Fruto de toda una biografía que ha tenido el pensamiento como principio, Las pasiones del alma (1649) es la última obra publicada por Descartes en vida y puede considerarse como su testamento filosófico. Escrita a instancias de la princesa Isabel de Bohemia, quien pedía reiteradamente a su «instructor» aclaraciones sobre la relación en el ser humano entre dos sustancias tan distintas como el alma y el cuerpo, en ella encontramos una serie de reflexiones que profundizan, precisan o rectifican algunas de las tesis que Descartes había sostenido con anterioridad. La obra, elaborada con la intención de «explicar las pasiones —en palabras del autor— no como orador, ni tampoco como filósofo moral, sino solamente como físico», consta de tres partes, «de las que la primera tratará de las pasiones en general, y en ocasiones de la naturaleza del alma, etc.; la segunda, de las seis pasiones primitivas, y la tercera, de todas las demás». De hecho, Descartes inicia su explicación sobre las pasiones por una descripción de la fisiología humana, para acabarla con una reflexión acerca de la moral, tras dar cuenta de las mismas como resultado de la unión del alma y el cuerpo. Fisiología, interacción alma-cuerpo y moral son los temas que articulan el contenido de este libro.
La primera de las libertades reivindicadas en la época moderna fue la libertad religiosa, que dentro de la dialéctica del pensamiento liberal puede considerarse no sólo como la primera en el tiempo, sino también como la raíz del desarrollo de las demás libertades. A su vez, en el seno de la idea de la libertad religiosa, la "Carta sobre la tolerancia" de J. Locke, publicada por primera vez en 1689 y 1690, marca un hito en el devenir cultural de la humanidad. Se trata de uno de esos libros breves que, al igual que "El Príncipe" de Maquiavelo o el "Manifiesto Comunista" de Marx y Engels, están destinados a ejercer una decisiva influencia histórica. Aparte de su significación universal, la "Carta" es altamente representativa del pensamiento político inglés en una de las etapas más interesantes de la historia.
Todos nos decimos tolerantes pero ¿lo somos? Muchos no toleramos a los racistas, los nazis, los fundamentalistas, etcétera. ¿Deberíamos hacerlo? ¿Qué es en realidad la tolerancia y cuáles deberían ser sus límites?
Este libro explora la respuesta de los Forjadores de la tolerancia de los siglos XVII y XVIII: Milton, Thomasius, Spinoza, Locke, Leibniz, Bayle, Montesquieu, Hume, Voltaire, Rousseau, Kant, Mirabeau, Paine, Stuart Mill. Algunos lucharon por ampliar sus límites y forjar un mundo más libre. Otros desplazaron el foco del simple soportar al reconocimiento y respeto del otro. Pero la mayoría tenía “cegueras”, incoherencias y vetas de intransigencia. Por ejemplo, Locke, el “padre de la tolerancia”, no toleraba a los católicos ni a los ateos y, sin embargo, influenciados por él, los ingleses autorizaron en la India la práctica del sati (la inmolación de las viudas en las piras funerarias de sus maridos), en nombre de la tolerancia.
A la vez que desvelan las contradicciones de los Forjadores de la tolerancia y rompen clichés, estas páginas nos animan a preguntarnos cuáles son nuestros propios “ángulos muertos”.