La obra presenta la doctrina del misterio de Cristo, tal como la transmiten San Juan y San Pablo. Con rigor y sencillez Manson estudia los temas más vivos de la teología Paulina y Joánica: significación cósmica de Cristo, Cristo como Salvador, Cristo en la Iglesia, concepto de logos en Juan, relación con los Sinópticos, y doctrina sobre la expiación. El que fuera profesor de la Universidad de Manchester ha escrito un gran libro.
Estudio de gran rigor lingüístico que conduce a su contenido teológico, siguiendo la máxima de “interpretar el texto por el propio texto”. En esta obra podemos descubrir de la mano de Lucas el camino de Pablo hacia la evangelización de los paganos, y su reiterada resistencia a los hermanos expresada en el juego entre los términos “yo” y “nosotros”.
Para Rius, Lucas es teólogo antes que historiador, lo que le lleva a entender los episodios que narra no de forma aislada sino en un conjunto en el que todo, incluido los personajes tienen un sentido teológico.
Índice
Introducción p. 13.
Prolegómenos de la misión p. 19.
1. El ámbito de la misión p. 19.
2. Carácter precursor de la iglesia Jerusalén p. 23.
3. La iglesia de Antioquía, primera comunidad
"cristiana" p. 26.
4. Conclusión p. 29.
Primera parte: Las tres primeras fases de la misión entre los
paganos
I. La misión encomendada por el Espíritu Santo a la Iglesia de
Antioquía p. 33.
1. Configuración de la comunidad local p. 33.
2. El Espíritu interrumpe la celebración litúrgica para
enviar a la misión entre los paganos p. 35.
3. Paralelismo con la investidura de Jesús para la misión p. 37.
4. Conclusión p. 40.
II. Primera fase de la misión: Chipre, Pisidia, Licaonia,
Panfilia p. 42.
1. Chipre: visión anticipada de una misión titubeante p. 42.
2. La prueba p. 43.
3. El desenlace p. 47.
4. Paralelismo con la prueba de Jesús en el desierto p. 49.
5. La enigmática partida de Juan p. 49.
6. El discurso programático en la sinagoga de Antioquía
de Pisidia p. 51.
7. La precedencia dada a los judíos en la predicación del
mensaje, una táctica equivocada p. 55.
8. Curación del inválido de nacimiento en Listra p. 59.
9. Epílogo de la primera fase de la misión p. 63.
10. Conclusión p. 64.
El lector se halla ante un instrumento asequible, pedagógico y serio que le permite acercarse al primer siglo de la Iglesia primitiva recogido en las cartas paulinas y “Católicas”. El libro presenta el texto corriente, breves explicaciones que ayudan a ampliar la información, y monografías para conocer lo imprescindible acerca de aspectos determinados.
Este libro es un manual que introduce al tratado de Escatología. Para ello, se introduce en el status quaestionis actual, ofreciendo de modo integrado las distintas perspectivas con las que se han estudiado los temas fundamentales de la escatología cristiana.
Es éste un libro peculiar que aborda las catequesis de las audiencias generales con las que el papa Juan Pablo II comenzó su predicación. Lo original de las mismas es que conforman un todo unitario de gran coherencia y continuidad, un verdadero tratado acerca de uno de los puntos menos desarrollado en el pensamiento teológico: el amor humano en su prototipo de amor conyugal entre un hombre y una mujer. El prólogo de Carlo Carriarra, posiblemente el máximo conocedor del tema, precede a las distintas series de catequesis, cada una de las cuales presenta un breve estudio de un experto relacionado con el Instituto Juan Pablo II. Este libro es un paso importante para conocer a la luz de la fe lo más íntimo del hombre: su despertar, crecimiento y plenitud en el amor.
Este libro está concebido como una ayuda para quienes se adentran en el estudio y la explicación de las ciencias teológicas.
Estudiar y dar clase de teología es una tarea que compromete a la persona entera y, desde el punto de vista intelectual, exige un gran esfuerzo. Además del esfuerzo por captar los conceptos propiamente teológicos, se requiere conocer con precisión muchos otros conceptos que, por su naturaleza, pertenecen a otras áreas del saber en las que son estudiados formalmente. Si toda ciencia necesita de conocimientos tratados en toros lugares, esto sucede de forma particularmente frecuente en los estudios teológicos. La teología es considerada ciencia suprema precisamente por ir al fundamento y razón de todas las cosas.
La estructura de este libro, pensada para quienes se adentran en la aventura teológica, es bien sencilla: primero se habla de qué es la teología y de su unidad. Conviene insistir es esto ya desde el principio: la teología es un saber unitario. Antes que un conocimiento especializado, la teología es visión universal sobre le misterio de Dios revelado en Cristo. No se puede ser buen teólogo, si junto, a la especialización en una determinada cuestión o área no se tienen interés por el resto de las cuestiones de las áreas de estudio, y si no se poseen los conocimientos esenciales de ellas.
Tras esta primera parte, se ofrece una presentación de la lógica que da unidad al plan de los estudios teológicos tal y como corresponde al Primer Ciclo.
