«El núcleo íntimo de la fe cristiana no es ante todo una cosmovisión ni un programa moral, sino una relación y, más en concreto, la relación con una persona. El cristianismo es fe en Jesucristo, en quien Dios nos ha mostrado a los seres humanos su rostro verdadero; consiste en entablar y vivir una relación de íntima amistad con el Cristo crucificado y resucitado. Al igual que en toda amistad humana los amigos de nuestro amigo se convierten también en amigos nuestros, así no es posible vivir como cristianos la amistad con Cristo sin vincularnos al mismo tiempo con todos los amigos de este. Entablar amistad con Cristo significa, en consecuencia, incorporarse simultáneamente a la gran comunidad de sus amigos, llamada Iglesia por la fe cristiana».
Esta convicción profunda, expresada en las primeras líneas del «Prólogo a la edición en lengua española», es uno de los pilares de la presente eclesiología de Kurt Koch, quien nos ofrece una visión de conjunto de la Iglesia que es, por su misma esencia, Pueblo de Dios, Cuerpo de Cristo y communio, y está llamada a ser hogar que dé vida y esperanza a los seres humanos hasta más allá de la muerte.
Kurt Koch insiste en la necesidad urgente de iniciar a las personas al bautismo y la eucaristía, centro de la vida eclesial. Expone también cuáles son los gestos fundamentales de la comunidad eclesial: la predicación, la liturgia y la diaconía. Y, tras presentar tres dimensiones de la Iglesia: mariana, apostólica y católica, concluye su obra con esta expresión de su pasión por el ecumenismo: «Para quien quiere permanecer fiel al impulso ecuménico del concilio Vaticano II, una cosa es segura: que solo un ecumenismo que anhela profundamente la unidad visible de la Iglesia, y que ora y labora por esa unidad, es fiel al concilio y conducirá hacia un futuro esperanzador. Porque también y especialmente en la recuperación ecuménica de la unidad visible de la Iglesia se juega la catolicidad plena de la Iglesia y su testimonio digno de crédito en el mundo actual».
KURT KOCH, nacido en Emmenbrücke (Cantón de Lucerna, Suiza) en 1950, obtuvo su licenciatura en teología en 1975 y fue ordenado sacerdote en 1982. Doctor en teología con la tesis «El Dios de la historia. La teología de la historia en Wolfhart Pannenberg como paradigma de una teología filosófica en perspectiva ecuménica», fue catedrático de teología dogmática y ciencia litúrgica en la Facultad de teología de Lucerna.
Obispo de la diócesis de Basilea (1995-2010) y presidente de la Conferencia Episcopal Suiza (2007-2009), fue nombrado por Benedicto XVI en 2010 presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, y fue confirmado en este ministerio por el papa Francisco en 2014. Creado cardenal en 2010, es miembro, entre otros dicasterios de la Curia romana, de la Congregación para la Doctrina de la Fe y del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso.
El Concilio Vaticano II reconoció solemnemente la misteriosa y operativa presencia de la Iglesia en la existencia y en la acción de los laicos señalando que "están especialmente llamados a hacer presente y operante a la Iglesia en aquellos lugares y circunstancias en que sólo puede llegar a ser sal de la tierra a través de ellos" (Lumen Gentium). Sin embargo, este novedoso mensaje está aún a la espera de una auténtica toma de conciencia por parte de los mismos fieles laicos, de una mayor profundización teológica y de una verdadera asimilación en el plano pastoral.
La presente monografía es un valioso intento de responder, al segundo de estos retos. Para ello, la autora explora inicialmente la comprensión eclesial de los laicos en los primeros siglos del cristianismo a través de los testimonios de la Escritura y de los Padres de la Iglesia. Pasa a analizar el adormecimiento de esta percepción en los siglos posteriores y su despertar en el siglo XX. Y, finalmente, presenta y profundiza en la propuesta teórica y práctica del Concilio Vaticano II y de la teología del siglo XX, con la mirada puesta en los nuevos retos que propone el actual escenario de la nueva evangelización.
Pilar Río es teóloga y periodista chilena. Después de cursar estudios de periodismo y de trabajar en el diario "El Mercurio" de Santiago, obtuvo la Licenciatura en Teología en el Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre Matrimonio y Familia de la Universidad Lateranense (Roma) y el Doctorado en Teología dogmática en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz (Roma). Ha enseñado Teología del Matrimonio y actualmente es Profesora de Eclesiología y Sacramentos en la Universidad de la Santa Cruz y miembro de la Pontificia Academia de Teología. Además de artículos sobre diversas temáticas relacionadas con la Iglesia, los laicos y la nueva evangelización ha publicado Teología nupcial del misterio redentor de Cristo (Roma, 2000) y, en colaboración con otros eclesiólogos romanos, Dono e compito. La Chiesa nel Simbolo della fede (Roma, 2012).
