ancianos soñarán sueños» (Hch 2,17; cf. Jl 3,1). Esta es la experiencia que hemos hecho en este Sínodo, caminando juntos y disponiéndonos a la escucha de la voz del Espíritu. Él nos ha sorprendido con la riqueza de sus dones, nos ha colmado de su valentía y su fuerza para llevar la esperanza al mundo. Hemos caminado juntos, con el Sucesor de Pedro, que nos ha confirmado en la fe y nos ha fortalecido en el entusiasmo de la misión. Pese a provenir de contextos muy distintos, desde el punto de vista cultural y eclesial, hemos notado desde el inicio que había una sintonía espiritual, un deseo de diálogo y una verdadera empatía. Hemos trabajado juntos, compartiendo lo que más nos importaba, comunicando nuestras preocupaciones, sin esconder nuestras fatigas. Numerosas intervenciones nos han conmovido y nos han llenado de compasión evangélica: nos hemos sentido como un único cuerpo que sufre y se alegra. Queremos compartir con todos la experiencia de gracia que hemos vivido y transmitir a nuestras Iglesias y al mundo entero la alegría del Evangelio. La presencia de los jóvenes ha marcado una novedad: a través de ellos ha resonado en el Sínodo la voz de toda una generación. Caminando con ellos, peregrinos a la tumba de Pedro, hemos experimentado que la cercanía crea las condiciones para que la Iglesia sea un espacio de diálogo y testimonio de fraternidad que fascine. La fuerza de esta experiencia supera toda fatiga y debilidad. El Señor sigue repitiéndonos: No temáis, yo estoy con vosotros.
El evento sinodal que hemos vivido 1. «Derramaré mi Espíritu sobre toda carne y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, y vuestros jóvenes verán visiones y vuestros ancianos soñarán sueños» (Hch 2,17; cf. Jl 3,1). Esta es la experiencia que hemos hecho en este Sínodo, caminando juntos y disponiéndonos a la escucha de la voz del Espíritu. Él nos ha sorprendido con la riqueza de sus dones, nos ha colmado de su valentía y su fuerza para llevar la esperanza al mundo. Hemos caminado juntos, con el Sucesor de Pedro, que nos ha confirmado en la fe y nos ha fortalecido en el entusiasmo de la misión. Pese a provenir de contextos muy distintos, desde el punto de vista cultural y eclesial, hemos notado desde el inicio que había una sintonía espiritual, un deseo de diálogo y una verdadera empatía. Hemos trabajado juntos, compartiendo lo que más nos importaba, comunicando nuestras preocupaciones, sin esconder nuestras fatigas. Numerosas intervenciones nos han conmovido y nos han llenado de compasión evangélica: nos hemos sentido como un único cuerpo que sufre y se alegra. Queremos compartir con todos la experiencia de gracia que hemos vivido y transmitir a nuestras Iglesias y al mundo entero la alegría del Evangelio. La presencia de los jóvenes ha marcado una novedad: a través de ellos ha resonado en el Sínodo la voz de toda una generación. Caminando con ellos, peregrinos a la tumba de Pedro, hemos experimentado que la cercanía crea las condiciones para que la Iglesia sea un espacio de diálogo y testimonio de fraternidad que fascine. La fuerza de esta experiencia supera toda fatiga y debilidad. El Señor sigue repitiéndonos: No temáis, yo estoy con vosotros.
"¡Afán, afán de cuerpo! Querer vivir es anhelar la carne, donde se vive y por la que se muere. Se Busca oscuramente sin saberlo un cuerpo, un cuerpo, un cuerpo.”
Esta obra analiza el largo, complejo y rico proceso de recepción y formulación de las problemáticas ambientales en la Iglesia católica, desde la Rerum novarum (1891) hasta la Laudato si’ (2015), imprescindible para comprender tanto esa evolución como el carácter dinámico del pensamiento social católico y su capacidad para abrirse, dialogar e incorporar una de las cuestiones centrales de nuestro tiempo: el reto de la sostenibilidad. El análisis de la ingente documentación generada a lo largo de más de un siglo de reflexión científica, ética y teológica, junto al estudio del papel desempeñado por los diversos actores eclesiales, permite comprender la riqueza de la propuesta católica ante la crisis ecológica contemporánea, una propuesta que bien merece el adjetivo de integral.