
Colaboradores: J. Martorell, G. Celada, A. Escallada, S. Fuster, J. M. Artola, A. Bandera, E. Rodríguez, F. Soria.
La Summa Theologiae no sólo representa la cumbre de la ciencia teológica tal como se cultivaba en la universidad medieval, sino que es también obra cimera del pensamiento cristiano de todos los tiempos. En ella cristaliza, en maravillosa síntesis, todo el acervo de conocimientos teológicos, filosóficos, científicos, humanísticos y jurídicos que constituían lo más granado de la cultura en la segunda mitad del siglo XIII. En este sentido, descubrimos en esta obra un testimonio excepcional de la contribución de todos los saberes al esclarecimiento de la fe revelada. Por esta razón, la fuerza y la vitalidad de la Summa Theologiae son imperecederas y es inexcusable su lectura para quien desee conocer la teología católica.
Este primer volumen, que ahora aparece en tercera edición, abarca toda la Parte I de la Summa Theologiae. El lector encuentra aquí los tratados de Dios y de la Creación, en el que se incluye también la antropología filosófica de Santo Tomás. El volumen va precedido de una documentada exposición sobre la novedad científica de esta obra y sus orígenes académicos, así como su inserción en el opus thomisticum. Este trabajo, al igual que las ilustrativas introducciones a los tratados y las abundantes notas explicativas de los pasajes difíciles, han sido redactados por profesores dominicos en centros de estudio en España. La traducción y las referencias a las fuentes explícitas e implícitas han sido preparadas sobre el texto de la edición crítica Leonina, que está editada por esta misma BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOS en una esmerada y manejable edición.
Segunda edición revisada.
5 volúmenes: Suma de teología. I: Parte I (MA0031); Suma de teología. II: Parte I-II (MA0035); Suma de teología. III: Parte II-II (a) (MA0036); Suma de teología. IV: Parte II-II (b) (MA0045); Suma de teología. V: Parte III e índices (MA0046).
La Summa Theologiae no sólo representa la cumbre de la ciencia teológica tal como se cultivaba en la universidad medieval, sino que es también obra cimera del pensamiento cristiano de todos los tiempos. En ella cristaliza, en maravillosa síntesis, todo el acervo de conocimientos teológicos, filosóficos, científicos, humanísticos y jurídicos que constituían lo más granado de la cultura en la segunda mitad del siglo XIII. En este sentido, descubrimos en esta obra un testimonio excepcional de la contribución de todos los saberes al esclarecimiento de la fe revelada. Por esta razón, la fuerza y la vitalidad de la Summa Theologiae son imperecederas y es inexcusable su lectura para quien desee conocer la teología católica.
Este segundo volumen alberga la Parte I-II de la Summa Theologiae. Junto con la Parte II-II, a la que van dedicados los volúmenes III y IV, abarca la teología moral, es decir, «el movimiento de la criatura racional hacia Dios». Es, sin duda, la sección más rica y original de la Suma. El presente volumen va precedido de una documentada exposición sobre las características, fuentes, novedad y estructura de esta Parte. Este trabajo, al igual que las ilustrativas introducciones a los tratados y las abundantes notas explicativas de los pasajes difíciles, han sido redacta-dos por profesores dominicos en centros de estudio en España. La traducción y las referencias a las fuentes explícitas e implícitas han sido preparadas sobre el texto de la edición crítica Leonina, que está editada por esta misma BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOS en una esmerada y manejable edición.
Cuarta edición corregida.
5 volúmenes: Suma de teología. I: Parte I (MA0031); Suma de teología. II: Parte I-II (MA0035); Suma de teología. III: Parte II-II (a) (MA0036); Suma de teología. IV: Parte II-II (b) (MA0045); Suma de teología. V: Parte III e índices (MA0046).
El relativismo difuso urge hoy una fundamentación de la revelación cristiana atenta a la cultura sincrética dominante, en diálogo con la racionalidad y las capacidades del lenguaje para formular con éxito la ratio interna o lógica de la fe. Tal es el cometido de la Teología fundamental: una fundamentación del cristianismo que, sin incidir en la apologética de controversia, afronte con rigor la apología o justificación del cristianismo como religión revelada. En esta empresa, la fe, virtud teologal divinamente infundida, obra de la gracia acogida en libertad por el creyente, desarrolla su propia lógica como respuesta a la revelación de Dios, estando atenta a los datos fundacionales del cristianismo y al desarrollo del dogma cristiano.
