Introducciones, notas y versión española por Daniel Ruiz Bueno.
El seguimiento de Jesús llevó a sus discípulos, desde el comienzo de su historia, al extremo de dar su vida al ejemplo de su Maestro, «cabeza de los mártires», en expresión de san Agustín. Esta entrega martirial nacía de su hondo sentido de libertad. En nombre de Dios no quitaban la vida a nadie, sino que se la dejaban arrancar, confiados en que la muerte era para ellos, en realidad, el comienzo de la verdadera Vida. Preparado en su día por Daniel Ruiz Bueno, este libro titulado Actas de los mártires se basa en textos originales, griegos y latinos, de las más depuradas ediciones críticas. De gran valor t también es el estudio introductorio que completa la edición.
La edición popular, publicada cuando la anterior (Ed. típica) cumple un año de vida, ofrece el mismo texto bíblico en su integridad, pero en un formato reducido, descargado de muchas notas e introducciones y, por tanto, más fácilmente transportable y más económico. Se trata de facilitar que «la piedad popular encuentre en las palabras de la Biblia una fuente inagotable de inspiración» (Directorio sobre la piedad popular y la liturgia, 87). Se quiere también responder a la exigencia manifestada ya por Benedicto XV de que los libros bíblicos se divulguen más mediante la oferta de ediciones con un formato «más cómodo» (Spiritus Paraclitus, EB 479).
Características:
— Traducción de los textos originales
— Incluye breves introducciones a los libros
— Con notas complementarias de carácter histórico, teológico y literario
— Indicaciones de citas paralelas a cada uno de los pasajes
— Incluye cuatro mapas históricos a color
— Libro presentado en formato manejable
— Edición enriquecida con un índice litúrgico de todas las lecturas de las misas del año
Después de más de cuatro siglos, se presenta por primera vez en edición crítica y bilingüe la obra literaria de santo Tomás de Villanueva (1482-1555), religioso agustino y arzobispo de Valencia, realizada por un equipo de investigadores agustinos de España.
Variadas razones apremiaban la realización de este arduo trabajo: la dificultad de acceso a la obra del santo, cuya última edición es la de Manila (1881-1883; 1897); la necesidad de una versión en español, ya que la casi totalidad de sus conciones o sermones ha sido publicada en latín (solo 32 conciones fueron publicadas en español en 1952, de las 454 que se registran en esta edición); dar a conocer a toda clase de personas ―religiosas y seglares― la singular expresión, por medio de la predicación, de un hombre de Dios, santo, sabio y clarividente; la cercanía de una palabra que modeló las mentes más brillantes de nuestro Siglo de Oro literario con su elocuencia mesurada y siempre concorde con la fe genuina de la Iglesia; y, sobre todo, responder a un deseo muy sentido en el ámbito de la Orden de San Agustín, a la que perteneció, y de la archidiócesis de Valencia, a la que sirvió, de hacer patente y accesible su magisterio, para que, en un día no lejano, sea honrado con el merecido título de Doctor de la Iglesia universal.
Santo Tomas de Villanueva sigue teniendo, sin duda, una palabra nueva y una ejemplar actitud para esta nuestra desconcertada y envejecida Europa del s. XXI.
Edición bilingüe y crítica de las Conciones y otros escritos de Santo Tomás, que consta de 10 tomos (cf. Complemento). ISBN o.c.: 978-84-220-1511-6.
El Didascalicon, redactado en 1130, es una obra capital de la literatura pedagógica de la Edad Media. El autor selecciona y define todas las áreas de conocimiento vigentes en su época, demostrando que no solo están totalmente integradas entre ellas, sino que resultan necesarias para el logro de la perfección tanto en lo referente a la vida terrenal como en lo tocante a la eterna.
Dividida en seis libros, presenta una clasificación nueva de la ciencia. Divide la Filosofía en cuatro ramas: Teórica, Práctica, Mecánica y Lógica. La Teórica, a su vez, comprende la Teología, la Matemática y la Física. La Filosofía Práctica consta de tres partes: moral personal, moral administrativa o privada y moral civil o pública. La Mecánica tiene seis ramas: el lanificio o arte textil, la fabricación de armas, la agricultura la caza, la medicina y el arte teatral. La Lógica abarca la gramática y la teoría de la argumentación.
La obra fue escrita para los estudiantes que acudían a la Escuela de San Víctor y su finalidad, que el mismo Hugo señala en el prefacio, es establecer normas para sacar el máximo provecho a su estudio.
La obra se presenta aquí por primera vez en edición bilingüe latín-castellano, con una traducción ampliamente contrastada y un completo estudio preliminar.
