Clásico de la literatura universal, El príncipe es un tratado de doctrina política redactado por Maquiavelo en 1513, cuando el retorno al poder de los Médicis lo había condenado al ostracismo. He aquí la versión manga de esta obra que aborda la complejidad de la política y la esencia del poder y que ha ejercido una enorme influencia en la cultura occidental.
«Los distintos ensayos [reunidos en esta obra] representan un corte transversal a través de temas que me ocuparon durante muchos años. Son aquellos que han dominado mi filosofar desde que se alejó de la hermenéutica del pasado para centrarse en problemas modernos y contemporáneos, como la filosofía de la biología, la antropología, la crítica a la ciencia, la técnica y la ética.
La conexión temática señalada queda manifiesta en las contribuciones incluidas en la primera y la segunda parte, ya que se mantienen todas ellas dentro del ámbito de la experiencia y de lo demostrable. Las de la tercera parte van más allá. Al ocuparse de la pregunta por Dios entran en el ámbito de lo no conocible y se les puede negar el calificativo de ‘filosóficas’ […]. Pero sigue siendo inextinguible el derecho de aquellos espíritus que se sienten empujados a llevar su preguntar incluso allí donde este ya solo puede esperar respuestas adivinatorias y expresables en circunscripciones figuradas.»
Hans Jonas
Este conjunto de ensayos introduce al lector en la terapia breve, un modelo de trabajo terapéutico desarrollado a finales de la década de los sesenta del pasado siglo por un grupo de investigadores del Mental Research Institute de California, conocido internacionalmente como el grupo de Palo Alto; un modelo centrado en la resolución de problemas en tiempo breve, avalado epistemológicamente por la Teoría General de Sistemas, la cibernética y el constructivismo.
El título de la obra –Terapia Breve: filosofía y arte– parece más que apropiado para definir los componentes del modelo: filosofía, porque no se trata solo de una herramienta terapéutica, sino también de un modelo de conocimiento, y arte, porque las técnicas y estrategias desarrolladas estructuran la labor del terapeuta como una danza de restricciones y avances, de sutilezas y alevosías, que se condensan en la sesión terapéutica con el objetivo del cambio; el arte de la resolución de problemas humanos complicados mediantes soluciones aparentemente simples, las cuales se apoyan en realidad en una teoría compleja y avanzada.
La presente obra de Gianni Vattimo, padre del pensamiento débil y una de las figuras clave de la posmodernidad, se divide en tres partes. En la primera, el autor expone los motivos por los que su visión de la práctica filosófica, aunque se distancie de la ciencia, no persigue en absoluto parecerse a la literatura, a la sociología, a la ciencia de la cultura ni a cualquier otra forma de expresión con pretensiones artístico-literarias; la filosofía es «distinta» de las ciencias (exactas o de la naturaleza) y de las humanidades o del arte precisamente por estar profundamente comprometida e implicada en las problemáticas de fondo implícitas en cada una de estas ciencias. En segundo lugar, el autor especifica su interpretación del concepto de verdad, pero más que de la verdad como adecuación habla de «fidelidad» a un ser que es ante todo evento, y a un sujeto que es ante todo diálogo (participación). Finalmente, la última sección del texto, sobre responsabilidad, vocación y destino en filosofía, nos suministra una clave para comprender las tensiones de la práctica filosófica contemporánea entre históricos y teóricos, entre filósofos-periodistas y filósofos-profesores, entre la especialización filosófica y la misión del filósofo como «funcionario de la humanidad».
Desde la invención de la escritura hasta la de los dispositivos digitales –pasando por el papiro y el pergamino, la imprenta y la prensa, la fotografía y el cine, la televisión y la radio–, los medios de comunicación han ahormado la historia. Pero tales extensiones de los sentidos, inherentes al proceso de civilización, son a su vez expresión de un ser finito y ambiguo al que le está vedada la inmediatez: un ser de mediaciones, natural y cultural a un tiempo, que solo deviene humano a través de ellas.
Partiendo de una mirada comprehensiva que rehúye la fragmentación que hoy preside las ciencias sociales y humanas, Lluís Duch y Albert Chillón cimentan una antropología de y para la comunicación que resultará iluminadora para comunicólogos, periodistas y comunicadores. Y también, a la inversa, llaman la atención de los científicos sociales y de los humanistas acerca del capital papel que el comunicar ejerce en todos los planos de la vida y la historia.
Este Breve diccionario de la Biblia, obra de referencia desde su primera publicación en castellano en el año 1976, incluye entradas relativas a cada uno de los 72 libros de las Sagradas Escrituras y ofrece una clara visión de conjunto, sin omitir detalles importantes y evitando una fácil superficialidad, de modo que en un espacio reducido se satisfacen todas las necesidades de un trabajo bíblico práctico. La obra nace a partir del gran Diccionario de la Biblia del mismo autor, también publicado por esta editorial, pero es algo más que una simple edición reducida, ya que cada una de las entradas fue revisada y formulada de nuevo por Herbert Haag y sus colaboradores.
La obra que el lector tiene en sus manos ofrece una recopilación de los textos predilectos de su autor, Karl Kerényi, sobre aspectos fundamentales de la religión antigua. Publicados entre 1939 y 1969, fueron recopilados por el propio autor, uno de los más destacados estudiosos de la mitología y la religión de la Grecia clásica que nos ha legado el siglo pasado.
El autor traza con agudeza las características esenciales de las religiones griega y romana: la fiesta, el sacrificio, el templo, la mitología. Con un estilo sutil y transparente se adentra en la relación del ser humano con lo divino mediante el sacrificio, ilumina esta relación a través de la risa de los dioses, define lo que es el templo, determina lo que es theós en griego («algo que acontece»), traza la figura de Zeus, y perfila también las diferencias existentes entre ambas religiones, así como respecto a otras como la judía y la cristiana