¿Cómo un movimiento carismático de renovación, contracultural y asentado fundamentalmente en los ambientes rurales y pobres de Palestina, se convirtió muy pronto en una potente institución religiosa, predominantemente urbana, que en el curso de pocos años acabaría proporcionando cohesión y legitimación ideológica al Imperio?
En este libro se estudia el proceso de institucionalización y patriarcalización del cristianismo de los orígenes. Estamos ante una obra pionera en castellano en la utilización de los métodos sociológicos en la exégesis bíblica. Su lectura ayuda a comprobar cómo las ciencias sociales ayudan a superar una visión ingenua de los orígenes cristianos y, a la vez, a captar su riqueza histórica y teológica.
Sinopsis: San Ambrosio es uno de los cuatro grandes Padres de la Iglesia Occidental, juntamente con san Jerónimo, san Agustín y san Gregorio Magno. Nació hacia el año 339 en Tréveris, donde su padre era prefecto de las Galias. Por circunstancias familiares el joven Ambrosio se trasladó a Roma, donde recibió una formación esmerada; llegó a ser jurista y ejerció la abogacía. Hacia 370 fue nombrado gobernador de las provincias de Liguria y Emilia, con residencia en Milán. En diciembre de 374 –tras la muerte de Auxencio, obispo arriano de Milán–, fue elegido por el pueblo para ocupar la sede episcopal milanesa, en la que permaneció hasta su muerte, acaecida en 397. El tratado que presentamos en este volumen –De fide ad Gratianum– es una de las obras propiamente dogmáticas de san Ambrosio. Fue escrito por el obispo de Milán en respuesta a la petición del emperador Graciano, que deseaba ser instruido en la fe. Está compuesto por cinco libros en los cuales Ambrosio expone y defiende la fe del Concilio de Nicea y rebate la doctrina arriana. Ambrosio no hace una exposición sistemática, sino que expresa llanamente la doctrina sobre la fe con argumentos basados en las Sagradas Escrituras. La presente traducción es la primera edición íntegra que se publica en lengua castellana.
El presente volumen V continúa el proyecto de edición en castellano de las Obras completas de Filón de Alejandría. Se contienen en él los tratados que pueden ordenarse en el género histórico-teológico. Se los considera históricos porque contienen documentación, descripción e interpretación de eventos del pasado y del presente del pueblo de Israel, de la ciudad de Alejandría y del Imperio romano. Sin embargo, no pueden ser considerados netamente historiográficos porque en estos tratados subyace una argumentación que los estudiosos han calificado con diversos conceptos: escrito teológico, filosófico, apologético, bíblico.
La vida de Moisés contiene una reescritura de la vida del legislador de los judíos, combinada con una explicación de las cuatro funciones que hacen de Moisés una figura central de la historia humana y de la creación misma: rey, legislador, sacerdote, profeta. Es un manifiesto del judaísmo helenista.
La vida contemplativa o de los suplicantes contiene la descripción y el encomio de un grupo de ascetas judíos, hombres y mujeres, que viven separadamente con un proyecto de contemplación, que incluye el estudio y la interpretación de las Escrituras, la vida en común durante las comidas y liturgias y la búsqueda del ideal filosófico y de renuncia a los bienes exteriores.
El Contra Flaco contiene un díptico que describe, en la primera parte, la conducta inicua de Flaco, prefecto de Alejandría, durante lo que se ha llamado el primer pogrom contra los judíos de la historia, y en la segunda, las desgracias que cayeron sobre el mismo Flaco como castigo de la justicia divina.
Por último, la Embajada a Gayorelata las vicisitudes de la delegación de los judíos de Alejandría, presidida por Filón, ante el sacrílego emperador Calígula, que había torcido su voluntad contra los judíos en el Imperio y planeaba introducir su propia estatua en el mismo Templo de Jerusalén.
Sinopsis: Se recoge en este volumen una selección de Actas de los mártires redactadas en África que, desde el punto de vista histórico, abarcan desde el año 180 hasta el 304, en que se emanan los cuatro edictos de Diocleciano que marcarán el fin de las persecuciones.
La elección ha sido principalmente geográfica, por lo que se encuentran escritos de diferentes épocas y tendencias doctrinales, incluyéndose también algunas actas que han sufrido reelaboraciones donatistas.