Adolfo González Montes, durante años catedrático de Teología fundamental en la Universidad Pontificia de Salamanca, es obispo de Almería, reconocido ecumenista y obispo delegado de la Conferencia Episcopal Española en la Comisión de Episcopados de la Unión Europea. Es autor, entre otras obras, de Reforma luterana y tradición católica, Enchiridion oecumnenicum, Fundamentación del cristianismo, Teología política contemporánea e Imagen de Iglesia
Esta obra es una contribución a la reflexión teológica actual. Pero sus páginas no se limitan a una exposición rigurosa de la historia y la teología del discernimiento espiritual, sino que nos ofrecen también los criterios necesarios para su aplicación en los diversos campos de la vida cristiana. Por esta razón, es un libro que no puede faltar en la mesa del teólogo y del estudioso de la historia de la espritiualidad; pero representa también una ayuda inestimable para el guía espiritual, para el director de Ejercicios y para el creyente instruido que desa poder dar cuenta de su fe y orientarse, con verdadero sentido cristiano, en medio de los problemas del mundo en que vivimos.
Manuel Ruiz Jurado, jesuita, es profesor emérito y ha sido presidente del Instituto de Espiritualidad de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Especialista en espiritualidad ignaciana y en historia de la espritualidad, es conocido en la BAC por las Obras de San Ignacio de Loyola y por su libro Para encontrar la voluntad de Dios. Guía de ejercicios espirituales (2002).
San Rafael Arnáiz Barón (1911-1938) es uno de los más notables místicos del siglo XX. Su estrecho parentesco espiritual con aquel otro gran místico del Siglo de Oro, san Ignacio de Loyola, queda de manifiesto en este libro. El nuevo y joven santo, casi contemporáneo nuestro, lleva también en sus venas el espíritu ardiente y misionero de nuestra mejor tradición católica, de tan vital necesidad en este tiempo. El camino espiritual del Hermano Rafael es una realización viva de esa entrega incondicional de la propia vida a Dios en Jesucristo, para su Iglesia y para el mundo, a la que conducen los Ejercicios Espirituales. En días de increencia, sólido alimento de fe y esperanza para todos: jóvenes y mayores; sacerdotes, consagrados y laicos.
Los salmos son oraciones poéticas. El creyente desgrana su existencia ante Dios a lo largo de ciento cincuenta poemas. En ellos tiene cabida la amplia gama de sentimientos humanos, desde el dolor más profundo. hasta el gozo más intenso. Israel supo orar con los salmos; es decir, captó en este «repertorio oficial de oraciones» las palabras con las que un padre enseña a su hijo, se apropió de ellas y se dirigió a Dios sin ficción ni fingimiento.
Jesús oró con los salmos. La Iglesia heredó de Israel esta antología de oraciones. Con ellas ha orado desde sus orígenes y aun hoy continúa orando auténticamente: se dirige a Dios mediante su santa palabra, dirigida al Padre, por medio del Señor, en la unidad del Espíritu.
El presente libro es el resultado de una nueva traducción del texto hebreo, cuya finalidad es ayudar al cristiano de hoy a orar cristianamente con estas oraciones poéticas seculares.
El hombre, con palabras de Zubiri, «no tiene, consiste en religión», o sea, es religión, religación respecto de lo divino. Lo que uno tiene puede perderlo. Lo que se es, no se deja de serlo mientras se es o existe. De ahí la universalidad del sentido religioso. De ahí que quien no acepta la religión tradicional se incorporará a otra, tal vez a una secta de signo religioso, mágico o ideológico, incluso elaborará su propia religión alternativa, aunque profese no ser religioso, creyente. Aunque el ideal sea la unidad, la experiencia hay y habrá no una, sino muchas religiones. La Historia de las religiones es como el punto de partida de todas las llamadas «ciencias de la religión»: Filosofía de la religión, Sociología de la religión, Psicología de la religión, etc., así como de la recién nacida Teología/s de la religión o religiones. Todas presuponen el conocimiento de las diversas religiones, al menos en sus líneas generales y en sus rasgos individuantes caracterizadores.
