El proceso cultural de Occidente en los últimos tiempos presenta flancos contradictorios. A medida que se expande la secularización, aumenta en paralelo el interés por los valores religiosos y espirituales. Los datos reunidos en la introducción de este libro avalan la afirmación en lo que a España se refiere. Nunca ha florecido tanto entre nosotros la curiosidad y la estima por la incomparable mística de nuestro pasado.
Acuciado por tal constatación, el autor ha intentado una nueva visión de la misma, de su desarrollo histórico, de su contenido, de sus maestros y de su incidencia secular en la vida cristiana del pueblo español. Se ha encontrado con la urgencia de fundir en síntesis unitaria las incontables monografías dedicadas a la espiritualidad de nuestro Siglo de Oro y vertebrar las elaboraciones de M. Pelayo, M. Bataillon, Pedro Sáinz Rodríguez, M. Andrés. Ni repetición ni ruptura con esas piedras miliarias. Simplemente, intento de integración y de actualización.
Afrontar proyecto tan ambicioso impone el recurso permanente a las fuentes textuales y al soporte imprescindible de la bibliografía más específica. E. Pacho lo ha intentado lealmente en este libro.
La transmisión de la fe se ha convertido en el centro de las ocupaciones y de las preocupaciones de nuestras iglesias occidentales. Bajo esa expresión se condensa lo mejor y lo peor de la actual sensibilidad eclesial y pastoral: de lo peor, porque en muchas ocasiones se vive con agobio, tristeza o impotencia; de lo mejor, porque es el aliento de los proyectos evangelizadores más creativos e ilusionantes.
La transmisión de la fe es más que ocupación o preocupación de las comunidades eclesiales. Hace falta una reflexión serena y de largo alcance para saber exactametne de qué se habla cuando se coloca la transmisión de la fe como eje de la agenda eclesial y pastoral: reflejar la originalidad de la fe como gozo del evangelio.
Es un estudio del libro de Benedicto XVI sobre Jesús de Nazaret en clave espiritual, como una propuesta de lectura espiritual, fundada en otras dos claves: la bíblica y la teológica. Biblia, teología y espiritualidad forman una unidad en el libro de Joseph Ratzinger-Benedicto XVI y que se refleja en esta exposición. El fin primordial de Jesús de Nazaret es impulsar el encuentro con Jesús y la relación viva con Él, a partir de la presentación de su figura histórica y de su mensaje evangélico. Al mismo tiempo, trata de mostrar cómo la relación viva con Jesús lleva a la comprensión auténtica del hombre y a su apertura a la historia. Todo ello sucede desde la recreación de una sensibilidad cristiana desde el alma de hoy. Partiendo de estas coordenadas, se desarrollan en este estudio hasta 41 temas bíblico-teológico-espirituales. No son temas yuxtapuestos, sino internamente articulados, de manera que su exposición representa en cierto modo el itinerario – cada vez más intensivo – de la vida cristiana. En esta Propuesta de Lectura Espiritual se esconde una convicción profunda: Jesús de Nazaret de Benedicto XVI es un camino de espiritualidad y una manera viva de evangelización.
Cuántas cosas han sucedido en Betania. Ante todo la resurrección de Lázaro, señal de un destino m´sa general que afecta a quien es convocaco alrededor de eta mesa. Jesús llama a Láaro para que salga de la tumba. Pero Lázaro resucitado es la señal de todo lo que sucede también a las dos hermanas, María y Marta. María de hecho reconoce en el amigo al Señor de la vida. Y desde el momento que la resurrección es creer en Jesús, porque el vive y cree en él no muere para siempre , la "confesión de la fe" de Marta es también la resurrección, la amistad como relación personal en el amor, basada en la amistad de Cristo con nosotros y en nuestro agradecimiento radical hacia él, la contemplación como capacidad de saber descubrir al Señor en los acontecimientos de nuestra vida y en la historia de toda la humanidad
Es cierto que el cristianismo ha producido, mucho más allá de los dogmas que la definen, una literatura espiritual de una amplitud prodigiosa. Precisamente para poder descubrirla y disponer de algunas referencias para entrar en ella se han concebido esta Historia de la espiritualidad cristiana. En esta obra bo hemos podido mencionar más que a un cierto número de autores, pero están cercanos a nosotros por su psicología, sus preocupaciones, sus vicisitudes, en una palabra, por su "Vida espiritual". Poco importa que nos podamos reconocer o identificar en tal o cual corriente: es cuestión de nuestra propia vida de nuestra propia historia, universal y singular a la vez. Esta diversidad, en el interior del cristianismo mismo, es como una prueba de su universalidad. Nada de voz única. Nada de rostro único. En lugar de ello, una pluralidad complementaria, extremadamente actual. También en esta versión al español hemos incorporado al fin un amplio elenco de Asociaciones y Movimientos, únicamente católicos -de todo el cristianismo hubiera sido inviable- por su decisiva influencia en la espiritualidad contemporánea.