Carmen Muñoz Gamero es doctora en Historia de la Educación por la UNED. Ha trabajado en el campo de la Pedagogía Medieval, y publicado artículos sobre la obra de Hugo de San Víctor.
M.ª Luisa Arribas Hernáez es doctora en Filología Clásica por la Universidad Complutenses y actualmente profesora titular de Lengua Latina en la UNED. Ha publicado traducciones y diversos estudios de carácter filológico sobre escritores latinos y obras de época clásica, medieval y renacentista.
Pertenece a la serie Collectio scriptorum mediaevalium et renascentium, n.º 6. Editado en colaboración con la Universidad Nacional de Educación a Distancia (ISBN 978-84-362-5964-3).
Edición preparada por Mª Encarnación González Rodríguez, Postuladora de la Causa del Doctorado de San Juan de Ávila.
«Este libro es una obra de colaboración nacida del reconocimiento, el afecto, la admiración e incluso el seguimiento del Maestro Ávila. Porque, sin duda alguna, Juan de Ávila atrae. Atrajo mucho en su tiempo, hasta el punto de ser consejero y maestro no solo de grandes santos, sino también de un buen número de hombres y mujeres entre los que escuchaban su palabra, anclada siempre en la Palabra de Dios. Atrajo entonces, ha continuado atrayendo a lo largo de los siglos que nos separan de él y atrae también hoy. En todos los artículos habla el cariño, el afecto, la admiración y, por supuesto, el conocimiento de este Doctor de la Iglesia que supo aunar en magnífica concordia la más sólida y exquisita preparación académica con la más auténtica llaneza y sencillez. Que propuso un camino de santidad a todo género de personas tanto en el recogimiento de las iglesias y los conventos como en el bullicio de las calles, los mercados o las plazas. Que acertó a poner adecuadas palabras a la única Palabra que invariablemente transmitía en su enseñanza. Que hizo oración y vida su consejo y su predicación. Que fue maestro de santos, instrumento de sonadas conversiones, orientador de conciencias y guía seguro para todo el pueblo de Dios» (M.ª ENCARNACIÓN GONZÁLEZ RODRÍGUEZ, Postuladora de la Causa del Doctorado de San Juan de Ávila).
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Introducciones de Luis Mª. Mendizábal. Transcripciones y notas de Ignacio Iparraguirre, Cándido de Dalmases y Manuel Ruiz Jurado
La Autobiografía y el Diario espiritual contienen la quintaesencia de la vivencia religiosa de San Ignacio de Loyola. Hay entre esas dos obras una íntima vinculación: representan la proyección exterior y la dimensión interior del itinerario del santo. Son como las dos caras de una misma moneda.
La Autobiografía responde a las instancias de los compañeros de Ignacio, que le urgían a que contara cómo el Señor le había guiado a lo largo de su accidentada existencia. El Diario espiritual, en cambio, nos habla de su peregrinación interior. Viene a ser como una mirada al microscopio por la que se aprecia la densidad espiritual del camino ignaciano.
Prólogo de Miguel Florí, S.I.
El criterio es, según su propio autor, «un ensayo para dirigir las facultades del espíritu humano por un sistema diferente de los seguidos hasta ahora». Se trata, pues, de un método original y, en sus líneas esenciales, indispensable para aprender a pensar bien, o sea, para ejercitar la actividad intelectual, que conviene en orden a conocer la verdad o a dirigir el entendimiento por el camino que conduce a ella.
Edición preparada por Fabriciano Ferrero y Francisco J. Tejerizo
San Alfonso María de Ligorio (1696-1787), obispo, fundador de la Congregación de Misioneros Redentoristas y doctor de la Iglesia (1871), fue proclamado por el Pío XII "patrono de confesores y moralistas". Creador de publicaciones y actividades apostólicas, su misión eclesial continúa vigente en centros académicos, así como en la pluma y la oración de moralistas eminentes.
En los cuatro tratados que forman este libro, San Alfonso enseña también caminos de perfección y de ascenso a la cima de la unión con Dios. El núcleo central de la espiritualidad alfonsiana es Jesucristo, manifestación suprema del amor de Dios al hombre, que pide a su vez respuesta de amor en el mismo Cristo. En este sentido, San Alfonso va de la mano de Santa Teresa de Jesús, "mi abogada" -dice él-. San Juan de la Cruz, San Francisco de Sales y muchos autores más fluyen de la pluma del santo Doctor, que recurre con frecuencia a los textos de la Sagrada Escritura.