Si el sueño de la razón engendra monstruos, pocos han sido tan perniciosos y disolventes moral y socialmente como los que, desde una pretendida apelación a la lógica discursiva, han originado esos fenómenos que se llaman antisemitismo e islamofobia.
Si bien sobre el primero existen distintos estudios, especialmente a partir de la convulsión que produjo el Holocausto, sobre el segundo son escasos. Sin embargo, esta obra lo pone de manifiesto, los dos son, en su origen y construcción –no así en sus consecuencias–, muy similares: en ambos casos, el antagonismo religioso hacia judíos y musulmanes se convierte en rechazo social, a partir fundamentalmente de su presencia en el seno de «nuestras» sociedades y de una lectura sesgada, simplificadora y estereotipada, es decir, esencialista, de sus textos sagrados –sean la Torá, el Talmud, el Corán o los hadices– que, según los teóricos antisemitas e islamófobos, da las claves para entender su consustancial perversidad. La consecuencia es la de considerar a judíos y musulmanes –actualmente más los segundos que los primeros– elementos extraños a nuestras sociedades, a las que, destruyendo sus valores, pretenden dominar, lo que justificaría una reacción que pusiera límites a su presencia y actividad.
En casa ajena es una obra en parte pionera: porque es la primera que se adentra en el universo de la islamofobia intelectual y porque pone de manifiesto que, tanto esta como el antisemitismo, no pueden reducirse al mero racismo y sí afectar a todo el espectro ideológico. Y porque se trata, sobre todo, de una llamada a la razón y a la conciencia.
La herencia del esclavismo y de las misiones, o sea, de la supremacía cultural blanca en general, nos ha llevado a aventurar que el africano es un ser más supersticioso y mágico que racional. Ya hace más de medio siglo que Placide Tempels, en La filosofía bantú, sentenció que las mentes negras no tenían nada de irracional; o mejor dicho, nada más de irracional que las mentes blancas o amarillas. Pero el veredicto todavía no ha calado en las escrituras y los templos del saber académico. ¿Cuántas universidades dedican parte de su docencia al pensamiento africano? Se podrían contar con los dedos de una mano, incluso en África.
La presente recopilación ayuda a descubrir lo que es un enigma a voces. Gracias al editor E. C. Eze, disponemos de un manual introductorio al tema. En la primera entrega, se abordaba el análisis de las ideologías modernas africanas, siempre asociadas a la denuncia política y a la lucha por la emancipación. En esta segunda entrega la ambición es mayor, porque se aspira a reconocer unas tradiciones filosóficas que la mayoría de los profesionales del pensamiento simplemente desconocen, y que algunos incluso rechazan a priori.
La filosofía africana es en gran medida una disciplina negada. Injustamente, si atendemos a las reflexiones que siguen sobre metafísica, sobre cosmovisiones singulares o sobre sistemas de sabiduría como, por ejemplo, la adivinación ifa. Está claro: el filósofo africano ha cocinado ideas desde tiempos inmemoriales, y seguirá haciéndolo. Otra cosa es que lo invitemos a nuestras mesas más selectas.
Este volumen nos muestra al profesor Ferran Iniesta en su mejor salsa: sin excesiva pretensión de orden, provocativo para quien sepa seguirlo, y estimulante incluso para quienes no comparten su bagaje humanístico. Se trata de una recopilación de textos diversos sobre el mundo negro-africano que abarca los momentos estelares de la historia del continente negro.
El autor es un reconocido pensador y ensayista, que nos muestra su particular visión de la humanidad desde las realidades subsaharianas. Incisivo y desafiante, Iniesta cuestiona el eurocentrismo y las ópticas materialistas –dualistas, diría él– con una mirada llena de pasión y ternura sobre el pasado africano. Como profesor de Historia de África en la Universidad de Barcelona, Iniesta hace ya muchos años que imparte su pedagogía erudita.
La negritud del antiguo Egipto, la talasocracia de las costas índicas, las monarquías divinizadas, la africanidad islámica, la resistencia a la depredación europea y la fuerza del mundo tradicional, son temas recurrentes del autor. Aquí aparecen con toda la convicción y la persuasión de su discurso, y nos llevan a dudar, como mínimo, de esa postración inmemorial que supuestamente arrastran las sociedades africanas.