Este segundo volumen sobre la historia de la modernidad ofrece un amplio panorama de la historia del pensamiento moderno, centrándose en los filósofos y científicos más destacados: Copérnico, Bruno, Galileo, Vico, Descartes, Spinoza, Malebranche, Leibniz, Newton, Berkeley, Hume, Lessing, los enciclopedistas y Kant, a quien se dedican dos artículos. Cada artículo ofrece un amplio comentario de la obra del autor tratado, conforme al estado de la historiografía más reciente. Esta obra completa el volumen 6 de la Enciclopedia IberoAmericana de Filosofía, «Del Renacimiento a la Ilustración I», donde la filosofía y la ciencia modernas fueron abordadas desde una perspectiva temática. En conjunto, ambos volúmenes ofrecen al lector una introducción precisa y rigurosa a un período del pensamiento humano que ha marcado profundamente los cuatro últimos siglos del segundo milenio.
Este volumen de la Enciclopedia IberoAmericana de Filosofía está dedicado al pensamiento iberoamericano, social y político, del siglo XIX. Los artículos que lo componen atienden, en primer lugar, a una serie de cuestiones generales, tales como identidad, unidad, republicanismo, formación de la conciencia burguesa, políticas pedagógicas en la conformación de los Estados nacionales y la relación entre política y lenguaje. Un segundo grupo de estudios se ocupa de las voces silenciadas, como las de los movimiento obreros, del socialismo y del periodismo. Un tercer grupo se orienta hacia formas del pensamiento social y político, desde la ilustración y el romanticismo, hasta la etapa del espiritualismo y del positivismo , sin olvidar el pensamiento filosófico-político de la independencia tardía.
Por estas páginas pasan los aspectos más sugerentes del siglo XIX iberoamericano y a ellas habrá que acudir para comprender preguntas tan actuales como las de la identidad de cada Estado y las aporías de la unidad continental.
Acerca del siglo XIX, del que Heidegger dijo en uno de los trabajos de «Sendas perdidas» que estaba todo por estudiar, tenemos dudas incluso de la duración que le fue propia. Thomas Mann, hacia el final de su vida, ya acabada la Segunda Guerra Mundial, seguía confesando que él era un hombre del siglo XIX, mientras otros que, como Ortega, siempre aspiraron a ser contemporáneos a pesar de sus múltiples programas de superación, nunca lo abandonaron. Cada vez más se extiende la opinión de que el siglo acabó hace unos años, cuando los irritados berlineses arruinaron la última frontera que separaba a los europeos, la única estructura de dualidad que permanecía en pie de aquella fábrica de dualidades que construyó el siglo XIX. Pero si tenemos problemas con la duración que le es propia a éste, podemos suponer que acerca de todo lo demás –sentido, estructura, orden y méritos– tenemos algo más que dudas. Si el siglo XVII contempló la transfiguración carismática del Estado como instituto de paz, de administración y de derecho, así como la firme maduración de la ciencia físico-matemática sostenida por una oportuna metafísica; si al siglo XVIII le compete en la marcha histórico-mundial la emergencia de la razón moral, que vuela soberana en las alas de la crítica radical, junto con la transformación de la república de las letras en el público autónomo y responsable; si todo esto es así, para el siglo XIX no tenemos una etiqueta clara. Este siglo es como el telar de Penélope. Hace y deshace su camino, confirmando que la historia se puede leer de muchas maneras. El nombre de Burckhardt podía ser invocado aquí. Entonces quizás podríamos sospechar que su sentido pesimista de la decadencia brotaba de la falta de orden interno al propio tiempo histórico del siglo XIX. Más sabio que otros, consideraba este hecho como una condena. Jamás identificó en el horizonte de Europa un germen de orden que fuese al mismo tiempo promesa de grandeza. Junto al suyo, por una asociación inevitable, nos viene a la memoria el nombre de Tocqueville, que pensaba casi lo mismo acerca de la imposibilidad de una excelencia formadora en el siglo que siguió a la Revolución francesa. Estos filósofos, que no gozan de muchas simpatías al parecer, son los que nos pueden dar el contrapunto apropiado de la oferta de Nietzsche.
Pocos momentos de la filosofía tan llenos de tópicos como la filosofía medieval, y pocos también en los que la investigación histórica haya avanzado tanto. De ello da fe este volumen de la Enciclopedia IberoAmericana de Filosofía. La filosofía medieval es el encuentro del cristianismo y de la filosofía antigua, cuyo resultado, según se pensó durante mucho tiempo, había sido una filosofía cristiana. Aquí se muestra, por el contrario, que la cita entre el cristianismo, la filosofía griega, el pensamiento árabe y la cultura judía fue un crisol del que emergieron los temas de la filosofía occidental.
Podemos representarnos la filosofía medieval como un doble movimiento que el presente volumen reproduce a través de sus trabajos. Por un lado, un acercamiento del mundo ultramediterráneo hasta el centro de Europa, pasando por Toledo y Córdoba; por otro, un movimiento de despliegue, desde el París del siglo XIII hacia el resto del mundo conocido y hacia ese futuro que llamamos Modernidad.
