El jesuita canadiense Bernard Lonergan (1904-1984) publicó en 1957 su gran obra «Insight. Estudio sobre la comprensión humana». A lo largo de sus casi mil páginas, se propone un camino epistemológico riguroso para comprender el comprender, y en concreto aquel momento milagroso en el que algo se nos revela y se hace claro.
Tomando como punto de partida los planteamientos de esta genial obra, Lonergan elabora años después un «método» para «llegar a comprender» en el campo de la teología. Para ello procede de una manera interdisciplinar, pues la teología no es una ciencia aislada en sí misma, sino conectada con el resto de los saberes humanos y, en especial, con las ciencias sociales.
Para este intelectual enciclopédico, «el método no es un conjunto de reglas que cualquiera, incluso un tonto, ha de seguir meticulosamente. Al contrario; se trata más bien de un marco destinado a fortalecer la creatividad y la colaboración. El método describe los diversos grupos de operaciones que los teólogos han de realizar en el cumplimiento de sus diversas tareas […]. En una teología contemporánea así concebida, consideramos ocho tareas diferentes: la investigación, la interpretación, la historia, la dialéctica, la explicación de los fundamentos, el establecimiento de las doctrinas, la sistematización, la comunicación» (Introducción). En definitiva, el «método teológico» propuesto busca que quien se acerque a la teología descubra la propia estructura dinámica que le ayude a acoger los conocimientos recibidos y le sirva para verificar su validez, pero siempre dentro de un verdadero marco creativo.
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"Method in Theology"
Lonergan’s book is an attempt to integrate history, hermeneutics, and critical history. Theology has some functions related to contemporary science and philosophy. An interesting work for all involved in interdisciplinary studies.
l apóstol Pablo exhorta a la incipiente comunidad cristiana de Filipos a seguir el ejemplo de vida de Cristo Jesús. Sin embargo, la propuesta del Apóstol experimenta la amenaza de múltiples obstáculos, pues los valores fundamentales de la sociedad grecorromana, que busca obsesivamente el honor y la fama, contrastan con los del Evangelio.
La mayoría de las investigaciones sobre el «himno a Cristo» (Flp 2, 6-11) se han decantado por su origen palestinense y han insistido en los esfuerzos de Pablo para adaptarlo a su pensamiento. Pero a partir de la aplicación de las ciencias sociales y desde la comprensión del himno como pieza clave de Filipenses resulta más fácil percibir la estrategia seguida por el Apóstol con vistas a promover entre los cristianos una identidad contracultural alternativa y viable.
En una época de profunda y caótica dispersión espiritual, la razón humana, que antaño supo reivindicar su plena y legítima autonomía, ha preferido gastar sus mejores energías en la consecución de logros materiales.
Paul Tillich se esfuerza por elaborar una construcción intelectual sistemática a partir del análisis ontológico de la existencia humana, pues sólo desde éste resulta posible determinar las cuestiones decisivas y situar las respuestas que el mensaje cristiano aporta.
Este «método de correlación» es de una extraordinaria fecundidad; no en vano, los contenidos culturales y religiosos que aporta el hombre se convierten en fuentes que alimentan la teología, tan válidas como la Biblia y la historia de la Iglesia. Tillich logra así inscribir el mensaje cristiano en el hondón del ser, mostrándolo como su más íntima culminación y su más profunda plenitud.
En este primer volumen se recogen la Introducción general al sistema y las dos primeras partes: la razón y la búsqueda de la revelación, y el ser y la cuestión de Dios.
1. La razón y la búsqueda de la revelación;
2. La realidad de la revelación;
3. El ser y la cuestión de Dios;
4. La realidad de Dios.
En una época de profunda y caótica dispersión espiritual, la razón humana, que antaño supo reivindicar su plena y legítima autonomía, ha preferido gastar sus mejores energías en la consecución de logros materiales.
Paul Tillich se esfuerza por elaborar una construcción intelectual sistemática a partir del análisis ontológico de la existencia humana, pues sólo desde éste resulta posible determinar las cuestiones decisivas y situar las respuestas que el mensaje cristiano aporta. Este «método de correlación» es de una extraordinaria fecundidad; no en vano, los contenidos culturales y religiosos que aporta el hombre se convierten en fuentes que alimentan la teología, tan válidas como la Biblia y la historia de la Iglesia. Tillich logra así inscribir el mensaje cristiano en el hondón del ser, mostrándolo como su más íntima culminación y su más profunda plenitud.
Los problemas debatidos en este segundo volumen –el concepto de la alienación del hombre y la doctrina de Cristo– constituyen para Tillich el corazón de toda teología cristiana. Representan la más extensa de las cinco partes de su sistema teológico.
Libro fundamental sobre el ministerio sacerdotal. Esta obra recoge lo mejor de la teología clásica sobre el sacerdocio y la contrasta con la teología actual sin evitar los problemas y las polémicas. El resultado es una presentación completa del ministerio sacerdotal en nuestros días y una apuesta positiva por el futuro.