Finalmente, y como un prontuario, se ofrece un elenco de los conceptos más usados en los diversos tratados teológicos, especialmente los conceptos filosóficos, anotando con frecuencia en qué sentido preciso son utilizados en los diversos tratados de teología.
Se ha descrito a Juan Pablo II como a un gran pastor con un corazón eminentemente sacerdotal. Dan testimonio de ello su propia vida, sus escritos autobiográficos y sus desvelos por la santidad de los sacerdotes. Por eso resulta de gran interés y actualidad esta recopilación de todas sus Cartas de Jueves Santo dirigidas a los sacerdotes. Además, se incluyen algunos documentos que, en ocasiones, sustituyeron o completaron alguna de esas cartas, como la Exhortación apostólica Pastores davo vobis o la Encíclica Ecclesia de Eucaristía. Un índice temático permite descubrir los principales acentos del magisterio de Juan Pablo II, a la vez que facilita el uso de esta recopilación como obra de consulta. El libro viene presentado/prologado por el Cardenal Hummes, prefecto de la Congregación para el Clero, a quien Benedicto XVI confió el impulso y el seguimiento del Año Sacerdotal.
La quinta edición española es una prueba de la buena acogida de esta obra teológica que el actual Papa escribió siendo prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Publicada en castellano por primera vez en 2001, esta obra profundiza en uno de los elementos claves del Concilio Vaticano II, la renovación litúrgica, cuyo espíritu en muchos casos no ha llegado a los cristianos con la misma rapidez que los cambios exteriores. Ratzinger va más allá de la explicación teológica acerca del sentido de unos cambios que pueden aparecer como adaptación al ambiente de una época, y pone de relieve el hecho de que la liturgia —y el espíritu que la impulsa— sea revelación del mismo espíritu que anima a la Iglesia.
Como recordaba al presentar esta obra el obispo Romero Pose —la presentación se incluye por primera vez en esta cuarta edición—, “Joseph Ratzinger propugna que es necesario retomar en sus mismas raíces y orígenes las auténticas motivaciones del movimiento litúrgico, de aquel movimiento que atendía positivamente, y que no despreciaba, la experiencia propiamente religiosa. Ratzinger encuentra las raíces del culto, de la liturgia, en la fe bíblica. Rememora, pues, en la historia de la salvación, cómo Dios nos quiso regalar una liturgia, un modo determinado de ser agradecidos”.
Añade, como novedad, una introducción de Olegario González de Cardedal y un prólogo de Monseñor Eugenio Romero Pose +
Cristiandad reedita este clásico escrito en 1925 por el genial escritor inglés, con la novedad de incorporar un prólogo de Juan Manuel de Prada. Éste define a El hombre eterno como “pináculo” con el que culmina la experiencia que llevó a Chesterton a la conversión al catolicismo. Un periplo iniciado a partir de la curiosidad respecto a una institución a la que todos criticaban, y cuya doctrina y realidad sin embargo resistía a los tópicos. Un periplo si se quiere lógico, pues de Chesterton puede decirse algo semejante: que su obra resiste al paso del tiempo porque está construida sobre el sentido común, y no sobre la imaginación, a lomos de la cual, ayer y hoy, triunfan los escritores de éxito efímero.
Chesterton escribió esta obra en cierto modo respondiendo al materialismo de la Breve Historia del Mundo publicada en 1921 por Herbert George Wells. Si bien las fantasías bélico-cientificistas de este autor siguen siendo conocidas, no lo es aquél ensayo sobre la historia, en el que imbuido de un evolucionismo decimonónico venía a negar que, a fin de cuentas, el hombre significara una novedad respecto al mundo animal, y que a su vez Cristo añadiera algo original respecto a lo dicho por otros tantos hombres. A Chesterton le basta el sentido común para mostrar que el paso del tiempo de por sí no lo explica todo, que existen revoluciones y que el hombre es algo peculiar dentro del mundo, como lo es la persona de Cristo y el cristianismo en la historia humana. Reflexiones sobre algo aparentemente obvio, pero que hoy como hace 80 años conviene repensar.
El tomo VI de la colección “Apócrifos del Antiguo Testamento” ofrece a los lectores los escritos apocalípticos generados por el judaísmo de la época grecorromana poco antes del tiempo de Jesús o contemporáneamente a él. Unos son plenamente judíos, mientras que otros muestran signos claros de reelaboraciones cristianas, pero siempre sobre una base judía anterior claramente perceptible.
Este Tomo VI ofrece los materiales necesarios para responder a la pregunta, planteada desde el siglo XVIII, y con más claridad a mediados del siglo XX: “¿Es la apocalíptica judía la matriz de la teología cristiana?”. Los orígenes del cristianismo nacientes en el siglo I parecen ser los de una secta apocalíptica judía, entre otros grupos que conocemos de la misma época. Pero, a la vez, ello no quiere decir que el cristianismo como fenómeno histórico pueda reducirse sólo a la apocalíptica, ni que su teología sea idéntica a esta tradición judía.
La lectura de los textos presentados en este volumen, algunos de ellos los más imponentes que nos ha legado el judaísmo de todos los tiempos, como el Libro IV de Esdras, iluminará la mente del lector que ha de verse confrontado a los orígenes ciertos de una parte de la teología que quizás crea sólo cristiana.