
¿Quién es el Dios de los cristianos? ¿Cuáles son sus características? ¿Cuál es su singularidad? A este tema amplio y un poco intimidante, el filósofo Rémi Brague responde en siete capítulos concisos, documentados, estimulantes. Que Dios se encuentra mucho más allá de las representaciones que se han hecho de él es algo evidente, pero no justifica las aproximaciones y las confusiones que se realizan hoy cuando se abordan cuestiones religiosas. Todo el mundo no se hace la misma idea de Dios, y la que tienen de él los cristianos resulta, en el fondo, más bien sorprendente. ¿Quién es entonces ese dios que nosotros podemos conocer? Es uno, pero no de cualquier manera; es padre, pero no es hombre; ha hablado, pero no para pedirnos lo que sea; perdona, pero sin ignorar la decisión de nuestra libertad. Tras la lectura de este libro, el lector podrá aceptar o rechazar al dios de los cristianos; en ambos casos, lo hará con conocimiento de causa.
El presente volumen, compuesto por cuatro artículos del autor publicados previamente en diferentes medios, se centra en la dimensión humana de la religión.
El primer texto nos habla de la conversión a la que están llamadas las religiones, ya que no tienen el monopolio de la dimensión religiosa del hombre, que resurge a pesar de las esclerosis culturales y de las mismas religiones. El segundo se refiere al estudio de las religiones, un estudio que no ha de separarlas del mundo, como sucede a menudo. El tercero se ocupa del cuerpo del hombre, hoy desgraciadamente castigado por quien lo convierte en ídolo o lo deprecia. Sin el cuerpo, la dimensión religiosa se evapora o se transforma en violencia. Por último, el autor nos habla de medicina y religión. Salud y salvación no han de confundirse, pero solo existen si se mantiene entre ellas una interdependencia armónica.
Según Panikkar, la tendencia a crear un ámbito estrictamente «religioso», separado del mundo y del cuerpo, beneficia a ideologías totalitarias en la ciencia y la política. El autor es un crítico radical del abuso de la tierra y del hombre en el que nos encontramos inmersos, pero ejerce esta crítica desde una visión de paz posible, experimentada, ineludible.
Vivimos en una civilización científica. Comprender la ciencia, sus mecanismos, su valor, su relación con otras áreas de la vida humana, es una necesidad actual.
En Filosofía de la ciencia, el profesor Artigas expone cómo se ha desarrollado la ciencia moderna, cuál es su alcance y cuáles son las interpretaciones principales que de ella se han dado.
Se trata de un texto muy claro que resulta recomendable para los estudiantes y profesores de filosofía, y que también será útil para un público amplio.
Este cuarto volumen comprende el título La estructura de la subjetividad (1967).
Con un permanente horizonte metafísico, Millán-Puelles ha desarrollado una ontología del espíritu que investiga la articulación de las facultades superiores en la estructura trascendental del sujeto. Razón y libertad son temas de los que siempre parte y a los que continuamente retorna. La amplitud de su planteamiento filosófico le permite abrir su indagación hacia cuestiones específicas del ámbito económico, social o cultural, con lo que sus hallazgos antropológicos quedan contrastados en campos aparentemente ajenos a su ontología del ser humano. Su amplia bibliografía es clara muestra de la universalidad de sus intereses intelectuales, que cubrían la práctica totalidad del saber filosófico.
Antonio Millán-Puelles (Alcalá de los Gazules, Cádiz, 1921–Madrid, 2005), filósofo y escritor, ha dejado como legado, además de su ejemplo de pensador hondo y riguroso, una obra incomparable en el pensamiento hispano de su generación.
Aunque Nietzsche ya fue capaz de profetizar, en las postrimerías del siglo XIX, que un nuevo género de filósofos estaba por llegar, lo que no pudo, obviamente, fue bautizar con un nombre propio a esos filósofos del futuro cuya llegada teníamos que aguardar. A pesar de que la lista de dichos filósofos es incompleta y está abierta al porvenir, en esta obra colectiva queremos presentar a doce de esos pensadores, doce filósofos del peligroso quizás nietzscheano, que bajo su ascendiente han venido ya y cuya herencia al igual que la de Nietzsche sigue abierta a dicho por venir. En este libro, por consiguiente, Nietzsche es uno más que, sin embargo, desempeña un papel nada más y nada menos que tentador en la comunidad sin comunidad de esos amigos solitarios que son Heidegger, Foucault, Deleuze, Derrida, Nancy, Lyotard, Rorty, Vattimo, Badiou, Agamben, Sloterdijk y Zizek, los cuales, cada uno a su manera y en su medida, contribuyen a pensar de una forma novedosa y original no sólo el quehacer filósofo y su escritura sino también toda una serie de cuestiones que conforman el panorama cultural, histórico y político del siglo XX así como de este ya no tan nuevo siglo XXI en el que estamos inmersos. De la presentación de cada uno de estos filósofos se han hecho cargo, a su vez, otros tantos especialistas en el pensamiento de los mismos: Beatriz Blanco, Ramón del Castillo, Alejandro Escudero Pérez, Luis Ferrero Carracedo, Alfonso Galindo Hervás, Brais González Arribas, Daniel López González, Cristina de Peretti, Isidoro Reguera, Jordi Riba, Delmiro Rocha, Oscar Rodríguez de Dios, Cristina Rodríguez Marciel.