Tienes en tus manos unas orientaciones prácticas para poderte lanzar a la gran y urgente tarea de la evangelización. Son el resultado de una reflexión seria acerca de esta experiencia.
Este libro va dirigido en primer lugar como instrumento útil al equipo de hermanos que se hayan tomado en serio la tarea de la evangelización. Será una misión maravillosa que les puede implicar mucho en toda su vida de alguna manera. Es llevar a cabo un catecumenado muy específico como colaboradores del Espíritu Santo.
También puede servir de meditación y de oración a quienes hayan hecho ya el catecumenado pero cuya asimilación práctica puede requerirles más tiempo.
Nacida en Bourges (Francia) en 1880. Primer Premio de piano a los trece años, esta joven artista es antes que nada modelo de joven seglar. Entra en el Carmelo de Dijon el 2 de agosto de 1901 y allí crece en el silencio de la contemplación, irradiando el gozo de un olvido total de sí misma. Después de pasar por la noche espiritual, hace su profesión religiosa en 1903, y el 21 de noviembre de 1904 compone su oración "Dios mío, Trinidad a quien adoro", célebre luego en todo el mundo cristiano. Muere el 9 de noviembre de 1906 y es beatificada por Juan Pablo II el 25 de noviembre de 1984. Consagrada profetisa de la Presencia de Dios en todo ser humano, Isabel invita a los peregrinos del Absoluto a abrirse apasionadamente "a la Luz, al Amor, a la Vida". La presente gran biografía permitirá al lector descubrir el corazón mismo de esta personalidad atrayente, sensible y muy cercana a nosotros.
Permíteme, amigo lector, que te haga una sugerencia de cara a su lectura. Te aconsejo que comiences por la voz Profetismo/profetas: hoy. Una voz amplia en extensión y contenido. En ella encontrarás la identidad, la espiritualidad, la grandeza, la temática, las actitudes, los retos, las respuestas, las propuestas, las denuncias, el mensaje del profeta de ayer, pero sobre todo del profeta de hoy. En efecto, el profetismo, la vocación profética no ha muerto con el último de los libros proféticos, Malaquías. Todo cristiano, en razón de su bautismo, ha sido ungido como profeta, sacerdote y rey. En cuanto profeta está llamado a ser luz del mundo como heraldo de la Palabra de Dios; en cuanto sacerdote, a ofrecer su vida por el reino de Dios; y en cuanto rey, a ser señor de lo creado, cuidando de la creación y, especialmente, de su prójimo; y, así mismo, a amar la verdad y la justicia.
Nadie duda de que la mujer, como tema, es hoy uno de los de mayor actualidad. Edith lanzó ya en su tiempo un grito profético: "Una sociedad o estamento público o privado que prescinda de la mujer está desperdiciando uno de los valores más seguros de que disponemos los humanos". De ello trata aquí ella: de su formación y proyecció
Este libro no habla de Dios, habla desde Dios. No discute el misterio: nos introduce en él. Con la sabiduría espiritual que sólo una larga vida de estudio y oración puede dar, nos lleva al corazón de la Custodia adorable en la que vivimos, nos movemos y existimos, llevándonos de la mano de la luz iluminadora de las Sagradas Escrituras, de los textos de los Padres y de los grandes misterios de la fe: pensamientos, humildes y ardientes a un tiempo, lanzados hacia el abismo, eco de experiencias vividas y compartidas en la caridad.