Convertido en emperador de Brasil a los veintitrés años, Pedro I marcó con su huella la historia de dos continentes. Desmedido y contradictorio, las mujeres fueron su salvación y su perdición: mientras su esposa, la virtuosa Leopoldina de Austria, lo llevó a la cumbre, su amante, la ardiente Domitila de Castro, lo arrastró a la decadencia. Cuando el inmenso Brasil se le hizo pequeño y el poder dejó de interesarle, puso su vida en juego por aquello que creía justo. Y alcanzó la gloria.
Con la belleza exuberante del trópico como telón de fondo, Javier Moro narra con pasión por el detalle la prodigiosa epopeya del nacimiento del mayor país de Sudamérica.
Barcelona, 1957. Daniel Sempere y su amigo Fermín, los héroes de La Sombra del Viento, regresan de nuevo a la aventura para afrontar el mayor desafío de sus vidas. Justo cuando todo empezaba a sonreírles, un inquietante personaje visita la librería de Sempere y amenaza con desvelar un terrible secreto que lleva enterrado dos décadas en la oscura memoria de la ciudad.
Al conocer la verdad, Daniel comprenderá que su destino le arrastra inexorablemente a enfrentarse con la mayor de las sombras: la que está creciendo en su interior. Rebosante de intriga y emoción, El Prisionero del Cielo es una novela magistral donde los hilos de La Sombra del Viento y El Juego del Ángel convergen a través del embrujo de la literatura y nos conduce hacia el enigma que se oculta en el corazón del Cementerio de los Libros Olvidados.
Cruza el puente de los Asesinos con Arturo Pérez-Reverte y vive la trepidante conspiración para asesinar al dogo de Venecia.
«Diego Alatriste bajó del carruaje y miró en torno, descon­fiado. Tenía por sana costumbre, antes de entrar en un sitio incierto, establecer por dónde iba a irse, o intentarlo, si las cosas terminaban complicándose. El billete que le ordenaba acompañar al hombre de negro estaba firmado por el sargento mayor del tercio de Nápoles, y no admitía discusión alguna; pero nada más se aclaraba en él.»
Nápoles, Roma y Milán son algunos escenarios de esta nueva aventura del capitán Alatriste. Acompañado del joven Íñigo Balboa, a Alatriste le ordenan intervenir en una conjura crucial para la corona española: un golpe de mano en Venecia para asesinar al dogo durante la misa de Navidad, e imponer por la fuerza un gobierno favorable a la corte del rey católico en ese estado de Italia.
Para Alatriste y sus camaradas -el veterano Sebastián Copons y el peligroso moro Gurriato, entre otros-, la misión se presenta difícil, arriesgada y llena de sorpresas. Suicida, tal vez; pero no imposible.
Creador junto con Aleksandr Pushkin de la gran prosa rusa del siglo xix que habría de prolongarse en Dostoyevski, Tolstoi y Chéjov, Nikolai Gógol plasmó en «Almas muertas» la misma visión ácida y satírica de Rusia que impregna sus Historias de San Petersburgo, entre las que se cuentan relatos tan célebres como «La nariz» y «El abrigo». La publicación en 1842 de la presente novela, que alcanzó notable repercusión y levantó algún revuelo, le valió gran fama y consolidó su reputación de gran narrador. Su protagonista, Chíchikov, pergeña el plan de comprar “almas muertas” –esto es, la propiedad de siervos fallecidos– para así poder pedir un crédito al Estado, con esta propiedad como aval, antes del siguiente censo. El relato de sus andanzas por la Rusia rural, así como de su resultado, es una de las cimas de la literatura de este país, en la que se puede apreciar el talento de Gogol no sólo para la sátira, sino también para la descripción de inolvidables caracteres.
Ilustrativas de distintos momentos de la primera etapa creadora de Fiódor Dostoyevski (1821-1881), las tres narraciones recogidas en este volumen pertenecen al periodo anterior a la publicación de sus grandes novelas. Tanto Noches blancas (1848) –escrita mientras formaba parte de la redacción de la Gaceta de Petersburgo– como El pequeño héroe (1849) –centrada en el tema de la infancia y la iniciación en el misterio de la sexualidad– reflejan la estrecha y peculiar vinculación que tuvo con el romanticismo el Dostoyevski anterior al destierro en Siberia (1849-1859). Un episodio vergonzoso (1862) marca un decisivo cambio de tono e intención. En este relato, un escritor plenamente maduro traza con maestría una aguda caricatura de la clase dirigente en la Rusia del zar Alejandro II. Traducción de Juan López-Morillas
Un país fascinante y desconocido, Haití, una cultura milenaria, una lucha a muerte entre los españoles y los indios por la conquista de la isla hace siglos, una sociedad de hechiceros cuyas raíces se pierde en la noche de los tiempos, el vudú, la leyenda de la flor de oro, un objeto que encierra un poder inconmensurable
Traducido por: Carlos Manzano
De mayor Zezé quiere ser poeta y llevar corbata de lazo, pero de momento es un niño brasileño de cinco años que se abre a la vida. En su casa es un trasto que va de travesura en travesura y no recibe más que reprimendas y tundas; en el colegio es un ángel con el corazón de oro y una imaginación desbordante que tiene encandilado a su maestra. Pero para un niño como él, inteligente y sensible, crecer en una familia pobre no siempre es fácil; cuando está triste, Zezé se refugia en su amigo Minguinho, un arbolito de naranja lima, con quien comparte todos sus secretos, y en el Portugués, dueño del coche más bonito del barrio.
Publicada por primera vez en 1968, Mi planta de naranja lima es la emocionante historia de un niño al que la vida hará adulto precozmente. En esta novela, José Mauro de Vasconcelos recreó sus recuerdos de infancia en el barrio carioca de Bangú con un lirismo y una ternura que cautivaron a los lectores desde su aparición y que la han convertido en uno de los libros más leídos de la literatura brasileña contemporánea.