«El futuro del mundo y de la Iglesia pasa a través de la familia» (Juan Pablo II, 29.XI.1980). Por consiguiente, es indispensable y urgente que todo hombre de buena voluntad se esfuerce por salvar y promover los valores y las exigencias de la familia. Quienquiera que se comprometa con el mañana de forma realista y eficaz –subrayó con insistencia el beato Juan Pablo II, y recuerda con igual exigencia S.S. Benedicto XVI– ha de ser consciente de que la empresa más importante a llevar a cabo tiene por objeto la familia. La familia es mucho más que una unidad jurídica, social y económica. Hablar de familia es hablar de fe y de vida, de educación, de transmisión de valores y de tradiciones; es hablar de amor, de solidaridad, de acogimiento y compañía, de estabilidad personal y social; es hablar de una comunidad de generaciones, que comprende no solo a padres e hijos, sino también a los abuelos y antepasados.
El hombre mediático es un saltimbanqui. Picotea información paseando por las redes sociales. Lee opiniones dubitativas en blogs digitales y prensa convencional, escucha las voces en ráfagas de la radio y curiosea el mosaico triturado del espectáculo audiovisual. Vive el ecosistema del tardoperiodismo en que se busca el entretenimiento, el esgrima de las ideas encrespadas, la contextualización del cotilleo. Atrapado en la opacidad de una telaraña que reconstruye la realidad con los cohetes multicolores del simulacro, está perplejo o domesticado. Se comunica sincrónicamente, sin tiempo reflexivo, ubicado en un espacio sin distancias. Vive en el ciberespacio y la blogesfera, inmerso en la interactividad e hipertextualidad, olvidando que no es lo mismo información que comunicación, que sin periodistas no hay periodismo y que el proceso de encapsulamiento de los medios es irreversible.
¿Qué se entiende por «primeros cristianos»? ¿Cómo vivían su fe los primeros cristianos? ¿A qué se debió la intolerancia de los emperadores romanos con el cristianismo? ¿Por qué causaba admiración entre los paganos el amor que apreciaban entre los cristianos? ¿Por qué los mártires eran tan bien considerados en las comunidades cristianas primitivas? ¿Cómo celebraban los sacramentos de la iniciación cristiana? ¿En qué se basaba su esperanza en la vida eterna?
¿Fundamentar la ética en la postmodernidad? ¿Cuándo impera por doquier el relativismo ético? Sí, precisamente por eso, y porque el autor es olímpico nadador contra corriente. El trabajo, de fondo clásico, está redactado con estilo moderno, carece de aparato crítico y es de un perfil apto para un público amplio. En sus capítulos se revisa la contraposición entre el planteamiento ético clásico y el moderno, la naturaleza de la acción humana, el fundamento y el objeto de la ética, la índole de la voluntad, las aporías de la negación que ofrece la ética de Nietzsche (inspirador de la postmodernidad), la complexión de lo cultural, histórico y social, las tres grandes nociones éticas –virtudes, normas y bienes– y su conexión con la prudencia racional.
La Teología Moral Fundamental se ocupa de los fundamentos del ser y del obrar moral del cristiano. Su objeto son los actos libres del bautizado, creado a imagen de Dios y redimido en Cristo. La perspectiva desde la que considera esos actos es la relación que guardan con la salvación o fin último del hombre. Son dos los propósitos que han presidido la redacción de este libro: proporcionar una ayuda a los interesados en el conocimiento de la Teología Moral Fundamental; y contribuir a poner en práctica la invitación del Concilio Vaticano II a exponer esa ciencia de modo renovado. Los principales destinatarios de este Manual son los que comienzan los estudios teológicos. Eso explica que los autores se ciñan a los aspectos centrales de cada tema, sin distraer la atención con desarrollos pormenorizados, debates, tratamientos paralelos, etc., de modo que los alumnos adquieran una formación que les capacite para adentrarse críticamente en las cuestiones tratadas.
La Antropología Teológica es una materia extraordinariamente interesante, tanto para la sistematización de la teología, como para la evangelización. El Pontificado de Juan Pablo II ha supuesto una importante aportación y ha dejado planteado un reto: la importancia de la antropología cristiana en la evangelización, porque es una oferta de sentido para todos los hombres.
Este volumen quiere responder al reto de Juan Pablo II e intenta ofrecer una síntesis orgánica de la antropología cristiana, centrada en el designio divino para el hombre en Cristo y su realización en el misterio pascual. Se hace un esfuerzo por recoger lo que la teología cristiana ha elaborado a lo largo de los siglos. Por eso, este manual presta mucha atención a la teología patrística y a los exponentes principales del pensamiento cristiano antiguo y moderno. Los temas de la gracia son muy importantes de cara al diálogo ecuménico, con la teología protestante y ortodoxa; por eso se tratan con particular cuidado los capítulos sobre la divinización y la justificación. Además, se establece un diálogo con la cultura moderna, mostrando los contrastes con la oferta cristiana. Como quería Juan Pablo II, esa oferta es un camino de evangelización. Especialmente la idea cristiana sobre la verdad, la libertad y su sentido, la sexualidad humana y los ideales para la sociedad.
La Jornada Mundial de la Juventud 2011 (Madrid, 16/21-VIII-2011) fue el acontecimiento de mayor participación popular de la historia de España, con más de millón y medio de jóvenes, procedentes de 193 países. Esta monografía pretende poner a disposición de los profesionales de la comunicación (dircom de empresas y organizaciones, periodistas, profesores en facultades de periodismo y relaciones públicas, etc.) el plan de comunicación del evento, cómo se puso en práctica y qué resultados se obtuvieron. Al modo de los case studies anglosajones, el libro describe la estrategia de comunicación de la JMJ 2011, seguida de los planes y la actividad desarrollada en redes sociales, página de internet, relaciones con los medios, marketing y promoción, audiovisuales y diseño gráfico. A este núcleo principal antecede una explicación sobre la historia, la organización, el personal y la financiación de la JMJ, para que pueda entenderse el contexto. Los autores trabajaron en la dirección ejecutiva y en el departamento de comunicación de la JMJ, y con este libro pretenden rendir cuentas ante la sociedad española con objetividad y trasparencia, ya que la JMJ fue desde el principio un proyecto colectivo. Escribieron estas páginas para que quienes se enfrenten en el futuro a un desafío semejante, puedan construir sobre sus aciertos y evitar sus errores.
¿Es razonable vivir moralmente? ¿De dónde proviene la experiencia del deber? ¿La moral es universal? ¿Hay que seguir siempre la propia naturaleza? ¿Qué significa perfeccionarse como persona? ¿Qué añade la fe a la moral? ¿Hay una moral de la sociedad? ¿Tiene algo que decir la fe en el ámbito público? ¿La fe y la razón se oponen o se ayudan?