Desde siempre los cristianos acuden a la intercesión de los santos para obtener favores o protección ante dificultades u obstáculos. ¿Cómo surge la figura del «intercesor» en el Opus Dei? ¿Cuándo se eligió a cada uno de esos cinco santos de la Iglesia católica, que en su conjunto forman un grupo tan heterogéneo?
El fundador nombró intercesores a un papa italiano, que vivió a caballo entre los siglos XIX y XX; a un sacerdote secular francés del s. XIX; a un político inglés, padre de familia y bien conocido en la Inglaterra del s. XVI; a un obispo del Asia Menor que vivió entre los siglos III y IV; y a una terciaria dominica italiana del s. XIV.
Este libro está escrito con la intención de estimular al cristiano en su fe y en la forja del carácter, pues la Iglesia está más necesitada que nunca de seguidores fieles a Jesucristo en todas las encrucijadas de la sociedad. A ellos dedica el autor estas páginas: a quienes quieren formar ideales auténticos y están dispuestos a trabajar mucho, a quienes buscan levantarse tras sus caídas, ser libres para amar y probar el amor puro, a quienes quieren aprender a escuchar, amar la cruz y querer más a sus amigos..., a quienes buscan recomenzar una vez más. Y sobre todo a los jóvenes, esperanza de la Iglesia.
«Lo esencial es invisible a los ojos», se lee en El Principito. El cultivo del ser humano no se percibe a la vista, ni se encuentra en las enciclopedias. La amistad, la lectura de los grandes libros y el sentido del humor, la elegancia y el buen gusto, el arte de gobernar o de ser buen ciudadano, la formación de la inteligencia y del carácter son eso, bienes invisibles, pero esenciales para la construcción de uno mismo. El autor ofrece un modo de despertar el hambre por ese afán de mejora, también entre lectores jóvenes, y dirigir la mirada hacia lo valioso y lo bello.
Georg Gänswein es una de las figuras más destacadas de la Iglesia católica, y el único hombre que trabaja a diario con dos papas. En este libro presenta una serie de observaciones sobre el estado de la Iglesia y su futuro más probable en una sociedad cada día más secular.
Argumenta con vigor sobre la fuerza civilizadora de la Iglesia en el ámbito cultural, y cómo esta constituye el único baluarte con capacidad de hacer frente al creciente totalitarismo cultural que se apodera de Occidente.
Gänswein contempló más cerca que nadie la renuncia de Benedicto XVI, y ofrece en estas homilías, conferencias y entrevistas una explicación que lo justifica. Brinda también un marco para una renovación espiritual, comenzando por la reforma personal de obispos y sacerdotes.
Este volumen recoge 18 discursos a grupos de católicos y protestantes, donde Newman desarrolla varias claves de la fe cristiana con la intención de promover en los lectores una mayor coherencia, e incluso una conversión. Se trata del primer volumen propiamente espiritual que el autor escribió como católico.
Con un estilo entre la conferencia y el sermón, Newman trata de responder a las preguntas de la razón acerca de los temas básicos del cristianismo, logrando un texto de valor permanente que lo convierte en una joya de la espiritualidad.
John Henry Newman (1801-1890) fue preceptor del Oriel College y líder del Movimiento de Oxford, que combatía la influencia laicista en el anglicanismo. Se adhirió a la Iglesia Católica en 1845, fue ordenado sacerdote y en 1879 León XIII le hizo cardenal. Fue beatificado por Benedicto XVI en 2010. Son numerosos sus escritos especulativos, teológicos y apologéticos.
Al llegar la adolescencia los hijos salen a un mundo muy diferente al del hogar. Sus amigos piensan distinto. Por contraste, lo aprendido en casa resulta casi ridículo, y todo tiende a saltar por los aires de manera irreversible. ¿Para qué formar, si luego se los lleva la corriente ante nuestros propios ojos sin que podamos hacer nada?
El autor defiende en este libro la importancia de enseñar a respetar al diferente, y de hacerse respetar como diferente. Esta perspectiva redimensiona el modo de educar, y exige un cambio de paradigma, en un mundo donde ya no hay sitio para burbujas ni invernaderos.
Iván López Casanova (Tenerife, 1959) es Licenciado en Medicina, especialista en Cirugía General y del Aparato Digestivo, y Máster en Bioética por la Universidad de La Laguna. Ha impartido numerosas conferencias sobre Antropología filosófica para universitarios, y sobre adolescencia, y es autor en esta editorial del libro Pensadoras del siglo XX.
Libro de meditaciones sobre cada uno de los quince misterios de la vida de Cristo que se contemplan al rezar el Santo Rosario, La primera edición es de 1934. Incluye un apéndice con los Misterios de Luz.
La Pasión de Cristo está llamada a informar la vida cristiana entera, y por eso meditarla y contemplarla es la cumbre de la oración cristiana. Sin embargo, no son muchos los textos disponibles para facilitar ese ejercicio a los lectores actuales. Los cuatro Evangelios son la base primera y absoluta de esa oración. Pero lo apretado y lacónico de su lenguaje suele exigir comentarios que ambienten la Pasión en su medio religioso y cultural, así como también reflexiones que iluminen su inagotable contenido.
El presente libro sigue rigurosamente los relatos evangélicos de la Pasión, versículo tras versículo, y los explaya en forma narrativa y considerativa. Lo hace en el lenguaje que todos hablamos, y no contiene otras citas que las bíblicas, ni afán alguno de erudición ni de exégesis.
El 14 de febrero de 1930 José María Escrivá entendió que la fundación que había iniciado en 1928 debía extenderse también entre las mujeres. Comenzó enseguida a trabajar en esa dirección, lo que no resulto´ tarea fácil, pues no se logró de forma estable hasta el tercer intento, ya en los an~os cuarenta: el 16 de julio de 1942 comenzará en Madrid el primer centro femenino de la historia.
Este relato muestra las distintas fases de consolidación del trabajo del Opus Dei entre mujeres y las distintas actividades apostólicas que estas desarrollaron. Las tareas en las que se implicaron para hacer el Opus Dei fueron variadas y novedosas —teniendo en cuenta el rol femenino en la sociedad de entonces—, como la creación de la editorial Minerva o la dirección de la residencia universitaria Zurbarán. El mensaje del Opus Dei les abría unos horizontes de trabajo y apostolado que las impulsaba más allá de lo que una mujer en la década de los cuarenta podía imaginar.
San Josemaría preparó la expansión del Opus Dei por toda Europa visitando a los obispos y llenando las carreteras “de avemarías y de canciones”, como solía decir. Esos viajes, como tantos otros que realizó para visitar y alentar a los que comenzaban en esos países, o para descansar unos días durante el verano, solía realizarlos en coche.
El autor, arquitecto, fotógrafo y en estas ocasiones también conductor, pudo acompañarlo durante más de dos décadas. Relata ahora sus recuerdos, hasta ahora inéditos, que ponen de manifiesto la dimensión más afectuosa y familiar del fundador del Opus Dei.