«Viviendo la experiencia de la comunidad cristiana el hombre de hoy puede verificar que esta realidad no es solamente humana, sino que esta vida corresponde a las exigencias más radicales del corazón, que permite encarar las circunstancias y los problemas cotidianos con una mirada y una postura cien veces más realista y verdadera, que permite experimentar, desde ya, en esta tierra, el `ciento por uno`». (De la presentación del Cardenal Bergoglio)
«Hablar de Por qué la Iglesia significa asumir con coraje el desafío de responder a la pregunta sobre el vínculo entre Jesús de Nazaret, cuya figura no deja de fascinar a los hombres y mujeres de todos los tiempos, y esa `etnia sui generis` -por decirlo con palabras de Pablo VI- que es la Iglesia.
La respuesta que propone el libro que el lector tiene entre las manos es, al mismo tiempo, sintética, articulada y profunda». (Del prólogo de Monseñor Blázquez)
«Siempre hay en la Iglesia (...) personas que fueron y son signo imprevisiblemente sobreabundante de la presencia de Dios, como la Madre Teresa, Juan Pablo II y el mismo Padre Giussani». (De la presentación del Cardenal Bergoglio)
Este libro recoge las catequesis del papa Francisco sobre la Iglesia pronunciadas entre el 18 de junio y el 3 de diciembre de 2014.
Hablar de la Iglesia es hablar de nuestra familia, dice. Y en verdad este papa tiene una capacidad especial para tratar temas complejos con la mayor profundidad y a la vez del modo más sencillo y atrayente.
Francisco conversa directamente con su auditorio, repite alguna frase con la gente para ayudar a interiorizar el mensaje, manda tareas para casa, sazona su enseñanza con recuerdos personales y ejemplos de la vida corriente.
Así se va dibujando en el alma el rostro de esta Iglesia que todos amamos, que yo amo: una gran familia donde aprendemos a vivir como discípulos de Jesús, siempre en camino bajo la guía del Espíritu Santo, el cual impulsa a la Iglesia derribando las defensas que nos impiden abrir un diálogo con los demás.
Añadimos en apéndice las principales intervenciones del Papa en sus viajes apostólicos a Corea, a Albania y a Turquía, que subrayan la apertura de la Iglesia de hoy y el papel destacado de los laicos en su vocación misionera.
Un material idóneo para la meditación y la formación cristiana de jóvenes y adultos, laicos y consagrados… Un pequeño gran tratado sobre la Iglesia, de lectura profundamente espiritual y amena, fácil de entender y que impulsa a vivir.
Este libro se ha convertido por derecho propio en un clásico de la eclesiología. Los clásicos nacen en una época y en un lugar, pero cada generación es capaz de encontrar respuesta en ellos a sus propias preguntas y a sus ansias eternas.
En el origen de esta obra se aprecian las preocupaciones más entrañables del autor: el intento de comprender la Iglesia desde dentro y no primordialmente desde su referencia a la sociedad civil y política; la profundización en su origen trinitario, en su dimensión sacramental, en su condición de fraternidad y comunión por encima de la sola perspectiva jerárquica; el esfuerzo por superar la postura puramente apologética frente a los otros cristianos y a los no creyentes, la necesidad del diálogo y de la colaboración, la radical voluntad de verdad ante los hechos y la fidelidad a la experiencia cristiana originaria tal como se ha sedimentado en la Biblia, en la Liturgia y en los Padres de la Iglesia.
El libro habla de reforma en la Iglesia, no de reforma de la Iglesia, pues esta peculiar comunidad de creyentes no es una invención humana, sino una creación de Dios en la historia de los hombres. Por tanto, resulta obligado partir de una mirada atenta y sentiente de la realidad para discernir desde ahí los criterios teológicos e históricos que permitan llevar a cabo una reforma verdadera de la Iglesia desde su interior.
Yves Congar (1904-1995) está considerado como uno de los grandes teólogos del siglo XX. Perteneció a la Orden de Predicadores.
Edición preparada por Pablo Cervera y Carlos Granados.
Comité científico de revisión de los textos: Manuel Aróztegui, Pablo Blanco, Olegario González de Cardedal y Gabino Uríbarri.