Del primer movimiento dan fe los trabajos sobre Agustín de Hipona y Juan Escoto Erígena, que hacen presente la preocupación por la interioridad del alma humana y por el conocimiento del mundo. A ello sigue el estudio de la filosofía árabe medieval, puente entre Oriente y Occidente. Con Anselmo y Abelardo asistimos a la importación del pensamiento aristotélico, que Tomás de Aquino se encargará de elaborar poderosamente. El análisis del valor de la experiencia en Duns Scoto, del lenguaje en Guillermo de Ockham, de la política de Marsilio de Padua, y de la ciencia en Alberto de Sajonia, redondean esta aventura del pensamiento que culmina en París. De ahí se extiende hasta la conformación de la Modernidad, como atestiguan los trabajos sobre Pico della Mirandola y sobre la escolástica española en los siglos XVI y XVII.
Si el principio del filosofar es la sorpresa, el lector de este volumen puede vivir una extraordinaria experiencia filosófica gracias a estudios que hasta ahora circulaban en círculos especializados y en los que la investigación iberoamericana brilla con luz propia.
La estética es una disciplina relativamente nueva: se constituyó como teoría filosófica a comienzos del mundo moderno, aunque preteoréticamente se la hubiera conocido antes en muchas otras partes. En la actualidad tiene numerosos cultivadores –en los últimos años han crecido por ejemplo notablemente en España y América Latina–, pero aún se sigue debatiendo: cuál será su objeto; si su denominación es correcta o la hipoteca en exceso al subjetivismo moderno; sobre los procesos de producción, recepción y apreciación estéticas; sobre las variedades de estética; y sobre cuáles sean las relaciones del fenómeno estético con otros fenómenos, entre otras cuestiones más.
La primera parte de este volumen versa sobre «Estética General» y se abre con un estudio del fenómeno estético en la naturaleza, en las obras de arte y en las de artesanía. Dos artículos que vienen a continuación examinan el concepto del arte y sus clasificaciones en Occidente, y las categorías estéticas (lo bello, lo sublime, la gracia y la dignidad, etc.). Los tres textos siguientes analizan los procesos de producción, recepción y apreciación estéticas.
Las «Estéticas Regionales» son tratadas en la segunda parte. Se analizan así las estéticas de la literatura y del teatro, las de las artes plásticas y las de la música y la danza tal como se han presentado en Occidente. Y se agregan dos artículos más sobre la estética de las artes populares, que tanta importancia han tenido en España y en América Latina y la siguen teniendo fuera de Occidente, y la de los medios audiovisuales, que tanto peso tienen hoy.
La tercera parte de este libro está dedicada a la interrelación del fenómeno estético con otros fenómenos. Se indaga si la poesía procura conocimiento y en qué sentido, la relación entre estética y religión, la debatida cuestión del «fin del arte», se presenta la sociología del arte y se examina el nexo entre estética y modernidad.
Esta obra pretende ofrecer un panorama representativo de tipos de problemas y orientaciones característicos de la filosofía de la lógica. Desde la relación de los lenguajes formales con el lenguaje ordinario y los procesos psíquicos, pasando por el estudio de nociones fundamentales como las de identidad, referencia, verdad o consecuencia lógica, hasta las cuestiones de la abstracción y las entidades abstractas, o la consideración de los problemas implicados en la teoría de tipos, la teoría de conjuntos o los distintos sistemas de lógica, los autores hacen una valiosa contribución a la indagación filosófica motivada por la lógica. Así, el artículo de Agustín Rayo plantea el problema del vínculo entre los razonamientos en un lenguaje constituido social e históricamente y su examen por medio del lenguaje formal. Por su parte, Gladys Palau traza el recorrido histórico de los intentos por fundar la lógica en la investigación psicológica. Rodolfo Gaeta dedica su trabajo a las dificultades de la relación entre identidad y referencia, mientras que Alberto Moretti analiza en el suyo el concepto tarskiano de verdad. La búsqueda de un concepto adecuado de consecuencia lógica es el objeto del artículo de Mario Gómez Torrente. A los enfoques de la abstracción en el siglo XX y a la discusión sobre la existencia de las entidades abstractas consagran sus colaboraciones Ignacio Angelelli y Eduardo Barrio, respectivamente. A partir de las iniciales aportaciones de G. Frege y B. Russell, Francisco Rodríguez Consuegra dedica su contribución a la teoría de tipos, Jesús Mosterín brinda un panorama de la riqueza conceptual de las teorías de conjuntos e Ignacio Jané intenta clarificar qué son esas entidades que denominamos conjuntos. Cierran el volumen los trabajos de María Manzano y de Raymundo Morado, que giran en torno a la aplicabilidad general de la idea de consecuencia lógica y a la tarea de la comparación de sistemas de lógica distintos.