La selección, por tanto, incluye la Passio Marcelli y la Passio Felicis.
La literatura latina cristiana nació en África, puesto que allí se hicieron las primeras versiones latinas de la Biblia; allí surgieron, de la mano de Tertuliano, los primeros tratados teológicos en la lengua de Roma; y allí se escribieron, antes del final del segundo siglo, los primeros documentos martiriales en latín: las Actas de los mártires escilitanos.
Es lógico, por tanto, emplear el criterio geográfico en una selección como ésta.
El martirio, concebido como testimonio cruento en favor de la fe, representa, en todas las actas, la forma suprema de perfección cristiana, el modo más sublime de imitación de Jesucristo.
Esta concepción es el resultado de un lento progreso en el que se unen testimonio del Evangelio y muerte cruenta.
Antes de esta fusión, el testimonio por Cristo ya había asumido con san Pablo un carácter de participación en los sufrimientos y pasión del Redentor, y en los escritos joánicos la muerte de Cristo está en íntima relación con el testimonio que ha venido a dar al mundo.
Este testimonio es una prerrogativa de la comunidad porque es la misma existencia de la comunidad la que desencadena la persecución.
La Passio Perpetuae constituye la obra maestra de la literatura hagiográfica, por su patetismo y amplitud de miras, la obra más bella y original de toda la literatura cristiana de los primeros siglos, el arquetipo de todas las demás obras de este género.
La influencia de esta passio en las posteriores es un hecho claro que habla del gran valor que se ha dado siempre a esta obra.
Introducción general, notas e índices de Melquiades Andrés Martín. Traducción castellana a cargo de Paulino Gallardo.
Gregorio Magno vivió un periodo de profundas convulsiones religiosas y políticas. Sus obras se caracterizan por cierta tonalidad melancólica; una aversión peculiar hacia las cosas de la tierra y un suspirar enardecido por la herencia de la gloria. Gregorio fue un pastor maravilloso que llegó con su solicitud pastoral a todas las iglesias. En su epistolario revive la inquietud de su época. Su pontificado se distingue por su acción en España, Galia, Inglaterra, Italia, Armenia y el Oriente; por su gobierno espiritual y misionero; por sus trabajos en la educación de la juventud; por socorrer, ayudar, enseñar, curar las llagas sangrantes de una sociedad en ruinas. Fue incansable restaurador de la disciplina canónica. Sus cartas regulan las más diversas cuestiones de derecho y revelan su preocupación por el cumplimiento de las leyes" (M. Andrés, "Introducción general").
Contiene: Regla pastoral; Homilías sobre la profecía de Ezequiel; Cuarenta homilías sobre los Evangelios.
Este volumen pertenece a la serie "BAC Thesaurus".
El presente volumen reúne las obras más polémicas y controvertidas de san Jerónimo, sus “tratados apologéticos”. Estos escritos son, sustancialmente, el resultado de la época turbulenta y agitada en la que se encuadra la vida de nuestro autor, en la que el cristianismo, en plena expansión, se ve turbado por movimientos heréticos internos y, en el exterior, por un paganismo anhelante por recuperar su perdida preeminencia.
CONTIENE:
- Altercatio luciferiani et orthodoxi
- Adversus Helvidium
- Adversus Iovinianum
- Contra vigilantium
- Contra Iohannenm Hierosolymitanum
- Adversus Rufinum
- Adversus Pelagianos
Ed. bilingüe promovida por la Orden de San Jerónimo. Introducción general: Juan Bautista Valero. 13 vols. - ISBN o.c. 978-84-7914-404-3 ( 84-7914-404-1). En este volumen: Texto latino, introducción, traducción, notas e índices de Mónica Marcos Celestino y Manuel-Antonio Marcos Casquero. NO0593: Obras completas de San Jerónimo. I: Obras homiléticas NO0624: Obras completas de San Jerónimo. II: Comentario a Mateo y otros escritos NO0606: Obras completas de San Jerónimo. IIIa: Comentarios a los profetas menores NO0631: Obras completas de San Jerónimo. IIIb: Comentarios a los profetas menores NO0644: Obras completas de San Jerónimo IV: Cuestiones relativas al Antiguo Testamento NO0655: Obras completas de San Jerónimo. Va: Comentario a Ezequiel (Libros I-VIII) NO0662: Obras completas de San Jerónimo. Vb: Comentario a Ezequiel (Libros IX-XIV). Comentario al profeta Daniel NO0667: Obras completas de San Jerónimo. VIa: Comentario a Isaías (Libros I-XII) NO0669: Obras completas de San Jerónimo. VIb: Comentario a Isaías (Libros XIII-XVIII). NO0677: Obras completas de San Jerónimo. VII: Comentario al profeta Jeremías (Libros I-VI) NO0685: Obras completas de San Jerónimo. VIII: Tratados apologéticos
Los escritores cristianos de los primeros siglos de la Iglesia son órganos vivos de la transmisión de la fe revelada. El presente volumen es una iniciación a la vida y al conocimiento de estos autores cristianos que, con nombre genérico, llamamos Padres de la Iglesia. Tratándose de un manual se ha cuidado especialmente, presentar un contexto histórico que facilite la captación ambiental en la que se redactan estos escritos.
