El pasaje de la hemorroísa pasa muchas veces desapercibido en nuestras lecturas bíblicas. Hasta ahora no se había interpretado como un sendero de profunda sanación, tanto física como espiritual. Es lo que ofrece el autor en este espléndido libro.
Las preguntas escuetas del Evangelio es escrito por Ermes Ronchi. Este libro contiene los ejercicios dados al Papa Francisco y a la Curia Romana.
Si buscamos en el diccionario de la Real Academia el significado de la palabra Escueto encontramos: Sin adornos o sin ambages, seco, estricto.
Así es el modo como el autor presenta las preguntas que hace Jesús en los evangelios, «porque la palabra de Dios no es nuestra respuesta sino su pregunta escueta, que entra y trabaja en nosotros como una mano que abre senderos y señala horizontes. Una mano experta en nacimientos».
Las preguntas son como el cofre que guarda un pequeño tesoro, te desarman y te invitan a dar una respuesta creativa. El libro consta de diez preguntas, diez «escuetas preguntas» del evangelio, que nos invitan, con palabras sencillas, a abrirnos a la palabra de Dios y a dar una respuesta personal. No te dejan indiferente: ¿Qué buscáis? ¿Por qué tenéis miedo? ¿Pero vosotros quien decís que soy yo?… Son diez preguntas que sirven para muchas meditaciones, diez preguntas para dejar que resuene interiormente de forma provocativa la palabra de Jesús.
Por eso es importante la invitación del P. Ronchi para que, en lugar de precipitarnos en buscar respuestas, nos paremos a considerar las preguntas, las preguntas escuetas del evangelio. Amemos las preguntas, apreciemos las preguntas, que son una revelación.
En este libro el P. Ronchi invita al Papa Francisco y a la Curia Romana que participan en los ejercicios espirituales, a no interrogar al Señor, sino a dejarnos cuestionar por él. Se trata de vivir bien las preguntas de Jesús, que son palabra de Dios en forma de camino. Abren puertas y trazan senderos en el corazón, porque Jesús usa las preguntas para hacer crecer a sus amigos. Sus preguntas son chispas que encienden algo, que ponen en movimiento y hacen crecer, transforman a las personas y las invita a no quedarse como espectadores pasivos, sino a mirar hacia adelante y caminar.
Se trata, como dice Rainer María Rilke en el libro Cartas a un joven poeta, de vivir bien las preguntas, de no correr inmediatamente de puerta en puerta, de libro en libro, de maestro en maestro en busca de respuestas. Amar las preguntas y dejarlas trabajar dentro de sí mismo, como una gestación.
Pero las preguntas de Jesús deberían provocarme, deberían cuestionarme porque podemos caer en nuestras reuniones, más que en hablar de Jesús y de su palabra, que hablemos de cosas menos importantes. Jesús es un maestro de humanidad que no adoctrina a nadie, sino que estimula respuestas. Y haciendo así, fecunda nacimientos.
El P. Ronchi también nos invita a que no dejemos dormir las preguntas pues si antes quien preguntaba era considerado como que no tenía fe, hoy día es más necesario que nunca preguntarse el porqué de aquello que creemos, y eso significa que deseamos ir al fondo de nuestra fe. Pues las preguntas nos ayudan a vencer cada día la costumbre y consiguen que vivamos con entusiasmo nuestra vida como creyentes.
El libro contiene también la carta con la que el Papa Francisco ha invitado a Ronchi a darle los ejercicios a él y a la curia romana y otra a la conclusión de los mismos, donde el Papa Francisco agradece al autor las meditaciones de estos días.