Prefacio del papa Francisco.
Introducción de Gerhard Ludwig Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Editado por Pierluca Azzaro y Carlos Granados.
«Cuando leo las obras de Joseph Ratzinger/Benedicto XVI me resulta cada vez más claro que él ha hecho y hace "teología de rodillas": de rodillas porque, antes incluso que ser un grandísimo teólogo y maestro de la fe, se ve que es un hombre que cree verdaderamente [...] él encarna ejemplarmente el corazón de toda la acción sacerdotal [...] ese profundo enraizamiento en Dios [...] él encarna esa constante relación con el Señor Jesús» (Papa Francisco).
«La crisis del sacerdocio en el mundo occidental, en los últimos decenios es también el resultado de una radical desorientación de la identidad cristiana ante una filosofía que transfiere dentro del mundo el sentido más profundo y el fin último de la historia y de toda esperanza humana, privando a estas así del horizonte transcendente y de la perspectiva escatológica. Con el presente volumen, Joseph Ratzinger nos indica un camino que conduce fuera de esta crisis en la que (sin importaciones ni motivaciones teológicas y sociológicas adecuadas) ha caído el sacerdocio católico; crisis que ha conducido a muchos sacerdotes —muchos de los cuales había además iniciado su camino con amor y celo— a un estado de personal incertidumbre y confusión sobre su papel en la Iglesia. Este volumen podrá ser consultado con fruto no solo para la definición teológico-científica del sacramento del Orden, sino también para la profundización espiritual de la vocación sacerdotal, como también para los ejercicios de los sacerdotes y para el anuncio del "misterio glorioso de la Nueva Alianza, el ministerio del Espíritu y de la vida" (cf. 2 Cor 3,6-8)» (Card. Gerhard Ludwig Müller).
Título de la ed. original: Insegnare e imparare l'amore di Dio. Racolta di omelie di Joseph Ratzinger/Benedicto XVI in occasione del 65esimo anniversario di ordinazione sacerdotale del Papa emerito.
El contenido de esta obra coincide con el texto del vol. XII (p.509-778) de la colección de Obras completas de Joseph Ratzinger.
He aquí un subsidio para la oración persola y comunitaria con ocho propuestas para la adoración eucarística sobre las obras de misericordia espirituales, para contemplar la misericordia de Dios y asumirla como estilo de vida propio:
1. Misericordiosos como el Padre
2. Dar consejo al que lo necesita
3. Enseñar al que no sabe
4. Corregir al que yerra
5. Consolar al triste
6. Perdonar las ofensas
7. Soportar con paciencia a las personas molestas
8. Rogar a Dios por los vivor y difuntos
Cada esquema se desarrolla en cuatro momentos:
1. Llamados y acogidos por ti
2. A la escucha de tu Palabra
3. Te alabamos y te damos gracias
4. Testigos de tu misericordia
Una buena apotación sobre este tema siempre abierto: ¿cómo nos ayudan el espacio y su distribución a vivir las celebraciones? Fernando López Arias (Málaga, 1982) es presbítero incardinado en la Prelatura del Opus Dei. Arquitecto por la ETS de Arquitectura de Madrid-UPM y doctor en Teología litúrgica por la Pontificia Universidad de la Santa Cruz (Roma). Actualmente desarrolla su actividad docente y de investigación en el Instituto de Liturgia de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, que compatibiliza con el asesoramiento litúrgico en proyectos de edificación de nuevos templos.
Con el fin de facilitar a nuestros lectores textos sobre la misericordia en el año 2016, Rialp publica este volumen con dos homilías de san Josemaría, extraídas de sus volúmenes Amigos de Dios (“Con la fuerza del amor”) y Es Cristo que pasa (“El corazón de Cristo, paz de los cristianos”).
Al igual que en el tomo anterior, los 18 textos reunidos en este último volumen de los Sermones parroquiales no formaron parte de la primera edición de 1842, previa a la conversión de Newman al catolicismo, sino que fueron incluidos en la reedición de 1968. Al ser reeditados el propio Newman pudo comprobar, con gran alegría, que podía suscribir como sacerdote católico todo lo que había predicado como clérigo anglicano.