Nos encontramos ante un trabajo encaminado a despertar el interés por la lectura de unos autores, que no sólo nos ofrecen el testimonio de su propia obra literaria, sino que nos dan también la oportunidad de mejorar nuestro conocimiento de la teología y de la Historia de la Antigüedad, además de ayudarnos a engrandecer los horizontes de nuestra vida espiritual.
Domingo Ramos-Lissón es profesor de Patrología e Historia de la Iglesia (Edad Antigua) en la Universidad de Navarra. Ha dedicado su actividad científica a la investigación sobre la Patrología y la docencia académica en la Facultad de Teología.
Sinopsis: La obra de Clemente de Alejandría (h. 150-215) que ofrece el presente volumen constituye una invitación personal a la conversión. En la tradición cultural clásica un protréptico era, en sentido estricto y originario, un discurso de propaganda académica; por ello el autor cristiano adopta esta fórmula para presentar la primera tarea pedagógica del Logos divino, antes de presentarlo como Pedagogo y Maestro. Siguiendo un orden de prioridad, Clemente despliega su magisterio demostrando, en primer lugar, que el Logos de Dios es protréptico, porque exhorta e incita al cambio de vida y a la búsqueda de la verdad y de la salvación. Se trata de su primera obra literaria en la que ensalza a Cristo como intérprete y maestro del nuevo orden de realidades que establece el cristianismo. Utilizando el mismo método de los primeros apologistas cristianos, dibuja un cuadro de sombras y claros que descansa en la inmoralidad y necedad de los cultos, fábulas y misterios paganos por una parte, y, por otra, en la verdad y auténtica sabiduría de Cristo-Logos. Las exhortaciones transmitidas, llenas de piedad y optimismo, son válidas para el hombre de cualquier época. Se trata de la obra más sobria y mejor compuesta por el Alejandrino, donde aparecen todas sus mejores artes como escritor y moderador entre la cultura pagana y la cristiana. El resultado es un hermoso canto a la revelación divina. Con la publicación de este volumen se concluyen las tres obras más importantes de Clemente de Alejandría. Un autor de los primeros siglos del cristianismo que tiene mucho que decir a los lectores de nuestros días. En palabras del papa Benedicto XVI, Clemente de Alejandría «puede servir de ejemplo a los cristianos, a los catequistas y a los teólogos de nuestro tiempo» (Discurso del 18 de abril de 2007). Ciertamente su diálogo con la cultura de su tiempo puede marcar las pautas de la inculturación contemporánea.
Sinopsis: Tito Flavio Clemente nació probablemente en Atenas, de padres paganos, a mediados del siglo II de la era cristiana.
Pertenecía a una familia pagana y recibió una primera y esmerada educación también pagana.
Aunque ignoramos las circunstancias de su conversión, sabemos que hacia el año 190, Panteno –su maestro– le asocia a la enseñanza en la Escuela Catequética de Alejandría; y que diez años después le sucede en el magisterio y, tal vez, en la dirección de la misma.
Probablemente murió antes del año 215.
Durante los tres siglos posteriores a su muerte son numerosos los testimonios de estima y reconocimiento de su ciencia, ortodoxia y santidad.
