Cristianismo, Europa, libertad propone una reflexión sobre la actual crisis cultural que padece el Viejo Continente, que es, en su más íntima consistencia, “religiosa”. La raigambre cristiana del ser de Europa es visible para cualquiera que salga a la calle o visite un museo, pero ya desde hace tiempo viene siendo impugnada desde los grandes circuitos de la difusión cultural. Esta especie de desarraigo desvitaliza las energías más creativas que han dado grandeza a Europa y a su contribución a otras culturas.
El cultivo y cuidado de las propias raíces es la condición del crecimiento. El “culto” cristiano ha promovido lo mejor de la “cultura” europea y ha inducido lo más relevante de su aporte a la civilización humana, pero precisamente desde la conciencia de que lo mejor que podíamos dar no es “nuestro”. Justamente porque no es un valor “europeo” –digamos, una idiosincrasia cultural–, el cristianismo ha enriquecido la cultura europea, y ha engrandecido su influencia allende sus fronteras.
En estos tiempos hipermodernos, y ante la ideología del transhumanismo y su intención de construir una sociedad posthumana, emerge con fuerza el paradigma del humanismo avanzado en un contexto de responsabilidad colectiva. Empezamos a vislumbrar los primeros signos y efectos de la Revolución de la Inteligencia -cuarta revolución industrial- donde las biotecnologías producirán cambios radicales incluso en la propia naturaleza e interioridad humana. El desarrollo y convergencia de la inteligencia artificial y de las tecnologías emergentes (nanotecnología, biotecnología, tecnología de la información, tecnología cognitiva, robótica, computación cuántica...) tendrán un impacto directo sobre nuestra esencia como seres humanos, sobre la biosfera y la noosfera. Necesitamos, pues, capacitarnos para actuar con responsabilidad tecnológica en esa nueva etapa de la evolución humana. Próximamente conviviremos, en paisajes, hábitats y ciudades inteligentes, humanos, mutantes, ciborgs y robots autónomos con personalidad electrónica legalmente reconocida. Por lo tanto, debemos preparar las bases culturales, educativas, psicológicas, ambientales, sociales, políticas, económicas, legales, éticas y espirituales de esa situación inédita en nuestra civilización. Estamos, pues, en el momento más crucial de la historia humana y lo que se está poniendo en juego no es lo que haremos o dejaremos de hacer, sino lo que SEREMOS de ahora en adelante. Necesitamos comprender ese cambio disruptivo y construir urgentemente un humanismo avanzado, basado en una ética universal integradora de los principios y valores que la humanidad ha ido conformando a lo largo de los siglos mediante la sabiduría perenne, las diversas tradiciones religiosas y espirituales y las corrientes del pensamiento humanista. De forma divulgativa y amena, este libro ofrece al lector las claves para transitar por esa sociedad biotecnológica, sin perder por ello nuestra esencia y condición humanas ni renunciar a nuestra misión de evolucionar hacia más elevados niveles de conciencia. Albert Cortina (Barcelona, 1961) es abogado y urbanista. Director del Estudio DTUM, es profesor e investigador en ética aplicada al urbanismo y a la ordenación del territorio en la Universidad Autónoma de Barcelona y en la Universidad Politécnica de Cataluña. Como capacitador social en responsabilidad tecnológica, es experto en la gestión de ideas, valores y proyectos. Consultor en inteligencia ambiental, ecología integral, biomimética y hábitat inteligente, es dinamizador de proyectos de conservación de la naturaleza y gestión del paisaje. Ante la convergencia de las biotecnologías y el aumento de las capacidades humanas, promueve un humanismo avanzado a través del cual las tecnologías emergentes estén al servicio de las personas, de la biosfera y de la noosfera desde una cosmovisión que integre ciencia, ética y espiritualidad. Asimismo, es coautor y coordinador de la trilogía de libros ¿Humanos o posthumanos? (Fragmenta Editorial, 2015), Humanidad infinita (Ediciones Internacionales Universitarias, 2016) y Singulares (Ediciones Internacionales Universitarias, 2016).