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"Being a Priest Today"
This book is a masterful blend of the classical doctrine on priesthood and the new concerns raised by contemporary theology. Therefore, here we find an exhaustive exposition of priestly ministry in our days, as well as a bet for the future.
La genial elaboración hecha por Kant de la noción de «a priori» ha provocado una revolución copernicana en la forma de conocer la realidad y en el sujeto que la conoce. No en vano, el redescubrimiento del «a priori» tiene como primera consecuencia la propuesta de un hilo conductor sistemático para la metafísica, pero también el compromiso de ésta por investigar la real capacidad de la razón respecto a todo conocimiento puro «a priori».
Kant considera que lo «a priori» tiene una función trascendental, según la cual lo dado se relaciona con el sujeto; por ello, es el «a priori» el que funda la experiencia y no al revés.
Esta afirmación, en apariencia simple, ha desencadenado un sinfín de dificultades que la reflexión contemporánea ha tratado de esclarecer. Acercarse a una solución a la altura del hombre actual es la finalidad de esta obra, en la que la filosofía vuelve a reclamar su papel como formuladora de la verdad de la experiencia desde la razón.
El arrianismo, al negar la divinidad de Cristo, ha sido considerado la «herejía cristiana arquetípica». Sin embargo, no todo es tan simple.
A lo largo de esta amplia y fundamentada investigación, el lector descubre un Arrio teológicamente conservador que dedica sus mejores esfuerzos intelectuales a defender el carácter libre y personal del Dios cristiano. Esta «herejía» del siglo IV nace del esfuerzo por conciliar el lenguaje bíblico tradicional con las ideas y técnicas filosóficas radicales.
Pero se convierte en una auténtica crisis social al cuestionar las relaciones entre emperadores, obispos y maestros ascéticos «carismáticos», y problematizar la toma de decisiones en la Iglesia. Williams destaca las cuestiones vitales más amplias de cómo se define la herejía y de qué modo ciertos tipos de tradicionalismo se transforman a sí mismos en herejía.
Arrio desborda el mero estudio histórico de carácter académico. Las páginas de este original ensayo, a medio camino entre la biografía y la historia de las ideas, muestran con brillantez la importancia que determinados temas siguen teniendo en la actualidad y cómo ciertos tipos de tradicionalismo pueden terminar transformándose, también ellos, en otra herejía más.
Los estudiosos del cristianismo primitivo han recurrido a los textos antiguos como fuente de sus investigaciones, pero rara vez han prestado atención a los manuscritos donde se han conservado. Y sin embargo, estos manuscritos, debido a sus características físicas y a los rasgos paleográficos de su escritura, son de capital importancia, ya que constituyen los primeros testimonios de la «cultura material» del cristianismo y arrojan nueva luz sobre los orígenes del movimiento cristiano.
Tras reseñar los textos copiados por los seguidores de Jesús en los más antiguos manuscritos, Hurtado destaca la opción de los cristianos por el códice en detrimento del rollo, que era el formato preferido por la cultura de la época para la transmisión de textos.
El autor dedica también espacio al estudio de los nomina sacra y de los estaurogramas, porque ambos representan ya una prueba de la devoción a Cristo y a su pasión.
En este libro se reúnen los comentarios a las lecturas dominicales del ciclo A y a las principales fiestas del año litúrgico.
Dios habla: esta es la convicción fundamental presente en la Escritura. Por su libre y gratuita iniciativa, ha decidido salir de sí y autocomunicarse. La historia de esta manifestación de Dios a la humanidad tiene su culmen en Jesucristo, Palabra definitiva que expresa de una vez para siempre la decisión del Padre de amarnos.
Así lo atestigua el evangelio según san Mateo, propio de este ciclo A, especialmente preocupado por mostrar cómo las Escrituras se cumplen en Jesucristo. Él es el Emmanuel, el Dios-con-nosotros, que se hace presente cuando nos reunimos en su nombre y que nos acompaña «todos los días hasta el fin del mundo». Siempre a nuestro alcance en la liturgia eucarística dominical.
«Espero que este libro, que desea unir el trabajo científico con la experiencia tanto pastoral como ecuménica, aporte orientación teológica en la actual crisis de la Iglesia y sobre todo alegría por la Iglesia y en la Iglesia».
Esta palabras de Walter Kasper sintetizan bien la intención de su eclesiología. Con ella se culmina un proyecto teológico que comenzó hace años con su cristología (Jesús el Cristo, 1976, edición definitiva 2002) y su doctrina de Dios o Trinidad (El Dios de Jesucristo, 1985, edición definitiva 2011), obras emblemáticas publicadas también por Ediciones Sígueme.
El autor aborda el tema de la Iglesia a la luz de la cuestión de Dios y el mensaje del Reino, para situarla en su contexto bíblico y existencial. Seguidamente desarrolla tres grupos fundamentales de temas: la esencia, la realidad y la misión de la Iglesia en nuestro tiempo. Su conclusión es que la Iglesia encuentra su verdadero significado en ser la Iglesia de Jesucristo, a la vez que anima a los cristianos a vivir hoy gozosamente en ella su vocación de seguidores del Señor.