Una novela clásica en el más puro sentido, un libro que desde su primera edición no ha dejado de leerse a pesar de los años transcurridos. Por su sentido teológico, profético y apocalíptico es un libro de lectura obligatoria para todo católico con un mínimo de inquietud espiritual.
Lo que sorprende del libro no es la capacidad de imaginación y de proyección de adelantos científicos escrita hace más de cien años, lo increíble es su compresión, ya entonces, de a dónde podía llegar la degeneración del hombre vestida de humanismo moderno; y cuál podía ser la figura de un Anticristo verdaderamente seductor para un hombre del siglo XX. Su visión es la crónica de una sociedad literalmente materialista en la que la vida por nacer o por concluir no tiene ningún valor si no se ajusta perfectamente a los cánones de calidad, belleza y salud que la sociedad prescribe. Una cultura de la muerte encarnada en el más aséptico humanismo.
El ambiente descrito recrea a la perfección el aburrimiento de un mundo edificado de espaldas a Dios. Definitivamente laicista y empachado de vacío existencial, en el que el enemigo del progreso y la sociedad es sin duda el católico de a pie que mantiene su fe y sus dogmas frente a un mundo que pretende relegar toda moral al ámbito privado.
Una novela épica.
Robert Hugh Benson (1871-1914) Miembro del famoso grupo de escritores católicos de la primera mitad del siglo XX formado por Ronald Knox, Hilaire Belloc y GK Chesterton entre otros.
Benson era el hijo más joven de EW Benson, Arzobispo de Canterbury y su esposa, Mary. Sus dos hermanos fueron reconocidos literatos.
Estudiante de Eton y posteriormente de la Universidad de Cambridge. Fue ordenado por su padre en 1895 como clérigo anglicano. A pesar de la inquietud espiritual que le acompañó en sus años de estudiante, decidió seguir la "profesión de la familia". Tras la muerte de su padre y despues de pasar una temporada en Oriente Medio, comenzó a mirar más de cerca el catolicismo. Intentó varias veces acallar sus dudas, sin embargo; a medida
que continuó sus estudios y comenzó a escribir, se hizo cada vez más incómoda su posición doctrinal y, el 11 de septiembre de 1903, fue recibido en la Iglesia Católica.
Galardonado con el título de Dignatario de Honor de la Orden del Santo Sepulcro.En 1904 fue ordenado sacerdote católico y enviado a Cambridge donde continuó escribiendo a la vez que se dedicada a sus obligaciones como sacerdote.
Murió a la prematura edad de 43 años, debido a problemas cardiacos causados por exceso de trabajo y neumonía. Ya tenía editadas 15 novelas de éxito reconocido, aunque se dedicó también a otros géneros: apologética, teatro y devocionarios, incluso libros para niños.
Poco antes de morir fue nombrado Monseñor por Pío XII.
Cuando la joven Emma –hija soltera del rico y distinguido señor Woodhouse– pierde la compañía de su antigua institutriz, toma bajo su tutela a la humilde Harriet Smith. Su extracción modesta y su simpleza, además de su hermosura, hacen de ella una candidata perfecta para que Emma pueda entregarse a su ocupación favorita: arreglar la vida de los demás. Sus afanes para que Harriet haga un matrimonio ventajoso y su personalidad manipuladora sufrirán, sin embargo, distintos reveses antes de que la situación alcance un final inesperado y feliz.
Esta sátira de la Revolución rusa y el triunfo del estalinismo, escrita en 1945, se ha convertido por derechos propio en un hito de la cultura contemporánea y en uno de los libros más mordaces de todos los tiempos. Ante el auge de los animales de la Granja Solariega, pronto detectamos las semillas de totalitarismo en una organización aparentemente ideal; y en nuestros líderes más carismáticos, la sombra de los opresores más crueles.
Jean-Jacques Rousseau es quizá más conocido por sus obras filosóficas ("El contrato social", el "Emilio" o los "Discursos") que por su producción literaria. Incluso él mismo se declaró adversario de la literatura. Sin embargo, en "La nueva Eloísa", un Rousseau sorprendentemente atrevido reúne en una obra magistral toda su filosofía política y pedagógica, todas sus ideas sobre la sociedad, la familia, los hombres y las mujeres, el amor, la felicidad, la religión, que nos ayudan a entender el mundo moderno que él contribuyó a crear y el mundo posmoderno en el que vivimos. "La nueva Eloísa" es la gran novela de la literatura francesa y una de las más importantes de la literatura europea. Más allá del complejo entramado argumental de esta novela, con sus intrigas, malentendidos, sorpresas y golpes de efecto, quien la lea entenderá mucho mejor "El contrato social", el "Emilio" o los "Discursos", y toda la repercusión que esos textos y el pensamiento de Rousseau tuvieron en las revoluciones burguesas primero y proletarias después, en el mundo entero. Pero, además, escrutará de la mano del autor las profundidades del alma humana, masculina y femenina, y asistirá a la disección del sentimiento amoroso, cuya complejidad aparece presentada en todas sus variantes.
Concebida en un principio como continuación de “Las aventuras de Tom Sawyer” –publicada también en El libro de bolsillo–, “Las aventuras de Huckleberry Finn” es reputada sin discusión como la obra maestra de Mark Twain (1835-1910). Retrato inigualable de la animada vida de la “frontera” de unos Estados Unidos en formación, la novela se articula en torno a la huida de Huck y del esclavo Jim río Mississippi abajo, en un largo viaje que constituye asimismo un inolvidable periplo moral y personal en busca de la libertad.
Con "Las flores del mal" se impone un nuevo estilo de lectura: el autor y el lector deben echar toda la carne en el asador. La obra le conceptuó ante la opinión pública y el poder como un autor del que había que desconfiar; y sin embargo Baudelaire confesó haber puesto en "estas flores" lo mejor de sí mismo. Charles Baudelaire fue un "dandy". Fue uno de tantos jóvenes que buscan una manera de reaccionar contra una sociedad uniformadora. Cultivó la diferencia entre él y sus semejantes excavando un vacío cultural. No quiso "la fama vulgar de una buena persona".