Seamos o no conscientes de ello, venimos a este mundo con un deseo innato de «algo más». Gastamos tiempo, dinero y esfuerzos intentando encontrar la paz y la felicidad que pongan fin a esa búsqueda sin descanso. Todos lo hacemos: es constitutivo del ser humano. La práctica de la meditación puede aprenderse en unos minutos, pero lleva toda la vida convertirse en maestro. Ella permite conectar con una realidad mucho mayor que la nuestra, a la que las grandes tradiciones espirituales denominan Dios. Además de ayudar a ver las cosas como son y no como creemos y deseamos que sean, la meditación favorece la integración armoniosa de cuerpo y mente, de acción y contemplación, del mundo, de quienes nos rodean y de nosotros mismos. Nicholas Buxton es doctor en filosofía budista por la Universidad de Cambridge y sacerdote de la Confesión anglicana. Es además un experimentado maestro de meditación.
En mi anterior libro Teodicea. Itinerarios del hombre a Dios (2013), quise trazar unos caminos de acceso a Dios. Este libro no trata, pues, de los itinerarios cambiantes (aunque muy valiosos) de los hombres que salen en busca de Dios, sino del itinerario de Dios, que, según la Biblia y la fe de la Iglesia, ha querido venir a los hombres, compartiendo con ellos su existencia, en Jesús, por el Espíritu, con pleno respeto, sin avasallarlos ni imponerles su presencia. Esta es la más fascinante de todas las historias, el relato del Dios que, siendo infinito (y por serlo), ha querido hacerse caminante con los hombres, encarnándose en Jesús y siendo Espíritu de Vida en la vida de la humanidad. A partir de esa experiencia de Dios he querido escribir este libro, entendido como apuesta a favor de la Trinidad, un libro sobre el Dios que se introduce en nuestra historia no como un intruso o un vigilante, sino como verdad y contenido más profundo de esa misma historia. Este es el libro de los hombres que quieren aprender y compartir el camino de Dios, por medio de Jesús, en Espíritu y Vida.
Cuando a finales de los años cincuenta Joseph Ratzinger era un joven teólogo, dictó un curso en Viena sobre el concepto «hermano» según el cristianismo.¿En dónde radicaba la originalidad de este análisis? ¿Por qué sigue siendo válido?. He aquí las cuatro tesis que defiende: 1) la fraternidad depende del concepto que se tenga de la paternidad de Dios y de cómo sea Dios; 2) la fraternidad cristiana está siempre por delante de los lazos biológicos (familia) y sociales (ciudadanía); 3) el cristiano es antes de nada y sólo hermano del cristiano; 4) el cristiano es hermano para servir a los que están fuera de la comunidad cristiana.
Un libro sobre el celibato de los sacerdotes no es extraño que provoque variadas expectativas. Esto mismo suele pasar con algunas cuestiones que, latentes en la conciencia cristiana, terminan por resurgir en determinadas circunstancias dolorosas y generan comentarios de todo tipo, muchos de los cuales no siempre se basan en la razón y el equilibrio.
Al abordar hoy el tema del celibato es preciso comenzar asumiendo las objeciones más comunes para, desde ellas, articular la reflexión teológica que hace posible ahondar en sus implicaciones espirituales, eclesiales y pastorales. Solo entonces el autor se atreve a introducir metodológicamente «un punto de vista psicológico», que permite plantear la vida célibe como medio de alcanzar la plenitud humana.
El libro se mueve siempre entre la precisión del lenguaje técnico, que no teme usar la terminología científica, y el humor benévolo, que ha de reservarse para temas sobre los que el lenguaje resulta demasiado grave o a menudo insuficiente.
Esta obra va dirigida en último término a quienes se esfuerzan por discernir la propia vocación presbiteral, pero también a los educadores, teólogos, pedagogos y psicólogos interesados en repensar la figura actual del ministerio ordenado.
Francisco es «el hombre del siglo que viene». Así le llama Tomás de Celano, su primer biógrafo, ya en el siglo XIII. Y desde entonces, aquel hijo de un rico mercader y de las nacientes ciudades burguesas de la Edad Media, liberadas del poder feudal por la asociación de sus ciudadanos más dinámicos, se ha convertido en referente y modelo para cualquier generación.
Su secreto tal vez resida en la rica personalidad que atesora, capaz de conectar y sintetizar en sí las mejores aspiraciones de su tiempo. Pero también ofrece renovación y rejuvenecimiento a quien se acerca a él y a la Buena Noticia de la que es testigo.
Este libro se ocupa de María, la Madre del Señor, mujer concreta y verdadera, «imagen del Misterio».
Partiendo de la acogida del testimonio bíblico y recorriendo la historia de la fe, el autor intenta proponer una lectura de conjunto que se desarrolla en torno a los tres títulos mariológicos esenciales: Virgen, Madre y Esposa. En cada uno de ellos escruta la profundidad escondida, pero presente, en relación con el misterio de Dios Trinidad, de la Iglesia, del hombre y de la femineidad de lo humano.