Se analizan en este volumen los problemas filosóficos y metodológicos en las ciencias naturales, sociales y matemáticas. Aunque a lo largo de su historia la filosofía de la ciencia ha proporcionado modelos comunes a todas las disciplinas, las últimas décadas han asistido al desarrollo de la filosofía de las ciencias particulares y al debate en torno a la unidad y la diversidad de éstas. La obra profundiza en cuestiones como la fundamentación en la filosofía de la matemática, el espacio y el tiempo en Einstein, la cosmología contemporánea desde la epistemología, los aspectos metodológicos en el desarrollo de la geología actual, los retos de la ecología, la influencia de la genética del desarrollo en la teoría de la evolución, las teorías genéticas del siglo XX, las explicaciones reduccionistas en biología molecular, las consecuencias del conocimiento del cerebro o la explicación científica en psicología. En los trabajos consagrados a las «ciencias sociales» se examina el relativismo en estas disciplinas, las concepciones de la teoría económica, el papel de la matemática en la sociología, el nacimiento de la antropología científica, los paradigmas en lingüística o los retos planteados a la filosofía de la historia.
Tras realizar en la introducción un recorrido por los diferentes paradigmas filosóficos en torno a la educación, este volumen de la Enciclopedia se centra en las cuestiones actuales sobre filosofía de la educación. Los retos a los que se enfrenta hoy cualquier tipo de educación y toda concepción de la misma son presentados de manera radical por Joan-Carles Mèlich. De la validez de la concepción de la educación como paideia se ocupa Marco Zingano. Alejandro Ramírez Figueroa da cuenta de las dificultades derivadas de una reflexión epistemológica sobre ciencia y pedagogía en nuestros días. Carlos Eduardo Vasco y su equipo desarrollan una caracterización fenomenológica de la pedagogía. José Gimeno Sacristán pone de manifiesto los desafíos que las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación plantean a la educación. Javier Sáenz Obregón explica cómo puede entenderse la filosofía como una teoría general de la educación. Newton Aquiles von Zuben y Silvio Gallo exponen las relaciones entre libertad y educación, tomando como referencia a Hannah Arendt y las tradiciones anarquistas de la educación en los siglos xix y xx. Rodolfo Vázquez plantea un modelo liberal de educación que forme para la sociedad democrática. Fernando Gil Cantero y Gonzalo Jover Olmeda destacan que los valores que fundamentan y extienden los derechos humanos son hoy valores insertos en el proyecto de humanización al que aspira la educación. Fernando Bárcena propone pensar el cuerpo como acontecer del pensamiento y como existir, para ubicar en dicho acontecimiento un sentido más originario de la educación. Jorge Larrosa discute sobre la concepción instrumental y comunicativa del lenguaje y lo que podríamos llamar la fobia pedagógica a la pluralidad. Diego Antonio Pineda y Walter Omar Kohan logran superar en más de un aspecto la así llamada «filosofía para niños». Susana Villavicencio expone que la universidad responde cada vez más a las demandas de la lógica económica imperante cuando su objeto sigue siendo la formación humana del individuo social. El volumen termina con un ensayo de Eduardo Mendieta sobre un proceso muy específico de América Latina, la «educación como la práctica de la libertad», una tradición pedagógica para la cual la educación auténtica es liberadora, y cuando no lo es, es deshumanizante.
La Enciclopedia IberoAmericana de Filosofía es un proyecto de investigación y edición coordinado por el Instituto de Filosofía del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (Madrid), el Instituto de Investigaciones Filosóficas de la Universidad Nacional Autónoma (México) y el Centro de Investigaciones Filosóficas (Buenos Aires), en el que han colaborado más de 500 especialistas de todos los países pertenecientes a la comunidad filosófica hispanoparlante. El proyecto consta de 35 volúmenes, cada uno de los cuales gira en torno a un tema monográfico, tratado de modo diversificado e interdisciplinar.
Esta obra plantea un recorrido por la filosofía moral, asunto tan vital como controvertido. Están, en primer lugar, las dos "auctoritates" que cualquier ética moderna tiene que tomar en consideración: Kant y Hegel. Tras estas referencias obligadas, surge la sospecha de que toda moral universal es un engaño, encontrando tanto a los 'maestros de la sospecha' (Marx, Nietzsche, Freud), como el existencialismo de Sartre o la desfundamentación que desde la filosofía analítica lleva a cabo Wittgenstein. No obstante, esto no ha significado el fin del discurso ético: de su renacer han sido responsables Rawls, con su «teoría de la justicia», Apel y Habermas, con su ética comunicativa post-ilustrada, sin dejar de mencionar a Maclntyre y su reivindiación del aristotelismo y nostalgia comunitarista, claro síntoma de la insatisfacción y perplejidades que acompañan a las filosofías morales contemporáneas.
Gracias a este volumen de la Enciclopedia IberoAmericana de Filosofía, podremos hace un recorrido histórico por las principales posiciones éticas y morales, llegando hasta el debate actual en el que nos enfrentamos a una posmodernidad que pone en duda la fundamentación misma de esta disciplina.