¿Qué es el placer? ¿Con qué cosas disfrutamos? ¿Cómo se debe encuadrar el gozar dentro de la vida humana? La pregunta por el placer es una de las grandes cuestiones de la ética, presente en los grandes filósofos; sin embargo, pocos pensadores han logrado encuadrarlo coherentemente dentro de la trama de la vida. Aristóteles aborda el tema de manera directa en los libros VII y X de la Ética a Nicómaco y ofrece una respuesta con profundas implicaciones filosóficas: el placer aparece cuando la actividad es perfecta, haciéndola todavía mejor. Aunque el tema del placer en Aristóteles ha sido fuente de numerosos comentarios, sin embargo no resulta sencillo encontrar en la literatura filosófica un análisis con toda su complejidad. Este trabajo trata el placer en la filosofía de Aristóteles desde una perspectiva conceptual-interpretativa que abarca aspectos metafísicos, psicológicos y éticos, sin por ello prescindir de las cuestiones filológicas y críticas necesarias a la hora de acercarse al pensamiento griego.
De los libros de Antoine de Saint-Exupéry, El principito logró sorprender al mundo entero por su profundidad y amplia difusión. Esta breve y encantadora historia, traducida a más de noventa idiomas, sigue conquistando hoy en día a millones de lectores en el mundo entero.
Como toda gran obra, invita a múltiples lecturas. Así ha nacido este ensayo, donde el autor propone un modo de seguir el relato que quizá conduzca a una nueva comprensión y, sobre todo, a una mayor apertura en la propia existencia.
Rafael Tomás Caldera (Caracas, 1945) es doctor en Filosofía y profesor en la Universidad Monteávila de Caracas. Es miembro de la Academia Pontificia Santo Tomás de Aquino y miembro de número de la Academia Venezolana de la Lengua.
«Se ha dicho que en Grecia nos encontramos con obras hechas por hombres de nuestra misma especie. Y es muy cierto, si con ello se pretende indicar la especial consonancia del hombre occidental con la Hélade. El mundo griego fue la cuna de Occidente, la primera semilla de la que germinó nuestro propio mundo.
Cuando se estudia su legado, lo hacemos con una actitud muy distinta de la que tomaríamos si estudiáramos el antiguo Egipto, la civilización china, o la milenaria cultura hindú. Porque a pesar de la distancia que nos separa de ellos, comprendemos casi connaturalmente los valores de su creatividad literaria y artística, sus realizaciones políticas, su producción filosófica y científica. Aunque no seamos muy conscientes de ello, llevamos a los griegos en las entrañas».
El profesor Vidal consigue darnos una visión panorámica de la Historia de la civilización occidental a través de los Retratos de sus protagonistas más destacados. En este caso los 21 personajes retratados nos introducen en el mundo griego, en los albores de nuestra historia.
Gerardo Vidal Guzmán, Doctor en Filosofía, es Decano de la Facultad de Humanidades de la Universidad Adolfo Ibáñez (Chile) y de los cursos de Filosofía y Literatura Antigua en esa Facultad. Es autor también de Retratos de la Antigüedad Romana y Primera Cristiandad y de Retratos del Medioevo. El éxito de sus tres primeros libros le ha llevado a preparar también Retratos de la Primera Modernidad (1400-1600), de próxima publicación.
Resumen
Tercera edición crítica del manuscrito "Prolegomena ad Lexici Prophetici partem secundam", en el que su autor, Isaac Newton, propone una nueva descripción, en lengua latina, de la estructura del Templo de Salomón, basándose en fuentes literarias bíblicas y extrabíblicas. Se ofrece la traducción inglesa del manuscrito, la reproducción facsimilar del mismo y un nuevo estudio de ciencia, filología y teología.
Autoría
Isaac Newton
Isaac Newton (1643-1727) fue físico, filósofo, teólogo, inventor, alquimista y matemático inglés, autor de los Philosophiae naturalis principia mathematica, más conocidos como los Principia, donde describió la ley de la gravitación universal y estableció las bases de la mecánica clásica mediante las leyes que llevan su nombre. Entre sus otros descubrimientos científicos destacan los trabajos sobre la naturaleza de la luz y la óptica (que se presentan principalmente en su obra Opticks) y el desarrollo del cálculo matemático. Newton comparte con Leibniz el crédito por el desarrollo del cálculo integral y diferencial, que utilizó para formular sus leyes de la física. También contribuyó en otras áreas de la matemática, desarrollando el teorema del binomio y las fórmulas de Newton-Cotes. Entre sus hallazgos científicos se encuentran el descubrimiento de que el espectro de color que se observa cuando la luz blanca pasa por un prisma es inherente a esa luz, en lugar de provenir del prisma (como había sido postulado por Roger Bacon en el siglo XIII); su argumentación sobre la posibilidad de que la luz estuviera compuesta por partículas; su desarrollo de una ley de convección térmica, que describe la tasa de enfriamiento de los objetos expuestos al aire; sus estudios sobre la velocidad del sonido en el aire; y su propuesta de una teoría sobre el origen de las estrellas. Fue también un pionero de la mecánica de fluidos, estableciendo una ley sobre la viscosidad.
Newton fue el primero en demostrar que las leyes naturales que gobiernan el movimiento en la Tierra y las que gobiernan el movimiento de los cuerpos celestes son las mismas. Es, a menudo, calificado como el científico más grande de todos los tiempos, y su obra como la culminación de la revolución científica. El matemático y físico matemático Joseph Louis Lagrange (1736-1813), dijo que "Newton fue el más grande genio que ha existido y también el más afortunado dado que sólo se puede encontrar una vez un sistema que rija el mundo."