Se trata de un estudio esencial, profundo y emblemático de la imagen contemporánea de María, realizado con criterio narrativo y con una original interpretación simbólica de la Esclava del Señor en su especificidad femenina y creatural. En definitiva, un texto para adentrarse en el misterio de María y, al mismo tiempo, un manual sintético y claro de mariología.
Bruno Forte nació en Nápoles en 1949; doctor en teología y filosofía, y desde 2004 arzobispo de Chieti-Vasto, es uno de los teólogos italianos más respetados y creativos.
Sumergirse en los textos griegos del Nuevo Testamento constituye una experiencia enormemente enriquecedora tanto desde el punto de vista intelectual como espiritual. Ello permite captar la fuerza y los matices que tantas veces se pierden en las traducciones. Precisamente como estímulo y facilitador de la lectura directa de los textos originales presentamos este Vocabulario griego del Nuevo Testamento.Esta obra, concebida para una consulta rápida y fiable, no se dirige en exclusiva a los especialistas, sino que aspira a resultar útil también a los estudiantes e incluso a cualquier persona que, con unos conocimientos básicos, desee leer el Nuevo Testamento en su lengua original.En la primera parte se ofrecen todos los términos griegos que aparecen en el Nuevo Testamento, acompañados de su transliteración castellana y de su correspondiente traducción. La segunda parte recoge un listado orientativo de palabras castellanas con su versión griega, pensado para propiciar el acceso a los términos que subyacen a las traducciones; esta parte se completa con el elenco de los nombres propios que aparecen en el Nuevo Testamento. La tercera y última parte contiene una breve morfología del griego neotestamentario.
Este libro se ha convertido por derecho propio en un clásico de la eclesiología. Los clásicos nacen en una época y en un lugar, pero cada generación es capaz de encontrar respuesta en ellos a sus propias preguntas y a sus ansias eternas.
En el origen de esta obra se aprecian las preocupaciones más entrañables del autor: el intento de comprender la Iglesia desde dentro y no primordialmente desde su referencia a la sociedad civil y política; la profundización en su origen trinitario, en su dimensión sacramental, en su condición de fraternidad y comunión por encima de la sola perspectiva jerárquica; el esfuerzo por superar la postura puramente apologética frente a los otros cristianos y a los no creyentes, la necesidad del diálogo y de la colaboración, la radical voluntad de verdad ante los hechos y la fidelidad a la experiencia cristiana originaria tal como se ha sedimentado en la Biblia, en la Liturgia y en los Padres de la Iglesia.
El libro habla de reforma en la Iglesia, no de reforma de la Iglesia, pues esta peculiar comunidad de creyentes no es una invención humana, sino una creación de Dios en la historia de los hombres. Por tanto, resulta obligado partir de una mirada atenta y sentiente de la realidad para discernir desde ahí los criterios teológicos e históricos que permitan llevar a cabo una reforma verdadera de la Iglesia desde su interior.
Yves Congar (1904-1995) está considerado como uno de los grandes teólogos del siglo XX. Perteneció a la Orden de Predicadores.
La fe cristiana, por remitir a Dios y por confiar radicalmente en el ser humano, reclama y engendra en toda circunstancia y tiempo un logos, una razón, una palabra, un pensar. Este libro es un elogio de la teología, una defensa de la fe que busca la razón y del logos que busca ser creíble.
Sin embargo, este elogio no es ingenuo, sino comprometido. De hecho, el mayor riesgo que corre hoy la teología es dejar de ser lo que ella es. Acuciada por la irrelevancia cultural y no pocas veces eclesial, la teología ha de luchar contra la tentación de renunciar a su identidad y no decir su palabra ante los retos que la sociedad científica y tecnológica plantea a la existencia humana, y a la vida y la misión de la Iglesia.
Es cierto que vivimos un tiempo de cambio y que todavía no tenemos la teología adecuada a la altura de la actual conciencia histórica. Pero antes que aislarse y encerrarse en sí misma, la teología tiene que tener paciencia y volver a descubrir su identidad desde el diálogo abierto y la relación activa con la sociedad y la Iglesia.
Ángel Cordovilla Pérez es profesor de teología dogmática en la Universidad Pontificia Comillas de Madrid.
La Palabra de Dios cada día 2015 se abre con el icono de san Juan XXIII. Se trata de un sencillo gesto de gratitud hacia este santo pastor, a los cincuenta años de la clausura del concilio Vaticano II. De aquel acontecimiento brotó una nueva estación para la Iglesia, una nueva primavera que ha marcado la vida de numerosas personas.
La Palabra de Dios cada día 2015 quiere unirse al gran grupo de discípulos que se confían a la Palabra de Dios para caminar cada día a su luz. Acogerla en el corazón, meditarla y ponerla en práctica es el modo de ser discípulos del Señor Jesús.
Por medio de este itinerario espiritual tratamos de vivir la sucesión de los días en relación con la alternancia de los tiempos de Jesús. Se trata de un camino que, a través de las páginas bíblicas, quiere hacernos crecer en la misma medida que Cristo, para que se cumpla en nosotros lo que dice el apóstol: «Tened en vosotros los mismos sentimientos de Cristo Jesús» (Flp 2, 5).
Vincenzo Paglia, arzobispo, es presidente del Pontificio Consejo para la Familia.