Manuel Guerra Gómez ha publicado más de cien artículos sobre temas filológico-teológicos y de historiografía religiosa, y 26 libros, entre ellos: Diccionario enciclopédico de las sectas, 2ª ed. (BAC, 2005), Las sectas y su invasión de mundo hispano: una guía (Eunsa, 2003), Evolución del universo, de la vida y del hombre. ¿El hombre, compuesto de cuerpo físico o material, cuerpo energético o inmaterial y alma espiritual? (Intereconomía, 2009), 100 preguntas clave sobre New Age (Monte Carmelo, 2004), El enigma del hombre, 3ª ed. (Eunsa, 1999), La trama masónica, 4ª ed.(Styria, 2008), Jesucristo y nosotros (Ucam, 2002).
Eusebio de Cesarea es el hombre que mejor supo captar, en su momento histórico (s. IV), el significado de los signos de su tiempo y dejar constancia de ello en sus numerosos escritos. Gracias a él se han conservado documentos y noticias de personas y de obras que, de otro modo, se habrían hundido irremediablemente en la noche del olvido. Por esa razón, su Historia eclesiástica se convierte, para todo investigador, en una extraordinaria fuente de fuentes no solo en el campo de la historia de la Iglesia, sino también en el de la historia de la doctrina y, sobre todo, en el ámbito de la historia de la literatura cristiana, incluida la canónica
Edición bilingüe dirigida, anotada y con introducciones por León Amorós, ofm; Bernardo Aperribay, ofm; y Miguel Oromí, ofm. Prólogo de León Villuendas Polo, ofm.
«San Buenaventura es un poeta; pero, sobre todo, es un metafísico por temperamento. Por eso recurre para expresar las experiencias franciscanas a las resplandecientes fórmulas de la “sophia”, al ejemplarismo, a los vestigios, imágenes y semejanzas de Dios y a los reverberos divinos, en la parte superior de nuestra alma.
Es, pues, cosa clara que San Buenaventura suspira por la luz y suspira por el amor, pero subordinando la luz al amor. Todos sus esfuerzos se dirigen, ante todo, a cultivar la “centellita de la sindéresis”, ese dulce peso del alma al bien, que si en el orden natural se manifiesta imperfecta e insuficientemente, en las almas deificadas por la gracia halla gradual y colmada perfección hasta convertirse en la fruición plena y beatificante de la gloria.
Más aún: las obras de San Buenaventura son vida, y vida exuberante que brota de su comunicación con Dios. A veces nos ofrecen vistas panorámicas de insuperable belleza desde el monte altísimo de las ideas ejemplares de Dios, y a veces guían la subida del alma que anhela unirse con Dios en la mística cumbre. Aquí descubren las vetas de las iluminaciones científicas que se reducen a la teología, cuyo término es la verdadera sabiduría; allí señalan con misión trascendente, como el Precursor a Cristo, al que es nuestro único Maestro, camino, verdad y vida. Siempre y en todas partes, San Buenaventura es el mismo: el Doctor Seráfico, que enseña a reducir el alma, por medio de Cristo, al sumo Bien, infinitamente difusivo.
Muchos son los que experimentan hoy día cuán necesario es unir la santidad de vida con la ciencia sagrada, evitando toda especulación exagerada. Pues bien; la teología de San Buenaventura responde maravillosamente a estas exigencias actuales, puesto que así ella, como todas las ciencias que prestan vasallaje a ella, se ordenan a la caridad, término y meta de todas las aspiraciones del hombre». (Del Prólogo).
Primera edición en la serie "BAC Thesaurus" , basada en la ed. de 1968.
6 vols.: I: Dios y las criaturas (NO0006); II: Jesucristo (NO0009); III: Camino de la sabiduría (NO0019); IV: Teología mística (NO0028); V: Santísima Trinidad. Dones y preceptos (NO0036); VI: Perfección evangélica. Apología de los pobres (NO0049).
El viaje apostólico de Benedicto XVI al Reino Unido, del 16 al 19 de septiembre de 2010, fue un éxito, una gracia, un acontecimiento histórico repleto de escenas y discursos memorables, repleto, en suma, de esperanza. Su clave estuvo en su lenguaje sabio y sencillo, en sus hechos y en sus dichos, de corazón a corazón. Por todo ello, esta visita fue un viaje apasionante, un viaje misionero para transmitir la pasión por la verdad y la pasión por Dios, cuyo último gran acto fue la beatificación del cardenal John Henry Newman.