240 páginas
Aristóteles valora mucho más la poesía que su maestro Platón (quien la proscribía en su Estado ideal), aunque coincide con él al considerarla un arte imitativo o representativo (mimesis), opuesto no a la imaginación sino a lo puramente fantástico o imposible, y concede gran importancia a su efecto sobre las emociones. Aristóteles subraya el valor psicológico y moral del arte, desembarazado de prescripciones al artista, y crea algunos conceptos cuya importancia perdura hoy: la piedad o compasión y el temor como efectos emocionales de la tragedia, la catarsis que desencadena la contemplación de las grandes acciones dramáticas. Distingue varios elementos constituyentes de la tragedia (trama o argumento, imitación del personaje o caracterización, expresión verbal, espectáculo, canto), los examina en todas sus posibilidades y expone con maestría como se combinan y enhebran para producir una intensa experiencia estética y moral.
Por su parte, Magna Moralia es un tratado de ética de autoría incierta, que trata cuestiones como la esencia de la virtud y los fundamentos de la felicidad humana. En este sentido, y aunque en un registro menor, es complementaria de la Ética nicomáquea (también en esta colección).
984 páginas
Creador de mitos fundamentales, como el de la caverna, instauró asimismo conceptos filosóficos esenciales: Justicia, Verdad, Belleza o Bien en su proverbial teoría de las Ideas. Su obra está plagada de conversaciones chispeantes y laberínticas, de irónicos discursos o graves sentencias, así como de imágenes poéticas y hasta de un tenue halo de erotismo.
Estudio introductorio de Antonio Alegre Gorri.
Largo tiempo se ha debatido si lo que expone Platón (c. 427-347 a.C.) en el Timeo se debe interpretar literalmente o bien se trata de un análisis de todas las fuerzas que actúan en el mundo en clave de argumento literario. El Timeo es la obra cosmológica de Platón inserta en su proyecto político. En ella presenta al demiurgo, el divino creador, el hacedor de los dioses inferiores, del alma del universo y de la parte inmortal del alma humana. Un hacedor bueno que siempre tiene como modelo las Formas, independientes de la esfera contingente y perecedera. La función del demiurgo es ordenar el caos del mundo sensible, y para ello dotará al universo de alma, principio del movimiento. El Timeo constituye una fundamentación natural de la ética y la política al tiempo que una base ontológica para la física.
Las obras de Aristóteles (Estagira, c. 384 - Eubea, 322 a.C), el discípulo más aventajado de Platón y su gran crítico, concentran la totalidad de la sabiduría griega de la Antigüedad e inauguran la ciencia y la metafísica occidentales. La fuerza de su personalidad impregnará toda la vasta Edad Media hasta la llegada de Descartes y la época moderna. Mente metafísica a la par que científica, el filósofo ateniense se interesó tanto por el estudio de la Naturaleza como por la antropología y la conducta de los seres humanos. Sus obras siguen siendo una guía de sabiduría vital. El espíritu de Aristóteles, fascinado por la inmensa riqueza de la Naturaleza, no se conformó únicamente con investigar los hechos objetivos, ni con la observación de las plantas, los animales y hasta de los cataclismos naturales. El anhelo que lo embargaba lo impulsó a descubrir las causas primeras de las cosas y el escrutinio de la divinidad: Dios, como primero y único motor inmóvil, era la causa final del mundo, y la filosofía, la actividad más noble del ser humano.
Estudio introductorio de Miguel Candel, profesor titular de Historia de la Filosofía Antigua y Medieval en la Universidad de Barcelona. Ha traducido el Órganon y el tratado Acerca del cielo, de Aristóteles. Es autor de El nacimiento de la eternidad, Apuntes de filosofía antigua (2002) y Metafísica de cercanías (2004).
El tratado Sobre las líneas indivisibles, que la tradición atribuye a Aristóteles, está en la línea de los Elementos de Euclides. Combina aritmética y geometría, pero apunta ya a su aplicación al tratamiento formal del pensamiento filosófico, y mantuvo su influencia en el ámbito de las matemáticas a lo largo de varios siglos.
José Ortega y Gasset (1883-1955), el filósofo español de renombre universal, se formó intelectualmente en Alemania, aunque siempre se mantuvo en permanente diálogo con la circunstancia histórica española. Pensador de verbo claro y sobrio sentido común, fue también un estilista de la palabra, así como un gran orador y conferenciante, y periodista además de profesor. Dejó una obra extensa que abarca decenas de volúmenes, con la que supo incorporar la filosofía española a la corriente filosófica europea y occidental. Ortega y Gasset articuló un pensamiento en el que la vida humana es la realidad radical. Junto a ella, la circunstancia y el perspectivismo que aquella impone, constituyen principios sistematizadores en un proyecto filosófico muy original cuyo programa podría resumirse con la expresión «superación del idealismo». Este volumen refleja la evolución interna de la obra de Ortega y Gasset, gestada bajo las tensiones y desgarros de un tiempo histórico complejo y convulso.
LAS PROVINCIALES-OPÚSCULOS-CARTASPENSAMIENTOS-OBRAS MATEMÁTICAS-OBRAS FÍSICAS
Pascal, fue un excelente matemático y un físico extraordinario. Aunque consideraba estas disciplinas como las más sublimes que haya inventado la mente humana, también las veía como un juego comparado con lo que verdaderamente importa en la vida: la fe. Ni las matemáticas ni la física nos consuelan frente a las desgracias inherentes a la condición humana; son incapaces de instruirnos acerca de nuestro destino, ni tampoco sobre el sentido de la vida y la muerte
502 páginas
De la ingente producción de Aristóteles son numerosas las obras conservadas, pero también son muchas las que se han perdido y de las que sólo conocemos citas y menciones indirectas. Si las obras conservadas son los tratados filosóficos y científicos ordenados y editados por Andrónico de Rodas en el siglo I a.C., los escritos perdidos se corresponden, por lo general, con las obras dirigidas al gran público («obras de divulgación», diríamos hoy) y, en su mayor parte, estaban redactados en forma de diálogo. Entre estas obras se encontraban, por citar algunos ejemplos, Sobre la filosofía, Sobre las Ideas, Sobre el Bien o el Protréptico. Los diálogos de Aristóteles, literariamente bien cuidados, formalmente bien construidos, le dieron en la Antigüedad fama de escritor elegante. Ya desde el siglo XIX, ha sido considerable el interés y el esfuerzo de los filólogos por recopilar y ordenar los fragmentos del Estagirita, así como por dilucidar hasta qué punto las obras perdidas mostraban a un Aristóteles distinto del que conocemos por los tratados conservados, más cercano a las teorías platónicas o si, por el contrario, reflejan ya un distanciamiento claro de las tesis de su maestro.