Tal vez, Nuevos ensayos sobre el entendimiento humano, obra publicada póstumamente en 1765, sea la más representativa de la voracidad intelectual de G. W. Leibniz. En ella aparecen múltiples referencias a los más variados campos del saber y a los más diversos autores sin por ello ceder un ápice de profundidad en la forma de pensar sobre unos y otros. El pensamiento de Leibniz arranca de un diálogo con los problemas y autores de su época, pretendiendo constituirse en la filosofía de la reunificación de la cristiandad. De ahí su atención a Spinoza y sus intentos frustrados de dialogar con Locke, cuyo Ensayo sobre el entendimiento humano (1690) provocó la redacción entre el verano de 1703 y enero de 1704, del grueso de estos Nuevos ensayos sobre el conocimiento humano. En ellos Leibniz intenta plantear una contraposición entre las diversas concepciones globales del mundo, lo que arrastra tras de sí a todos los campos del saber. La insistencia en la inmortalidad del alma y su inseparabilidad del cuerpo, la indestructibilidad de las mónadas, la universalidad de su percepción o el optimismo leibniziano son algunos de los temas abordados en esta obra, sin duda una de las más profundas e inclasificables del pensamiento filosófico europeo.
Visión aguda y profunda de la vertiente fundamental del pensamiento kantiano, la “razón práctica” o moral, que proporciona las claves para una precisa comprensión actual del criticismo y de la estructura del idealismo trascendental. Este libro es realmente una introducción densa pero asequible a Kant, cuya influencia no ha dejado de sentirse a lo largo de los dos últimos siglos en Occidente. Su airada polémica sobre las “pruebas de Dios” y su idea de los hombres como “reino de los fines” en busca del “supremo bien”, siguen hoy tan vivas como en los tiempos de Kant.
Índice
Modo de citar los textos de Kant p. 13.
Introducción p. 15.
I. Algunas claves de la metafísica kantiana p. 21.
1. "Revolución copernicana": desde el hombre y más
allá p. 21.
2. Del yo de la "pura apercepción" al nosotros del "reino
de los fines" p. 33.
3. La compleja contraposición del "fenómeno y
noúmeno" p. 44.
II. La "Teología trascendental" y su crisis p. 77.
1. Caracterización de la "teología transcendental" p. 80.
2. La estructura conceptual en la "teología trascendental" p. 81.
3. La estructura argumentativa de la "teología
trascendental" p. 86.
4. Objeciones kantianas a la "teología trascendental" p. 93.
5. Reflexiones conclusivas p. 109.
III. El teísmo moral: fe racional y existencia de Dios p. 115.
1. La fe racional en Dios, según las "Críticas" p. 116.
2. La crisis del teísmo moral p. 139.
IV. La visión del mundo del teísta moral p. 161.
1. El reino de la libertad y sus posibles "dos fuentes" p. 163.
2. Libertad y naturaleza: búsqueda de armonización p. 197.
Conclusión p. 229.
1. El teísmo moral kantiano para un creyente en Dios p. 230.
2. El mensaje humanista del teísmo moral p. 244.
Esta obra, en la que se estudia la cuestión fundamental sobre la posibilidad de la metafísica, presenta una aportación original al determinar que “metafísica” es más bien “meta antropología”, con el problema del “sentido” como su centro de gravedad y no el del “ser”.
Libro de gran interés y una de las obras maestras de Romano Guardini, en la que se estudia la esencia del poder, su origen y su evolución histórica. No se centra solo en el poder político, sino que se interesa en éste como realidad que envuelve al hombre: poder sobre sí mismo, sobre la naturaleza, sobre el mundo.
Guardini presenta en este primer volumen una selección de sus obras cuyo eje es el diálogo que él siempre intentó con la cultura de su tiempo. La afronta con un conocimiento preciso de la historia del pensamiento, y determina los centros neurálgicos que afectan el modo de vida del hombre actual. El lector encontrará orientaciones sobre cómo abordar la construcción de la sociedad actual que, envuelta en un horizonte mundano, ve con reparo cualquier alusión a una autoridad divina
En tiempos recientes, las concepciones relativistas y constructivistas de la verdad y del conocimiento han alcanzado el estatus de ortodoxia en amplios sectores del mundo académico. En el presente libro Paul Boghossian examina críticamente estas corrientes y señala sus fallos fundamentales. El punto de vista intuitivo, propio del sentido común, es que hay un modo de ser de las cosas que es independiente de nuestras opiniones, y que podemos llegar a creencias acerca del mismo que son objetivamente razonables y vinculantes para cualquier persona —no importa cuál sea su origen social o cultural— capaz de apreciar las pruebas relevantes. Sería un error pensar que la filosofía ha descubierto razones poderosas para rechazar esta noción. Este libro breve, lúcido e ingenioso es una lectura estimulante y aporta una base sólida para oponerse al relativismo.
Electra es muy similar a Antígona en algunos aspectos, y trata un tema muy relacionado con las Coéforas, de Esquilo, también desarrollado por Eurípides en su tragedia homónima de la primera. Electra y Orestes, hijos de Agamenón, vengan la muerte de éste en su propia madre Clitemnestra, que lo ha asesinado con la ayuda de su amante Egisto. Una serie de equívocos, engaños y revelaciones desvela la esencia de cada uno de los personajes, y lleva al cumplimiento del mandato emitido por el oráculo de Delfos.
Sófocles (c. 496-406 a.C.) ocupa el lugar central en la tríada de grandes trágicos áticos, entre Esquilo y Eurípides. Nació en Colono, cerca de Atenas, hijo de un rico fabricante de armaduras. Su infancia y primera juventud coincidieron con la expansión del imperio ateniense. Fue elegido dos veces general, pero sobre todo se consagró a su actividad de dramaturgo. Se le atribuyen unas ciento veinte obras, y veinticuatro victorias con sus tetralogías en las competiciones dramáticas atenienses; conservamos siete tragedias suyas.
Los catorce libros que forman la Metafísica aristotélica no estaban destinados originalmente a la publicación, sino que eran material para la enseñanza, que peripatéticos posteriores (sobre todo Andrónico de Rodas en el siglo I a.C.) reunieron, ordenaron y titularon; lo cual plantea varios problemas en cuanto a cronología, composición interna, relaciones entre libros, estructura global, etc. Y sin embargo, se trata de una de las obras más influyentes de toda la Antigüedad. En su análisis de las dos principales nociones de la obra, sobre el ser o ente, ousía (ámbito de la ontología), y sobre la entidad suprema (ámbito de la teología, o ciencia primera), Aristóteles instituye una serie de categorías –como materia y forma, potencia y acto, sustancia y esencia– y razonamientos aplicados a la existencia que desde su tiempo se han sucedido acerca de lo universal, la causa primera, y, en suma, de lo que rebasa el mundo de lo sensible, el cambio, la generación y la corrupción, objeto de las ciencias particulares.
Aristóteles se aparta de su maestro Platón y su distante mundo de las ideas para configurar un universo inmanente, atraído hacia un motor inmóvil –causa final simple e inmutable– dedicado a una actividad eterna de pensamiento puro.
Introducción, traducción y notas de T. Calvo Martínez. Revisión: Paloma Ortiz García.