318 páginas
La Constitución de los atenienses (de autoría dudosa para algunos estudiosos) forma, con la Política, la parte conservada de la obra aristotélica dedicada a la organización social de la pólis, teoría política que entronca con su pensamiento ético y metafísico. Aristóteles, discípulo de Platón y estudiante en la Academia, subraya la necesidad de estudiar la política según principios filosóficos, referidos a la naturaleza misma y a la verdad, y señala la insuficiencia de los simples empíricos que imitan las constituciones de lacedemonios, cretenses y otros pueblos. El gran tratado Constituciones, perdido en gran parte, era una enorme colección que pretendía recoger las legislaciones de ciento cincuenta y ocho ciudades griegas y extranjeras, compiladas por colaboradores del maestro de Estagira. Hemos conservado su primer libro, la Constitución de los atenienses, que se cree que compuso Aristóteles como modelo para los otros trabajos constitucionales del Liceo. En su primera parte expone la evolución del régimen político de Atenas desde una época anterior a Solón hasta el arcontado de Euclides y la restauración de la democracia (analiza, pues, la obra constitucional de Ión, Teseo, Dracón, Solón, Clístenes y Pericles); la segunda parte describe la organización del Estado ateniense en la época del autor: las instituciones del derecho positivo de Atenas en el siglo IV. Completa el volumen un texto falazmente atribuido a Aristóteles dedicado a la administración de la tierra y el patrimonio.
366 páginas
Acerca de la generación y la corrupción es una obra breve pero densa, que trata una parte importante de la filosofía natural de Aristóteles: la estructura del mundo sublunar y el proceso de cambio que en él se produce, cuyo fundamento racional se quiere detectar y comprender a fin de probar la integridad del ser frente a la apariencia disolutoria de la diversidad y las mutaciones. Este tratado sigue el mismo método que la mayoría de escritos aristotélicos: tras enunciar el propósito y el contenido, se examinan y someten a crítica las doctrinas anteriores sobre la cuestión, y se procede al estudio de ésta según las concepciones y observaciones propias.
En los Tratados breves de historia natural, indagaciones acerca de diversos fenómenos fisiológicos y psíquicos, se incluyen estudios sobre la sensación y lo sensible, la memoria y la reminiscencia, el sueño y la vigilia, los ensueños, la adivinación por el ensueño, la longevidad y la brevedad de la vida, la juventud y la vejez, la vida y la muerte y la respiración. En la interpretación moderna (no necesariamente en su génesis) estos pequeños estudios forman un conjunto, no sólo por las referencias entre unos y otros, sino porque en el primero se plantean algunas operaciones comunes al alma y al cuerpo que constituyen el objeto de los tratados siguientes. En su forma actual proporcionan una especie de «curso» complementario del tratado Acerca del alma (aparecido en esta misma colección). Parten del principio de que los fenómenos psíquicos pueden explicarse como procesos puramente físicos, y responden al proyecto aristotélico de situar los problemas relativos al alma humana en el marco general de los seres vivos. Por eso, además de con Acerca del alma, estos tratados están muy relacionados con los varios de ciencias naturales que escribió el Estagirita.
Electra es muy similar a Antígona en algunos aspectos, y trata un tema muy relacionado con las Coéforas, de Esquilo, también desarrollado por Eurípides en su tragedia homónima de la primera. Electra y Orestes, hijos de Agamenón, vengan la muerte de éste en su propia madre Clitemnestra, que lo ha asesinado con la ayuda de su amante Egisto. Una serie de equívocos, engaños y revelaciones desvela la esencia de cada uno de los personajes, y lleva al cumplimiento del mandato emitido por el oráculo de Delfos.
Sófocles (c. 496-406 a.C.) ocupa el lugar central en la tríada de grandes trágicos áticos, entre Esquilo y Eurípides. Nació en Colono, cerca de Atenas, hijo de un rico fabricante de armaduras. Su infancia y primera juventud coincidieron con la expansión del imperio ateniense. Fue elegido dos veces general, pero sobre todo se consagró a su actividad de dramaturgo. Se le atribuyen unas ciento veinte obras, y veinticuatro victorias con sus tetralogías en las competiciones dramáticas atenienses; conservamos siete tragedias suyas.
356 páginas
Clemente de Alejandría vivió a caballo de los siglos II y III. Nacido en Atenas, ocupó la cátedra de la escuela catequística de Alejandría hasta que hubo de huir a Capadocia a raíz de las persecuciones de Septimio Severo. Hombre de vasta erudición, se propuso en su obra demostrar que el saber helénico y la doctrina cristiana podían y debían armonizarse. Versado en las filosofías platónica, pitagórica, estoica y epicúrea, así como en sus varias reformulaciones, argumentó e ilustró su convicción de que, esencialmente, conducían a la salvación cristiana, con su corolario de conocimiento verdadero, la teología. La tesis del presente tratado es que el verdadero Pedagogo es el Logos, y ese Logos está encarnado en Jesucristo. Esta brillante síntesis de pensamiento griego y fe cristiana tiene su complemento en el Protréptico (publicado también en Biblioteca Clásica Gredos), donde Clemente entra en polémica con las creencias y las prácticas del mundo antiguo.
Traducción y notas de J. Sariol Díaz. Introducción de A. Castiñeira Fernández. Revisada por M. López Salvá.