Los sermones de este volumen abarcan diversas épocas y temáticas, aunque únicamente cuatro de ellos son posteriores al decisivo verano de 1839, en el que Newman tuvo la visión intelectual de que «después de todo, Roma tiene razón». Siendo los asunto de los que tratan muy variados --la conciencia, la verdad, la primacía de lo sobrenatural frente a la mundanidad, los milagros y la fe, el pecado, la conversión-- el tema más recurrente es el de la obediencia, pudiendo ser interpretados algunos de los sermones dedicados a ella en clave biográfica.
Edición típica para México según la tercera edición típica latina, aprobada por la Conferencia del Episcopado Mexicano y reconocida por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.
Características generales: Materiales de máxima calidad para la cubierta y las pestañas. Estampaciones en dorado y en golpe seco. Cantos dorados. Cintas de registro anchas y en color oro. Estuche individual
Edición preparada por Pablo Cervera Barranco.
Para aquellos domingos en que la predicación no tenía lugar en marco litúrgico, el Papa mismo se ocupaba de suplir esa carencia con sus breves y jugosas intervenciones con ocasión del rezo del Ángelus y del Regina caeli. Por ese motivo han sido reunidas aquí las que recogen referencia expresa de Benedicto XVI a los textos litúrgicos de la misa dominical.
Por ser este volumen cronológicamente el primero en publicarse, recogemos en este ciclo C las predicaciones con ocasión de solemnidades, fiestas o memorias de los santos.
Evangelio 2016. Camino, verdad y vida - Ciclo C nos ofrece los Evangelios que se proclaman en la Misa diaria. Los domingos incorporan todas las lecturas y la antífona del salmo responsorial. Cada día ofrece un comentario pastoral y espiritual, precedido de un titular, y una sencilla oración. La página se complementa con el tiempo litúrgico correspondiente, la semana del salterio para la Liturgia de las Horas, la abreviatura de las lecturas del día, la memoria litúrgica, el santoral completo y la jornada conmemorativa para determinados días del año. El Evangelio ofrece, además, el Ordinario de la Misa, un calendario litúrgico, un índice alfabético de santos y advocaciones marianas, con la fecha de su celebración, un compendio de las principales oraciones del cristiano y un examen de conciencia en treinta preguntas. Disponible en dos tamaños, el Evangelio dedica una página para cada día, de lunes a sábado, y una doble página para los domingos.
¿Por qué el Evangelio no es -con demasiada frecuencia- el criterio y la fuerza que organiza nuestra vida y nuestra convivencia con los demás?
Quizá esto nos suena a sermón. O lo vemos como una serie de mitos y leyendas increíbles. Y hasta suele ocurrir que haya quienes ven en el Evangelio un libro de religión, uno más entre tantos otros que ni interesan ni convencen a mucha gente. Y es que, a poco que se piense, se nos puede ocurrir una pregunta que no es fácil de responder: ¿podemos asegurar que los pueblos y países en los que más se lee el Evangelio son aquellos en los que la gente es más honrada, más honesta, más sincera, más fiable, más buena gente? En otras palabras, ¿por qué no vemos la coherencia -que deberíamos ver- entre Evangelio y Ética?
Sin duda los cristianos necesitamos un encuentro con el Evangelio que produzca en nosotros la misma reacción que produjo en quienes lo vieron y lo oyeron en tiempo de Jesús: entusiasmo en los que sufren y rechazo en los causantes del sufrimiento. Se comprende por qué el papa Francisco insiste tanto en que llevemos siempre con nosotros un ejemplar de los evangelios.
Y en que lo leamos con frecuencia.
Gran parte de los cristianos se encuentran hoy en un estado de “analfabetismo religioso”, según una expresión bien gráfica de Benedicto XVI, que se corrige no solo mediante la enseñanza espiritual: es necesaria también una alfabetización litúrgica.
Cincuenta años después del Concilio Vaticano II todavía quedan en él riquezas por descubrir. Su reforma litúrgica no pretendía simplemente cambiar unos textos, sino más bien renovar una mentalidad: hacer de la Misa el centro y la raíz de la vida cristiana. El autor ofrece en estas páginas una ayuda para lograrlo, partiendo de cada palabra y de cada gesto de la celebración.
Juan José Silvestre Valor (Alcoy, Alicante, 1973) es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y en Historia de la Iglesia por la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, donde es Profesor de Teología Litúrgica. Sacerdote, Doctor en Liturgia por el Pontificio Istituto Liturgico Sant’Anselmo de Roma, fue consultor del Ufficio Celebrazioni Liturgiche del Sommo Pontefice y en la actualidad es consultor de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.