"El Imperio romano y el Nuevo Testamento" familiariza al lector con los aspectos políticos, económicos, sociales, culturales y religiosos de la dominación romana y pone de manifiesto cómo el Nuevo Testamento permitió a sus primeros lectores afrontar con éxito su omnipresente contexto imperial. Breve en su presentación, pero amplio en su enfoque, el texto de Warren Carter es una excelente introducción al mundo en el que nació el cristianismo primitivo.
Este libro de carácter introductorio parte de dos convicciones ampliamente compartidas entre los biblistas contemporáneos. La primera es que un lector actual del Nuevo Testamento no puede entender el significado, uso e impacto originales de sus textos sin un conocimiento suficiente de la sociedad y la cultura donde surgió. La segunda, que las ciencias sociales, correctamente utilizadas, pueden contribuir de modo eficaz a la obtención de este conocimiento.
El objetivo de la autora es, también doble. Por una parte, introducir al lector al uso de las ciencias sociales en la exégesis bíblica. Por otra, describir, con la ayuda de estas ciencias, los principales rasgos del mundo social y cultural que los escritos del Nuevo Testamento presuponen.
Esta obra lleva a cabo un análisis diacrónico de los resultados de casi dos siglos de método histórico-crítico en dos campos: la investigación sobre las fuentes del Pentateuco (primer capítulo) y el estudio de la figura del profeta (segundo capítulo). El resultado desvela los presupuestos filosóficos y culturales que han determinado el devenir de la exégesis y sus hipótesis más notables, mostrando el mundo de prejuicios que, con frecuencia, condiciona la exégesis llamada «científica». El tercer capítulo, en positivo, afronta las dimensiones características de la interpretación católica del Antiguo Testamento, buscando reconducir a la unidad las dos dimensiones básicas del método exegético: la histórica y la teológica. Superar el hiato entre exégesis «científica» y teología «creyente» es uno de los grandes retos que desde hace mucho tiempo tiene planteado el intellectus fidei. Este dualismo no se supera con llamadas a la devoción o con generosos intentos de añadir comentarios piadosos a una exégesis en cuyo método no ha entrado, desde el principio, la fe.
El autor pretende facilitar el acceso al estudio de la Biblia y a la investigación exegética. El libro tiene seis capítulos:
1) las fuentes del texto , 2) instrumentos para consultar la bibliografía bíblica, 3) bibliografía sobre los métodos exegéticos, 4) las figuras literarias en la Escritura, 5) modo de organizar el trabajo y 6) reglas útiles para dar coherencia a las citas, notas a pie de página, y al elenco bibliográfico.