2ª edición revisada y ampliada
Con una nueva parte dedicda a las literaturas del Oriente cristiano
Hubertus R. Drobner, catedrático de Patrología y de Historia de la Iglesia en la Facultad de Teología Católica de Paderborn, refleja en esta obra su experiencia docente y su profundo conocimiento de los Padres de la Iglesia. Realizado con rigurosa metodología científica, este manual presenta el estado actual de la investigación en los estudios patrísticos con la oportuna y selecta información bibliográfica, y ofrece una buena herramienta de iniciación a esta disciplina, dirigida a los alumnos de Teología.
El estudio de los Padres ha adquirido en los últimos tiempos un auge notable, desvinculado muy frecuentemente del ámbito teológico o eclesiástico habitual en épocas pasadas. De ahí la utilidad de un manual de Patrología que estuviera plenamente actualizado tanto en la bibliografía como en el contenido.
Este manual de iniciación en la Patrología sintetiza con acierto los datos de la investigación reciente, señalando la plémicas discusiones entre especialistas. Se trata de una presentación introductoria, pero a la vez profunda de los Padres de la Iglesia, que podrá fomentar el interés de los jóvenes estudianres de Teolotgía y de Literatura Clásica. El autor distingue muy bien en la Introducción entre Patrología, Patrísitca e Historia de la Literatura Cristiana Antigua, y combina a lo largo del libro la perspectiva literaria de los estudios patrísticos con el interés predominantemente teológico de los autores y temas tratados. El tratamiento de los diversos autores es, a veces, selectivo en el sentido de que se centra en sus obras más significativas y, a veces, globalizante en cuanto trata en visión de conjunto aquellos aspectos doctrinales o culturales en los que su aportación ha sido más relevante.
Sinopsis: Sobre Victorino de Petovio son pocas las noticias de la antigüedad llegadas hasta nosotros. San Jerónimo en el De uiris illustribus le dedica estas líneas: “Victorino, obispo de Petovio, no conocía tan bien el latín como el griego. Por eso sus obras, excelentes en cuanto al contenido, aparecen menos valiosas en cuanto a la composición literaria. Son éstas: Comentarios al Génesis, al Éxodo, al Levítico, a Isaías, a Ezequiel, a Abacuc, al Eclesiastés, al Cantar de los Cantares, al Apocalipsis de Juan, Contra todas las herejías, y otras muchas. Al final, alcanzó la corona del martirio” (De uir. illus. 74). La ciudad de Petovio estaba situada en la Panonia Superior (hoy Ptuj en Eslovenia), lugar fronterizo entre la parte oriental y occidental del Imperio Romano donde convivían el latín y el griego. Victorino fue obispo de Petovio en la segunda mitad del siglo III, y murió mártir el año 304, durante la persecución de Diocleciano. El De uiris illustribus le atribuye un importante patrimonio literario, especialmente de carácter exegético; por desgracia, de todos los comentarios a los libros de la Escritura allí citados, sólo el último ha llegado íntegro hasta nosotros. Se trata, por cierto, del más antiguo comentario al Apocalipsis, que conocemos, lo que le confiere un valor histórico añadido al exegético. En la obra asoman los grandes temas teológicos, sobre todo, cristológicos y escatológicos, a los que, de modo especial, se presta el libro sagrado. Y de las otras obras, que san Jerónimo no especifica, únicamente conservamos el tratado De fabrica mundi, un escrito breve en extensión, aunque de no escaso interés teológico. A Victorino hay que reconocerle el mérito de ser el primer exegeta en lengua latina, propiamente dicho; antes que él ninguno de los Padres de occidente ha abordado la tarea de comentar, en su totalidad, alguno de los libros de la Escritura. Confluyen en sus escritos las dos tradiciones teológico-exegéticas: la asiática, propia de Ireneo y Tertuliano, y la alejandrina, representada por Orígenes.
Eusebio de Cesarea es el hombre que mejor supo captar, en su momento histórico (s. IV), el significado de los signos de su tiempo y dejar constancia de ello en sus numerosos escritos. Gracias a él se han conservado documentos y noticias de personas y de obras que, de otro modo, se habrían hundido irremediablemente en la noche del olvido.
Por esa razón, su Historia eclesiástica se convierte, para todo investigador, en una extraordinaria fuente de fuentes no sólo en el campo de la historia de la Iglesia, sino también en el de la historia de la doctrina y, sobre todo, en el ámbito de la historia de la literatura cristiana, incluida la canónica.
La originalidad de esta reedición es la recopilación de los dos volúmenes editados anteriormente en uno solo.