Los sermones de esta sexta entrega de los Sermones Parroquiales fueron predicados a lo largo de seis años, entre 1836 y el decisivo 1841. La impresión es que Newman seleccionó con mucho equilibrio los veinticinco sermones de este volumen. Por un lado, se advierte una media de cuatro sermones por año, con la excepción de 1840 que cuenta con cinco, 1836 solo con tres, más un imprevisto sermón de 1831 sobre la Trinidad. Y por otro, se percibe una clara línea temática y litúrgica: los primeros siete sermones se dedican a la Cuaresma; los siete siguientes a la Pascua; los cuatro siguientes a la Ascensión; los cuatro siguientes a Pentecostés, y los tres últimos a la Trinidad. En efecto, el cristiano comienza con la áspera humillación de la Cuaresma y termina en la gloria del Dios Uno y Trino, pasando por la Muerte del Hombre-Dios, su Resurrección y su marcha al seno del Padre y al amor del Espíritu.
Queste meditazioni, considerazioni devote e preghiere sono state scelte dalla raccolta di testi di John Henry Newman predisposta e pubblicata postuma dal suo segretario ed esecutore letterario, William Neville. Spesso sorprendentemente semplici e dirette, abbinano il linguaggio tradizionale della devozione cattolica alla voce tipica del card. Newman. La maggior parte del testo è costituita dalle Meditazioni sulla dottrina cristiana, più una selezione di commenti alle litanie lauretane. Vi è inclusa anche quella Via breve alla perfezione che esprime vivacemente la convinzione secondo la quale, per amare Dio e obbedirgli, non dobbiamo far altro che svolgere bene i nostri compiti quotidiani. È "perfetto colui che svolge il lavoro di ogni giorno in modo perfetto, e non serve andare oltre a questo per cercare la perfezione".
Figura di spicco della cultura europea dell'Ottocento, John Henry Newman è oggetto di nuovo e crescente interesse, favorito dalla sua beatificazione da parte di Benedetto XVI nel settembre 2010 e per l'attualità del suo pensiero in campo filosofico, teologico, letterario e educativo. Fece scandalo nell'Inghilterra vittoriana la sua conversione dall'anglicanesimo al cattolicesimo: questo atto coraggioso e drammatico fu un profetico segnale per molti uomini e donne del suo tempo e continua a essere un monito per gli uomini e le donne del nostro tempo. Appassionato interprete dell'esperienza umana, Newman elaborò, all'interno della tradizione analitico-empirista, un'originale dottrina dell'assenso e della certezza, che rivalutando l'esistenza concreta superò ogni forma di scetticismo. Fu, in tutta la sua lunga vita, affascinato dal Mistero cristiano. Teologo innovatore e studioso scrupoloso, riconobbe nella Chiesa di Roma la vera continuazione delle prime comunità cristiane. Questa raccolta di brani, tratti dalle sue più importanti opere, vuole delineare, in modo semplice e accessibile a tutti, un profilo del pensiero e della figura di Newman, con l'auspicio che, anche in Italia, un numero sempre maggiore di lettori si accosti agli scritti di questo autore
Una meditazione sulla morte, sull'incontro con Dio e sul destino che attende l'anima cristiana. Newman, attraverso Geronzio, si spinge fino ad una verità profonda e stupefacente, cioè che nella morte si è finalmente se stessi. Introduzione di Enzo Vicari.
En estos treinta y dos sermones, John Henry Newman vuelve a poner de manifiesto su fuerza, frescura y audacia. Fuerza en la verdad de su mensaje, que es el mensaje de Dios; frescura en la palabra, con un lenguaje cercano y familiar que se aleja del empleado en sus estudios teológicos; y audacia para acercar al hombre a lo verdaderamente esencial del cristianismo. En este segundo volumen de la serie completa de los Sermones parroquiales, un clásico de la espiritualidad cristiana, Newman demuestra nuevamente la coherencia de su trayectoria, que comenzó con su ordenación como pastor anglicano en 1825 y terminó, tras su conversión en 1845, como cardenal de la Iglesia católica.