«De estudiante yo había leído mucho a san Agustín, por lo que me sentí capaz de trabajar ese tema en el tiempo prefijado. Söhngen seguramente esperaba que el 0trabajo pudiese confirmar su conjetura, proveniente del catecismo de Trento, de que “pueblo de Dios” era el concepto central de la eclesiología de san Agustín. En mi trabajo esa expectativa no se confirmó. En el Nuevo Testamento “pueblo de Dios” designa a Israel. San Agustín lo sabía, y mostró que los pueblos gentiles solo llegan a ser pueblo de Dios a través de su comunión con Cristo, el portador de la promesa, que solo pueden llegar a ser “pueblo de Dios” en el “cuerpo de Cristo”» (Benedicto XVI).
Traducida del original alemán (Joseph Ratzinger. Gesammelte Schriften. Volk und Haus Gottes in Augustins Lehre von der Kirche. Die Dissertation und weitere Studien zu Augustinus und zur Theologie der Kirchenväter) por José Mardomingo, Xabier Pikaza y José Ramón Matito; además de textos revisados de traducciones ya publicadas por Ediciones Encuentro, Editorial Herder y Ediciones Cristiandad.
El cardenal MÔller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, reflexiona en esta obra sobre la pobreza y sobre la misión liberadora y evangelizadora de la Iglesia, explica que la teología de la liberación es una teología de la Palabra de Dios y no una ideología, y advierte que es necesaria una renovación que reconozca a los demás como hermanos. Una llamada de atención sobre el tema de la pobreza que responde al programa del Papa Francisco, que en el prólogo del libro exhorta a todos a poner en práctica, con coraje, la solidaridad. El libro incluye textos de Josef Sayer, miembro de Cor Unum, y de Gustavo Gutiérrez, fundador de la teología de la liberación, con quien MÔ ller ha podido experimentar lo que significa una Iglesia pobre y para los pobres y conocer la situación de los países en América Latina y el Caribe.
Tras dos volúmenes sobre los aspectos teológicos de La Creación y los conceptos de Verdad y Libertad en el Evangelio de san Juan, el autor completa su estudio con un tercer y último volumen, sobre Cristo, María y la Iglesia.
Desarrolla los temas de Cristo Cordero de Dios, Nuevo Templo: él sigue presente y operativo en medio de los hombres, con el fin de salvarlos. La segunda parte trata sobre La Iglesia en oración, rememora las grandes Fiestas judías y su hondo sentido para los cristianos. La última parte trata de los sacramentos, en especial el Bautismo, la Eucaristía, la Penitencia y el Sacerdocio.
Antonio García-Moreno, es Canónigo Lectoral de la Archidiócesis de Mérida-Badajoz. Licenciado en Derecho civil por la Univ. de Sevilla, doctor en Teología bíblica por la Pontificia univ. Gregoriana y licenciado en Ciencias Bíblicas por el Pontificio Instituto Bíblico. Desde hace más de cuarenta años imparte clases en el Seminario metropolitano de Mérida y en la Facultad de Teología de la Univ. de Navarra. Sus publicaciones son numerosas.
¿Qué queremos decir cuando al proclamar el Credo afirmamos “creo/creemos en la Iglesia”? A esta cuestión dan respuesta los diversos capítulos/lecciones en los que se trata de pensar la Iglesia creída poniendo de manifiesto los aspectos más determinantes de lo que constituye el entramado doctrinal de la eclesiología.
La pretensión última que alienta estas páginas es la de avanzar hacia una Iglesia creíble, y en este empeño están embarcados cada cristiano y cada comunidad eclesial.
Presentamos un estudio monográfico sobre la revelación vétero y neotestamentaria de la Iglesia, es decir, sobre la relación de la Ekklêsia de Cristo en toda la universalidad de la historia salutis. El subtítulo —El Israel de la Vieja y de la Nueva Alianza— expresa la continuidad esencial; más aún, la identidad de un mismo pueblo de Dios a lo largo de toda la historia de la salvación. A la luz del acontecimiento salvífico de Cristo, la Iglesia neotestamentaria se sabe injertada en el añoso y fértil olivo del viejo Israel.
La parte primera muestra cómo la Iglesia veterotestamentaria no era sólo sombra, promesa y signo de una realidad destinada a lograr su cumplimiento en la Iglesia de la Nueva Alianza. Vivió intensamente su kairós presente, como punto de confluencia de un pasado de gracia en la elección y en la alianza y del futuro de una siempre más plena realización de las promesas mesiánicas. La segunda parte profundiza en la revelación neotestamentaria en busca de una respuesta a la pregunta sobre el origen, las formas de aparición, la misión y la naturaleza íntima de la Iglesia de Cristo.
