Reflexión sobre los desafíos de los sacerdotes ante un mundo cambiante. "El sacerdote no se pertenece, porque es total y absolutamente de Dios y de los hermanos" (F. Sheen). Se trata de una frase algo retórica, pero sería trágico si el presbítero no aprendiese cada vez más a reconocerse hombre de Dios, elegido y llamado por El, y sobre todo buscado y probado por El. Además, el sacerdote pertenece a los hombres y, por tanto, está llamado a soportar sus cargas y sus preguntas, sus dudas y sus luchas con respecto a Dios. Lo humano y lo divino se mezclan en él, además de otras polaridades conflictivas: creyente y no creyente, solo y de todos, hombre de carne "pero prolongado en el misterio" (F. Fuschini)..., en una síntesis jamás terminada pero luminosa.
El profesor Ghirlanda nos ofrece en las páginas de este libro una gran reflexión y compendio del derecho eclesial, fundamentado tanto en la antropología teológica como en la eclesiología. Además la versión española ha sido enriquecida con los últimos documentos de la Conferencia Episcopal Española.
En nuestros días está de moda hablar de las fake news como un fenómeno nuevo, y como si anteriormente no hubiera existido en el periodismo ni la desinformación ni la manipulación. Desgraciadamente, la primera fake news se produjo ya en el Edén, creída por Eva y Adán. Y la desinformación es inherente a un modo de entender el Periodismo (el objetivismo de matriz positivista y relativista) que lleva cerca de dos siglos vigente. Y esa mirada superficial y miope ha facilitado a su vez la manipulación de las masas, producida por la mirada falaz y engañosa de las ideologías que buscan el poder.
Tales manipulaciones, cuyos ejemplos nefastos son abundantísimos desde hace mucho tiempo, han contribuido a los diversos totalitarismos que hemos sufrido en la historia reciente hasta llegar, en nuestros días, a la dictadura de lo políticamente correcto que impone, sin escrúpulos ni piedad alguna, el matrix progresista. Por lo que, para que haya un verdadero periodismo que busque la verdad, el bien y la libertad, la justicia y la paz, es necesario liberarse de los prejuicios modernistas y volver la mirada a la tradición cultural humanista cristiana, a la sabiduría realista, a la creatividad esperanzadora, a la doctrina social de la Iglesia y al sentido personalista para configurar un nuevo paradigma informativo. Y esto es lo que hace en este libro el autor, quien, siguiendo una sugerencia de Joseph Ratzinger, ha querido denominar su revolucionaria propuesta como Infoética.
Esta obra investiga las relaciones existentes entre el humor y la fe religiosa El hombre piensa, Dios ríe , dice un proverbio judío. El sentido del humor representa en Dios un atributo fundamental porque relativiza los demás atributos divinos y porque constituye la modalidad concreta del amor de Dios hacia sus criaturas.