Edición revisada y anotada de la obra cumbre del Cardenal Newman. Dedicada a investigar el tipo de asentimiento propio de las certezas religiosas, y a medio camino entre el ensayo filosófico y apologético, la Gramática del asentimiento sigue siendo hoy en día una referencia original e ineludible para comprender la razonabilidad de la fe cristiana.
Un tema original y atrayente, muy atractivo para un público muy definido.
“Así como la primera venida del Señor tuvo su precursor, así también lo tendrá la segunda. El primero fue "Alguien más que un profeta", San Juan Bautista; el segundo será más que un enemigo de Cristo, será la misma imagen de Satán, el pavoroso y aborrecible Anticristo. Acerca de él, tal cual las profecías lo describen, me propongo hablar; y al hacerlo me guiaré exclusivamente por los antiguos Padres de la Iglesia”.
Los sermones que componen esta obra (El tiempo del Anticristo, La religión del Anticristo, La ciudad del Anticristo y La persecución del Anticristo) fueron predicados durante los cuatro domingos del tiempo de Adviento de 1835.
El autor:
John Henry Newman (Londres, 1801 - Birmingham, 1890) fue el primogénito de seis hermanos nacidos en el seno de una familia burguesa de confesión anglicana. A los quince años experimentó su primera conversión religiosa, que le llevó a vivir una fe evangélica. Tras cursar estudios en Oxford, fue ordenado presbítero de la iglesia de Inglaterra. Formó parte del llamado Movimiento de Oxford que, como reacción de una iglesia sometida a un gobierno secularizado, surgió con el propósito de restituir en el anglicanismo el derecho a considerarse como parte de la Iglesia universal, engarzándolo con la tradición de los padres de la Iglesia y de los grandes teólogos, pero sin ”romanizarlo”. Tras una serie de controversias con distintos obispos anglicanos debidas a sus posiciones cada vez más pro-católicas, en 1842 se retiró a Littlemore. Como consecuencia de sus estudios y tras varios años de oración, en 1845 dio el paso de entrar en la Iglesia Católica. En 1847 fue ordenado sacerdote. El Papa León XIII, en reconocimiento a sus méritos, le elevó al cardenalato en 1879. En 1991, Juan Pablo II impulsó su causa de beatificación al declararlo venerable. Finalmente, fue beatificado por Benedicto XVI el 19 de septiembre de 2010. Entre sus numerosas obras cabe destacar su autobiografía Apologia pro Vita Sua (publicada en Ciudadela Libros) además de Perder y Ganar, Persuadido por la Verdad o Cartas al Duque de Nortfolk
En 1864, John Henry Newman, para defenderse de las acusaciones de insinceridad que el polemista Charles Kingley presentó contra él, decidió escribir el relato de su vida. De esta anecdótica controversia surgió una de las autobiografías más personales, íntimas e influyentes de la literatura occidental: Apologia pro vita sua. La temática es la conversión de Newman del anglicanismo a la Iglesia Católica; una historia que versa sobre el valor de nuestras propias elecciones.
Apologia pro vita sua es el testimonio de cómo una batalla personal librada en el terreno de la religión y del dogma teológico puede resultar tan apasionante como llena de significado. Newman, con intensidad y elocuencia únicas, va exponiendo los conflictos y cambios en los que forjó su existencia: sus comienzos como pensador liberal, su conversión a la iglesia de Inglaterra, su ordenación como clérigo anglicano, su gradual movimiento hacia el pensamiento católico, su liderazgo del Movimiento de Oxford, su llamamiento a la santidad y a la catolicidad de la iglesia de Inglaterra para concluir en su “vuelta al hogar de Roma”.
Pero, aparte de las poderosas razones espirituales, hay un motivo secular para leer, o re-leer, la Apologia: su maestría literaria. Newman fue un escritor excepcional. Su prosa es un ejemplo estelar de la mejor literatura victoriana.