La doctrina católica sobre la infalibilidad de la Iglesia, y en particular sobre la del papa, plantea dificultades. Esta «pretensión» viene siendo juzgada con frecuencia como abusiva; a veces, incluso como intolerable y, en todo caso, en contradicción con la modestia de la ciencia, siempre crítica. Pocas obras abordan esta cuestión de frente.
El presente libro presenta una historia teológica, benevolente y crítica a la vez, del desarrollo de esta doctrina desde la promesa que hizo Jesús a Pedro (Mt 16,18-19) hasta nuestros días. Se pasa así revista a las grandes «crisis» en cuyo transcurso se ha ido constituyendo la doctrina de la infalibilidad: el don de la inerrancia en el primer milenio; la entrada en escena de los canonistas y de los teólogos de los siglos XI-XIII; el nacimiento del término en el vocabulario eclesiástico y la primera crisis a propósito de la pobreza en el siglo XIV; la crisis conciliarista del siglo XV; la crisis jansenista del derecho y del hecho; la definición del Vaticano I; el Vaticano II y sus desarrollos.
Al final de este recorrido, el autor trata dos cuestiones: la excepción de la infalibilidad en el marco de la falibilidad general de la Iglesia y las posiciones de los cristianos no católicos con respecto al dogma. En esta obra, el discernimiento teológico acompaña siempre a los datos históricos, unos datos que a veces resultan sorprendentes.
BERNARD SESBOÜÉ, teólogo jesuita, es profesor emérito del Centro Sèvres – Facultades Jesuitas de París. Antiguo miembro de la Comisión Teológica Internacional y miembro del Groupe des Dombes desde 1967, es consultor del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos. Es autor de una importante obra teológica, en la que asocia la investigación patrística y cristológica, el compromiso ecuménico y una presentación actualizada de la fe y de los ministerios en la Iglesia. En los sellos editoriales del Grupo de Comunicación Loyola ha publicado: ¡No tengáis miedo! Los ministerios en la Iglesia hoy / «El código Da Vinci» explicado a sus lectores / Cristo, Señor e Hijo de Dios (Editorial Sal Terrae) e Imágenes deformadas de Jesús y La resurrección y la vida. Catequesis sobre las realidades últimas (Ediciones Mensajero).
Edición preparada por Rafael Rubio de Urquía y Juan José Pérez Soba. Patrocinada por AEDOS (Asociación para el Estudio de la Doctrina Social de la Iglesia).
Colaboradores: J. J. Pérez-Soba, R. Rubio de Urquía, R. Aldana, J. Ballesteros Molero, J. de D. Larrú Ramos, J. R. Villar Saldaña, R. Alvira, J. Barraca y Mairal, U. Ferrer, A. Polaino-Lorente, P. Barrajón, M.-A. Martínez-Echevarría y Ortega, R. Gómez Pérez, A. González Enciso, M. Martínez Robles, G. Guitián, J. Otaduy, A. Martín Puerta, A. Muñoz Machado, M.ª I. Encinar del Pozo, F.-F. Muñoz Pérez, S. García Echevarría, A. Pancorbo del Rato, R. Manso Olivar, A. Argandoña Rámiz, G. Diéguez Cuervo, D. Melé i Carné, J. Urcelay Alonso, D. Negro Pavón, J. L. Bazán López, M. Herrero López, E. Martínez Albesa, J. A. García-Durán de Lara, Rafael del Río Villegas, N. López Moratalla, G. Galdón y José Andrés-Gallego.
El panorama inmenso al que nos abre la encíclica «Caritas in veritate» de Benedicto XVI se asemeja mucho a un bosque. Está llena de frutos y riqueza, pero se manifiesta con una exuberancia tal que puede llegar a abrumar al que se acerque a su lectura. En ella encontramos referencias a casi todos los campos del saber humano y de la vida en sociedad; no solo la política o la economía como objetos prioritarios de la doctrina social de la Iglesia, sino también a la educación, las ciencias humanas, la vida, la familia, etc. Cualquier estudioso de estas realidades se encuentra interpelado por su lectura, pero a partir de un horizonte de comprensión tan abierto que, cuando quiere profundizar en sus indicaciones, descubre pronto que pueden interpretarse en direcciones diversas, con la dificultad evidente de perderse en el camino.