El teólogo da razón de su esperanza, para que el no creyente pueda entender la palabra del evangelio, cumpliendo así una misión especial de todo apóstol: ser colaborador de la alegría de sus hermanos, especialmente en tiempos de perplejidad o desesperanza.
En este libro se intenta justificar teológicamente el modo de comprender la teología como Historia de la Salvación. Es la materia denominada Teología Fundamental, cuyo fin es sustentar correctamente todo el edificio teológico. La renovación conciliar supone la necesidad de profundizar en la comprensión de la Revelación divina como principal fundamento de la teología, frente a la anterior perspectiva teológica centrada en la justificación de las dogmas.
Al tratar de Cristo, este tercer tomo es el centro de toda la obra. LA novedad estriba en presentarle como “acontecimiento”, por ser la aparición de una persona concreta e irrepetible pero abierta a una misión universal. Vemos así cómo su misión y su persona se identifican.
Este cristocentrismo debe ser la norma que permita al cristiano encontrar la vida para participar en la comunión intratrinitaria.