Desde las Confesiones de San Agustín, publicadas 1600 años antes, pocas autobiografías han tenido la relevancia de esta obra de Newman. Apología pro vita sua servirá de inspiración para todas las personas de fe y de guía para todos los que vivan un peregrinaje espiritual
Il cardinale John Henry Newman sarà beatificato dal Papa il 19 settembre 2010, a Birmingham, durante il suo viaggio apostolico nel Regno Unito (16-19 settembre 2010). Questo evento segna il culmine della riscoperta di questo grande teologo, oggi considerato tra i più importanti nella storia della Chiesa. In particolare, va sottolineata la sua influenza sul pensiero di Joseph Ratzinger, che si esprime sia nella concezione dell’atto di fede come atto razionale sia nella centralità attribuita alla coscienza, da non confondersi con un individualismo arbitrario.
John Henry Newman (1801-1890), teologo, filosofo e cardinale inglese, è il più autorevole apologeta della fede cattolica che la Gran Bretagna abbia prodotto nel corso della sua storia. Molto amato in Italia, la sua ricchissima opera è ampiamente tradotta in italiano. Verrà proclamato beato da papa Benedetto XVI, una tappa decisiva in vista della canonizzazione, e il 9 ottobre è stato fissato come giorno di festa a lui dedicato.
Convertito della tempra di Paolo e di Agostino, autorevole apologeta della fede, prosatore efficacissimo, questo sacerdote anglicano divenuto cattolico nell’ottobre del 1845 e cardinale nel 1879, sorprende per la modernità delle sue analisi. Molte delle difficoltà che la Chiesa si trova oggi ad affrontare sono puntualmente anticipate nei suoi scritti.
Prima della sua conversione al cattolicesimo Newman fu per quasi vent’anni parroco della chiesa anglicana di Saint Mary, a Oxford, ed era considerato il predicatore più dotato del suo tempo. I sermoni che vi teneva in occasione delle feste più importanti – come nei normali giorni liturgici – sono un esempio tra i più efficaci della straordinaria forza spirituale del suo pensiero.
Qual è il segreto del persistente richiamo esercitato dagli scritti di Newman? Forse risiede nel modo fresco, persuasivo e incredibilmente vivace con cui ci presenta il cristianesimo. Penetra a fondo nelle pieghe delle verità e dei grandi temi che si propone di indagare (l’obbedienza alla Legge di Dio, l’autenticità della professione di fede, l’importanza dell’amore e della carità ecc.), senza il timore di assumere posizioni scomode o difficili, e anzi imboccando con decisione e lucidità le vie che conducono al cuore di ogni argomento. E poi continua a incantarci perché ci sollecita a non dare un fiacco assenso a una serie di enunciazioni astratte, ma a cercare un vivido incontro con un insieme di realtà concrete, che conquistano tutta la nostra persona e a cui ci chiede di aderire senza esitazioni o incertezze, nella sostanza e non solo nella forma.
In questa raccolta, curata dallo stesso Newman, il lettore troverà alcune delle sue omelie più belle, «così rivoluzionarie nella forma e cristalline nel ragionamento», come scrive la grande scrittrice Muriel Spark nella prefazione al volume. La raccolta di quelli che lui stesso considerava i suoi migliori sermoni rappresenta quindi l’introduzione più efficace all'insegnamento di Newman.
Questo volume delle "Opere" di Newman raccoglie il meglio dell'autore in quanto poeta e in quanto cultura di poesia. Nel costituire questa antologia poetica essenziale non poteva mancare l'opera, ad un tempo poetica e teatrale, che è il Sogno di Geronzio, una premonizione della vita eterna. Culmine dello sforzo poetico dell'Autore, ma anche espressione piena dell'orizzonte filosofico e teologico che Newman, nel fare poesia, non abbandonava ed anzi trasfigurava in un registro espressivo più universale della stessa saggistica.